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El 10% de los pacientes están expuestos a riesgos en la atención sanitaria

Prueba en un hospital

Carmen Bachiller

El 10% de las personas que reciben asistencia sanitaria están expuestas a los llamados “eventos adversos”. Es decir, a sufrir un problema que ponga en riesgo su seguridad como paciente y que, en el peor de los casos, termine en muerte.

Los riesgos son muchos y muy variados. Los más frecuentes, tienen que ver con el uso de los medicamentos, con errores en su administración o en la comunicación a los pacientes porque no siempre queda claro cómo han de tomarlos. De hecho, actualmente en la región se desarrolla el  proyecto ‘Resistencia Cero’. Existe un problema emergente que preocupa a organismos internacionales y al sistema sanitario al detectarse una cada vez mayor resistencia de los gérmenes a los antibióticos. El problema es que muchas personas tienen a la automedicación.

El otro gran riesgo para quien acude a  un establecimiento sanitario está relacionado con las infecciones que se producen en todos los niveles de sistema sanitario. Muchas veces derivan del uso de instrumentación (por ejemplo las sondas) que favorece la infección. Precisamente, Castilla-La Mancha va a poner en marcha una estrategia para prevención de la infección derivada de la cirugía que los profesionales sanitarios consideran  un problema “serio”.

Castilla-La Mancha acaba de aprobar la puesta en marcha de la llamada Red de Expertos y Profesionales en Seguridad del Paciente. María Ángeles Arrese, jefa del Servicio de Medicina Intensiva del Complejo Hospitalario de Toledo, y Félix Alcázar, jefe de Servicio de Calidad y Seguridad del Paciente de la Consejería de Sanidad, son los coordinadores de esta Red, la segunda que el Gobierno regional pone en marcha después de la Red de Expertos en Urgencias.

“El riesgo cero sanitario es imposible”

“El riesgo cero sanitario es imposible”Es la primera vez que se pone en marcha una red de ámbito regional para implementar medidas de seguridad para el paciente. La doctora Arrese cree que con estas medidas podrían llegar a reducirse en un 50% los riesgos derivados de la atención sanitaria. “Hay que minimizar al máximo los riesgos que sufren los pacientes”, insiste para reconocer, sin embargo, que “es imposible llegar al riesgo cero”.

Ahora se trata de “unificar” estrategias en todo el ámbito sanitario regional porque, reconoce la doctora, “cada uno hemos hecho lo que nos parecía, primaria por un lado, hospitalaria por otro…”

El camino aún será largo porque ahora se trata de desarrollar una estrategia de trabajo que ponga freno a los llamados “eventos” o “incidentes adversos” de menor a mayor gravedad. Y para evitar complicaciones, dice la doctora, a veces  basta con que pacientes y sus familiares o los propios profesionales sanitarios se laven las manos. “Los sanitarios tendemos a no realizar el lavado de manos de forma satisfactoria. Es fundamental la educación de los profesionales y de todos los ciudadanos”. La Organización Mundial de la Salud apostó hace años por esta práctica pero, dice,  es una medida que “no cala”.

En otras ocasiones, los errores suceden en el cambio de niveles asistenciales, en el intercambio de información entre profesionales o entre paciente y médico. La tecnología ha ayudado pero no es suficiente, reconoce la coordinadora de la Red.

Notificar “eventos adversos” sin temer la “penalización” profesional

Notificar “eventos adversos” sin temer la “penalización” profesionalLa doctora Arrese aboga por desarrollar protocolos de comunicación de estos “eventos” por parte de los profesionales sanitarios. “Hay que saber qué ha pasado y por qué”.  Y también es partidaria de informar a los pacientes para que sepan que si ha ocurrido algo se están poniendo medidas para solucionarlo y para que no vuelva a ocurrir.

No se trata de “penalizar” al profesional, ese no es el objetivo, dice la coordinadora de la Red. “Son sistemas de comunicación anónimos. Es la única manera que tenemos para aprender de los errores” y aboga por estimular estas prácticas entre los profesionales.

Una red integrada por todos los estamentos sanitarios

Una red integrada por todos los estamentos sanitariosLa Red de Expertos estará integrada por profesionales sanitarios de toda la región y tendrá carácter multidisciplinar (médicos de atención primaria, especializada, enfermeros, farmacéuticos…). Estarán “todos los profesionales pueden aportar de cara al desarrollo de estrategias que mejoren la seguridad”. 

Su puesta en marcha emana de las directrices del Consejo interterritorial de salud para el periodo 2015-2020. Ahora las autonomías desarrollan su propio plan estratégico que, según la doctora Arrese, incluirá una “evaluación continua para determinar si hay resultados y si realmente disminuyen los riesgos para los pacientes”.

“Tenemos que ser capaces de analizar los incidentes y dar herramientas al profesional para que no vuelva a ocurrir”, insiste, y poner en marcha “prácticas clínicas seguras para evitar hacer daño a los pacientes”.

Objetivo, menos demandas a los profesionales

Objetivo, menos demandas a los profesionalesLa doctora cree que la puesta en marcha de esta red redundará en “una mayor sostenibilidad” del sistema sanitario público. También permitirá reducir el número de demandas judiciales y hasta  mejorar en las encuestas de satisfacción del usuario de la sanidad pública.

Sobre los costes derivados de estas medidas, afirma que “muchas veces  no son costosas sino que basta con que seamos conscientes del problema y con que el  profesional asimile la cultura de seguridad”. Y pone como ejemplo el hábito de lavarse las manos. “Sí, hemos aumentado el  gasto en dispensadores con soluciones alcohólicas pero es mínimo si lo comparamos con lo que se ahorra a la larga. Son millones de euros si prevenimos posibles infecciones”.

Además, explica que lo que faltan son “nuevos protocolos” y no material, aunque reconoce que serían necesarios “más recursos humanos para hacer mejor las cosas”.

A los ciudadanos o asociaciones vinculadas con el ámbito sanitario, a las que trabajan en la defensa del paciente,  les pide que colaboren con estas redes de expertos. “Nos pueden aportar su punto de vista sobre los problemas que detectan y si me tienen que llamar la atención porque no me he lavado las manos, no pasa nada porque el enfermo lo diga”.

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