La poética de la libertad (queda el dinero)

El 13 de marzo el vicepresidente del Gobierno de Castilla La Mancha José Luis Martínez Guijarro hizo pública la celebración en Cuenca de la exposición 'La poética de la libertad', con la participación estelar del artista chino Ai Wei Wei. Una exposición que el presidente de la Junta, Emiliano García-Page, califica como “el evento cultural de mayor alcance en España vinculado al centenario de Cervantes”. 

Este proyecto surgió de la colaboración de la Asociación Cuenca Abstracta 2016 con la Catedral de Cuenca y se propuso como parte de los actos conmemorativos de Cuenca 2016. Finalmente es parte de la programación del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes. Para este tipo de políticas culturales el motivo es lo de menos, Cervantes, el informalismo del grupo de Cuenca, Wei Wei... 

El Gobierno autonómico ha invertido 1.120.000 euros, el Consorcio de la Ciudad de Cuenca 380.000, un total de 1.500.000 euros del erario publico lo que la convierten en la exposición más cara de la temporada. El evento entraña tres exposiciones y 12 conciertos, una iniciativa que sus responsables califican de “sin precedentes en la comunidad” y como “uno de los eventos culturales más importantes del año”. Inversión económica que sale directamente de las arcas publicas regionales y municipales ya que la Comisión Nacional del IV Centenario no aporta financiación. 

Se trata de una inversión que, según García-Page, “va a transformar la ciudad y toda la región. Se van a beneficiar hoteles, restaurantes y otros museos. Todos lo van a agradecer”. Lo que no explica el señor García-Page es cómo va a transformar la región. Aunque el número de visitantes colapse la ciudad, deseo del propio presidente en su visita relámpago del mes de junio a Cuenca en plena campaña a las elecciones generales, este tipo de macro-eventos no dejan ningún beneficio a los ciudadanos, ni crean infraestructura, ni recursos culturales.

El evento y sus gastos

No hay que olvidar que La Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2015, establece que la celebración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes tiene la consideración de acontecimiento de excepcional interés público a los efectos de lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo. La duración del programa de apoyo a este acontecimiento abarcará desde el 1 de enero de 2015 hasta el 30 de junio de 2017. A la inversión directa de 1.500.000 de euros hay que sumarle las exenciones fiscales a las empresas colaboradoras, por lo que se dejarán de ingresar importantes cantidades de dinero. 

El evento requiere importantes gastos de montaje, iluminación, sonido y seguridad. Por otro lado, hay que asumir los gastos de los emolumentos de comisarios, técnicos y artistas. Sólo el sector turístico y hostelero obtendrá un beneficio directo de la celebración del evento. De nuevo se recurre a fórmulas que benefician a unos pocos y no transforman, ni mejoran, ni enriquecen el tejido cultural de la ciudad. 

En los tiempos de bonanza económica, la instrumentalización de la cultura por parte de los poderes políticos ha sido una constante. La cultura se puso al servicio de la especulación inmobiliaria y el turismo, creando un sistema clientelar que ha servido para empobrecer el panorama cultural. Y de nuevo, y en una situación económica mucho menos boyante, el gobierno de García-Page apuesta por un evento millonario. 

Los símbolos franquistas en la Catedral de Cuenca

Por otro lado, extremo no carente de importancia, 'La poética de la libertad' expone las obras de Wei Wei en la Catedral de Cuenca. La fachada de dicho edificio alberga símbolos franquistas, lo que constituye un verdadero contrasentido respecto a la intención declarada de los responsables del evento -entre los que se encuentra el Ayuntamiento de Cuenca y el Gobierno regional-; a saber, “desvelar y difundir la capacidad del arte para convertirse en vehículo de la lucha por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos”.

La retirada de los símbolos de la catedral está siendo otro de los tristes episodios del franquismo residual que sigue invadiendo nuestras instituciones tras cumplirse 80 años del levantamiento militar. La Asociación Ciudadanos por la República instó a su retirada en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica ya en 2007, dado que dicha simbología se exhibe en la vía pública. El Ayuntamiento de Cuenca se ha inhibido con la excusa de que el edificio es de titularidad privada. No sólo es una burla a los Derechos Humanos y a la memoria de quienes defendieron la libertad, sino un delito amparado por la ley de la Memoria Histórica.

La entrada a la catedral para ver esta obra cuesta además a cada ciudadano 13 euros. El obispo afirmó que el 10% de lo recaudado iría a Caritas y a otras ONG. Por su parte, la empresa que gestiona el evento, Eulen a través de Eulen Art,ha sido la encargada de la organización del evento junto con el obispado. Sin que haya trascendido la cuantía y destino detallado de la inversión.

Las políticas culturales que está llevando a cabo el Gobierno del señor García-Page están obviando interesadamente la realidad de la situación cultural de la región. Llevar a cabo grandes celebraciones y maquillarlas con grandilocuentes palabras no va a cambiar ni transformar la situación por arte de birlibirloque: las 42 bibliotecas publicas que cerró el gobierno de Cospedal siguen cerradas; no se han puesto en marcha los mecanismos para la instauración de estudios superiores en Música y Artes Escénicas en la región, no hay políticas de protección a los creadores y empresas emergentes, no hay políticas de formación y promoción cultural.