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La primera promoción del Ciclo de Grado Superior de Cómic pide paso

Fotos: Saúl García

Las Noticias de Cuenca/ Gorka Díez

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Cuenca está a un paso de contar con sus primeros especialistas en Cómic, una creativa y original profesión para la que, a lo largo de dos cursos, los estudiantes, cerca de una quincena de entre 19 y 40 años de edad, han perfeccionado su técnica de dibujo y adquirido importantes conocimientos para trabajar para editoriales que busquen ilustradores o poder crear su propio tebeo.

Esto ha sido posible gracias al Ciclo de Grado Superior de Cómic que desde el curso 2017/2018 imparte la Escuela de Arte José María Cruz Novillo de la capital, y que convierte a esta escuela en uno de los cuatro centros públicos nacionales que imparten esta especialización.

Una de sus profesoras, Julia Beamud Montero, sostiene que la puesta en marcha de este Ciclo de Grado ha supuesto “un gran cambio” para la Escuela Cruz Novillo, ya que brinda “una oportunidad de formarse a todos los que quieran estudiar algo relacionado con el dibujo y la ilustración”.

El perfil de alumno, cuenta, es gente “a la que le gusta dibujar, todo el tema del cómic y de la ilustración, además de contar historias, pero que hasta ahora no había tenido la oportunidad de estudiar algo referente al dibujo”, y ello a pesar de que entre los matriculados se encuentran licenciados en Bellas Artes.

Los alumnos aprenden con estas clases todo sobre las técnicas de guion y el desarrollo de una historia, la creación de personajes, el uso de tinta, acuarelas o acrílicos y el dibujo digital a través de soportes cotidianos como la tablet, este último un gran avance que pocos conocen antes de entrar en la escuela y que permite a los dibujantes trabajar de un modo mucho más rápido e inmediato que en papel siendo sin embargo el resultado “prácticamente el mismo”. Porque, asegura Beamud Montero, “la manera de trabajar no cambia, lo que cambia es la herramienta, y ahí se trata de que conozcan los distintos soportes y elijan aquel que más les guste”.

Hablan los alumnos

Entre los alumnos se encuentra Miguel Ángel García ‘Pitx’, graduado en Bellas Artes y con varios trabajos como ilustrador, que asegura que en estas clases vio “una oportunidad de meter en el currículum un título más específico de comic” y cursarlo entiende que ha sido “un acierto. Te permite meterte en la dinámica de cómo funcionan las editoriales”.

También de Bellas Artes procede Ana Jiménez, para quien todos han terminado el ciclo “muy bien, haciendo piña y aprendiendo muchas cosas”. Por ejemplo, destaca que en el grado cursado en la UCLM ya aprendió a dibujar e ilustrar, pero ahora ha adquirido conocimientos sobre “cómo poder formar bien una historia, hacer buenos guiones y buenos storyboard, además de dibujar bien los planos”.

Otro de los alumnos es Diego López ‘Satheo’, al que siempre le ha gustado dibujar y en cuanto se enteró de que había un ciclo especializado “me lancé a él sin saber lo que me esperaba”. Y ahora que está a punto de concluirlo considera que ha ido “bastante bien.

La más joven del grupo es Silvia Navarro, que destaca lo mucho que sus compañeros le han ayudado a aprender todo lo relacionado con el dibujo “y a cómo maquetar las páginas para que queden bien”. Ahora, se ve con ganas de cursar otro ciclo en ilustración para “extenderme más. Lo que no me convence es Bellas Artes”.

Salida laboral

Aunque, una vez culminados los estudios, encontrar trabajo siempre es complicado, Julia Beamud Montero considera que para los dibujantes existen varias posibilidades de insertarse en el mercado laboral, como realizar el storyboard de películas (algo no obstante más implantado en otros países europeos como Inglaterra o Francia que en España), trabajar como ilustrador en una editorial, en periódicos o revistas, o realizar su propio boceto de cómic y buscar el respaldo de alguna editorial o sistemas de financiación como el crowdfunding.

De la escuela al menos salen sabiendo perfectamente cómo crear y desarrollar un personaje y, además, siempre es posible “seguir formándose”, especialmente en estudios de animación, donde el desarrollo del dibujo es indispensable. “Los campos digitales están abriendo muchos campos”, sostiene Beamud Montero.

Por el momento, cuatro alumnos ya saldrán del ciclo con un libro de cómic bajo el brazo, confeccionado como trabajo final y para, de paso, celebrar el décimo aniversario de la librería de la capital La Comicteca. Una obra de 32 páginas a todo color dividida en cuatro partes, una por alumno, con un nexo de unión pero pertenecientes a géneros muy distintos: la ciencia-ficción, el terror, el humor y el cómic underground. Una obra que “los alumnos están realizando en su totalidad: el guion, el story board, el color, el diseño, la maquetación… Ellos se lo guisan y se lo comen”.

Nacho Lucena Llorca, nacido en 1977 en Salamanca aunque residente, desde niño, en Cuenca, es el alumno del Ciclo Formativo de Grado Superior de Cómic al que ya se le han abierto las puertas del mundo laboral, pues ha estado tres meses realizando el story board de una película infantil que tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las más taquilleras de las próximas navidades, ‘Lunnis de leyenda’.

Coproducida por Televisión Española y dirigida por Juan Pablo Buscarini, el filme se basa en la popular serie que emite el canal Clan y estará protagonizada por una niña de nueve años encargada de salvar la fantasía, un mágico recorrido en el que la música también tendrá un papel muy relevante.

Nacho cuenta que se encargó de dibujar las secuencias del filme, con sus respectivos planos y giros de cámara, en base al guion que le pasaron. “Es una manera de planificar el filme. El director nos daba bastante libertad aunque en ocasiones nos pedía alguna modificación, de modo que el trabajo se moldeaba”.

El encargo, reconoce, no le habría salido de no estar cursando en la Escuela Cruz Novillo un ciclo que califica de muy “completo y específico, porque nos forman en cómic pero también en composición, fotografía, cine o historia del arte”.

“Empecé a estudiar porque siempre me ha gustado el dibujo, que de pequeño se me daba muy bien, aunque más como hobby. Pero ahora se ha convertido en algo en lo que puedo trabajar, que me ha abierto un montón de oportunidades laborales”, cuenta este conquense que hasta ahora tenía estudios de Delineación y ha trabajado en sectores como la construcción y la hostelería.

“Todavía no es tarde para cambiar y creo que hay que hacer aquello que crees. Y este es un trabajo muy bonito y creativo, que me llena. Si te pasas dibujando diez días seguidos claro que acabas cansado, pero con sensaciones que no se tienen con otros trabajos”.

La clave de esta profesión, cuenta, está en “saber cómo contar una historia visualmente y en dibujar mucho, cuanto más mejor. También tienes que saber de anatomía, de perspectiva. Y currártelo mucho”.

Ahora espera que los contactos adquiridos le ayuden a encontrar un nuevo empleo. Y en seguir, a su manera, los pasos, por qué no, de Mateo Guerrero, a quien no duda en alabar: “Es un máquina”.

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