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El 10% de la población en Castilla-La Mancha padece pobreza severa

Foto: EFE

Francisca Bravo Miranda

Los objetivos del último informe publicado por la red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español señalan que en los últimos cuatro años, en España no se han seguido los objetivos europeos de reducir la pobreza y la exclusión social, sino que dichos factores han aumentado “enormemente”. En el país la cifra de población AROPE, de pobreza y exclusión social según sus siglas en inglés, llega ya un 27,3%, lo que significa unos 12.866.000 españoles viviendo en estas condiciones.

En Castilla-La Mancha los números son incluso más graves. Un 36,7% de la población, 771.066 personas, se encuentra en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, según los datos de 2013. Se trata de un crecimiento del 8,1%, en relación al 2009, siendo la segunda Comunidad Autónoma cuyos números más han crecido después de Ceuta. Junto a Ceuta y Cantabria, el crecimiento es más del triple de la media en España y las tres comunidades acumulan el 10% del total de la población en estas condiciones.

Aún más preocupante es el indicador de pobreza severa, que se refiere a las personas que viven en hogares en las que la renta por persona es igual al 30% de la mediana de los ingresos de la población. En el caso de Castilla-La Mancha el porcentaje de ciudadanos que se encuentra en esta situación llega al 10,56. Se trata de personas que ingresan menos de 4.057 euros al año, es decir, 339 euros al mes.

La tasa AROPE usa tres elementos: la tasa de pobreza, que incluye personas pobres pero sin necesaria privación material o sin trabajo insuficiente, los llamados pobres con empleo, que en España alcanzan el 20,4% de la población. También pueden ser aquellos en situación de pobreza, sin privación material severa pero sí con baja intensidad de empleo o aquellas personas que viven en situación de pobreza severa, con privación material pero que no sufren una baja intensidad de trabajo. Por otra parte, se basa también en la población que vive en hogares con baja intensidad de trabajo y también en los ciudadanos con privación material severa.

En el caso de Castilla-La Mancha, los ciudadanos que están en riesgo de pobreza llegan al 31,3% de la población, mientras que aquellos que sufren una carencia material severa al 5,8%. Por otro lado, las personas que viven en hogares con baja intensidad del trabajo, alcanzan el 19,9% en la región. El informe señala que la relación entre estas tasas es dispar en el país: por ejemplo, Cataluña y Castilla-La Mancha presentan tasas similares de privación material severa, pero la tasa de pobreza castellanomanchega dobla la catalana, mientras que el indicador AROPE es mayor en dieciséis puntos.

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