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“Hay un repunte de los extremismos que niegan la diversidad en la que vivimos”

Diversidad

Carmen Bachiller

El 1 de agosto de 2015 una joven fue agredida cuando se encontraba junto a una amiga en las escaleras mecánicas del ‘Miradero’ de Toledo. Diversos movimientos antifascistas se encargaron de difundir la agresión a través de redes sociales y el suceso alcanzó gran alcance mediático.

Es uno de los casos incluidos en el informe sobre incidentes relacionados con delitos de odio elaborado por el Ministerio del Interior correspondiente a 2015. Son los últimos que se conocen, a la espera de la estadística de 2016 y se refieren a casos de ataques a personas por su pertenencia a un determinado grupo social, según su edad, sexo, identidad de género, orientación sexual, religión, raza, etnia, nivel socio-económico, nacionalidad,  ideología o discapacidad.

En 2015, Castilla-La Mancha registró 73 casos de delitos de odio. Ninguno relacionado con el antisemitismo o la aporofobia (agresiones a personas sin techo), tres tuvieron que ver con las prácticas o creencias religiosas, siete con la discapacidad, seis con la orientación o la identidad sexual y uno con la discriminación por razón de sexo o género.

Pero estos no fueron los casos más frecuentes, sino los que tienen que ver con la ideología o con el racismo. Y es que Castilla-La Mancha se situó como la tercera comunidad autónoma en incidentes relacionados con la ideología -después de Cataluña y Galicia- con 31 casos, de los que 25 se produjeron en Toledo. Además, fue la  sexta comunidad autónoma que más incidentes registró relacionados con la xenofobia o el racismo, con 25 casos. Y también fue la sexta región con más imputaciones o detenciones por delitos de odio: en total, 37.

Según el mismo informe, Toledo fue la sexta provincia española con más incidentes relacionados con delitos de odio, con 42 casos de los que 25 estaban relacionados con ideología, 10 con racismo o xenofobia, tres con la condición de discapacidad, dos por creencias o prácticas religiosas y dos más por la orientación o identidad sexual.

La tipificación de los delitos de odio es relativamente nueva en el panorama nacional tras aprobarse la Ley Orgánica 1/2015, por la que se modificó el Código Penal. Se amplió tanto la nomenclatura de delitos como los tipos de conducta sancionables por la vía penal.

“Fundamental” la formación para detectar “indicios” de delito

La Asociación Socioeducativa Llere, en colaboración con la Unión Federal de Policía (UFP) y la Facultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina (Toledo) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), llevarán a cabo el 28 y 29 de marzo en Toledo  - 29 y 30 de marzo en Madrid- dos jornadas formativas sobre 'Los delitos de odio para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado'. Para ellos también supone una novedad.

Raúl Cogolludo, secretario regional de la Unión Federal de Policía (UFP) explica que “toda formación es buena. Se trata de conocer el protocolo para saber cómo actuar ante este tipo de delitos”. Fue en diciembre de 2014 cuando el Ministerio del Interior puso en marcha el primer protocolo de actuación policial para erradicar la discriminación y la violencia por delitos de odio en España. Más de dos años después, a los agentes aún les cuesta identificar “dónde está la barrera”, reconoce Cogolludo.  Las jornadas de formación congregarán en Toledo a unas 30 personas entre Policía Nacional, Policía Local y Guardia Civil. En Madrid serán casi 300.

Los agentes abordarán los casos desde la realidad psicosocial y desde el enfoque legal pero también estudiarán su capacidad de actuación así como la  detección y persecución de estos delitos.

“Los políticos han normalizado ciertos comentarios”

César Arroyo de la Asociación Socioeducativa Llere explica que es la primera vez que realizan actividades de formación con este colectivo. Lo hacen en marco de  'C.O.N.T.A.C.T.', un proyecto europeo en el que participan diez países, para la creación de una red online, un equipo de seguimiento y una app para móviles con el fin de contrarrestar los delitos de odio.

“La tendencia en toda Europa apunta a un crecimiento en los extremismos, sobre todo una extrema derecha que niega la diversidad en la que vivimos”. Un repunte que Arroyo atribuye a “causas múltiples”. Una de ellas tiene que ver con la “incorporación” al discurso político de ciertos “mensajes o comportamientos utilizados por la extrema derecha”. Desde su punto de vista, “se han normalizado ciertos comentarios” que calan en la sociedad y que “se terminan trasladando en forma de agresiones”.

“En España hemos tenido políticos que han utilizado muy a la ligera comentarios contra el colectivo gitano o los inmigrantes. Y me refiero a políticos que no son precisamente de extrema derecha sino de una derecha más moderada”. A eso se suma la situación de crisis. “A veces se intenta desviar la atención acusando a determinados colectivos que se convierten en cabeza de turco”.

Reclaman “coordinación” policial, educativa y sanitaria

“Es fundamental formar a la gente para que sea más hábil a la hora de detectar indicios de un delito. Y además formar no solo al colectivo policial sino al  educativo o el hospitalario, además de dar herramientas a la gente joven”. En ese punto coincide Roberto Moreno, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales desde donde se asesora a la Asociación Llere en cuestiones de investigación y formación. “Tiene que haber una coordinación entre los actores. El tema no se puede dejar solo en manos de jueces o policía. La responsabilidad es de todos para anticiparnos y prevenir”.

Redes sociales y medios de comunicación también juegan un papel fundamental. “Hay un discurso muy agresivo contra el diferente”, señala César Arroyo. Por otro lado, las redes sociales e internet se han convertido en ‘caladero’ para captar adeptos o para emitir mensajes por la “sensación de impunidad”, a lo que se suma la “infradenuncia” por miedo o desconocimiento. “Son una ventana”, asegura Roberto Moreno, por la que se cuelan también fenómenos como la “islamofobia”, no solo desde el punto de vista religioso sino también cultural o el vinculado al mundo del deporte.

La Facultad de Ciencias Sociales de la UCLM tiene previsto realizar un “pequeño estudio” sobre los delitos de odio (incluyendo la relación causa-efecto). “No es nada sencillo recopilar e interpretar estos datos”, explica Moreno. Ya en 2016, como complemento al futuro estudio, la Facultad presentó una propuesta ante la Comisión Europea para “generar protocolos con los complejos hospitalarios que son los primeros espacios donde se tiene conocimiento de este tipo de agresiones. Nos permitiría contextualizar los datos que ahora ofrece el Ministerio”.

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