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“La valla es su último obstáculo y el que, a veces, los mata”

Una de las imágenes de la exposición

Lourdes Cifuentes

Más de 20 años fotografiando a los inmigrantes africanos que buscan llegar a Europa dejan momentos captados a través de su cámara de fotos.  Devoluciones en caliente, unos pies descalzos caminando por el monte, saltos a la valla, las concertinas… Antonio Sempere ha captado milímetro a milímetro, escena a escena y sentimiento a sentimiento todo lo que sucede en esa “frontera del sur de Europa” en la que se ha convertido la valla de Ceuta.

Esas imágenes se exponen desde este jueves, 19 de enero, en la Casa Perona.   La exposición tiene tres partes que reflejan la situación en los campamentos del monte cercanos a la frontera, el salto a la valla, y lo que ocurre una vez se consigue entrar en Ceuta. Tres pasos de un largo recorrido que Antonio Sempere conoce bien porque reconocer y recuerda cada una de las caras y las historias detrás del salto a la valla.

AlbaceteCapital.- ¿Cuando fue la primera vez que fotografiaste el camino hacia la valla?

Antonio Sempere.- Vi un reportaje de un medio de comunicación que me dejó indignado porque trataba a los inmigrantes porque decía que estaban perfectamente organizados, con dinero incluso, para llegar a Ceuta dando saltando la valla. A mí eso me chocó y decidí irme con ellos para ver cómo viven. Me metí en un campamento y cuando ves cómo viven y piensan te cambia el concepto. La gran equivocación de los europeos es que nos creemos que intelectualmente los africanos que tratan de llegar a España y Europa están muy por debajo de nosotros y eso no es cierto. Casi todos conocen la realidad de Europa y conocen la miseria que tienen en sus países.

AC-¿Cuál es la etapa más difícil de todo ese camino para llegar a Europa?

Sempere.- Lo más duro, desde mi punto de vista, es el periodo desde que salen de su país hasta que llegan a Marruecos. La espera, en Marruecos, se ha convertido para ellos en desesperanza. En Marruecos los desalojan de los pisos, les cortan el agua e, incluso, se niegan a alquilarles casas y se ven obligados a dormir en la calle. Además, estar en un campamento a menos de un kilómetro donde está la valla que te separa del sueño de Europa es muy difícil. La valla es su último obstáculo y el que, a veces, los mata.

AC.– ¿Hay brutalidad hacia ellos por parte del Ejército Marroquí y la Guardia Civil?

Sempere.- Le dan la vuelta y criminalizan a los africanos que tratan de saltar la valla.Quieren que la opinión pública crea que son malos y violentos. En muchos saltos que yo llevo he visto sólo una vez que se haya atacado a un Guardia Civil. Y en cambio ellos se enfrentan a brutales agresiones por parte del Ejército Marroquí hasta tal punto que algunos piden que los maten antes de ser devueltos porque saben lo que les espera.  Hay que ser consciente de que las concertinas son cuchillas, son muy peligrosas, y que mientras están enganchado en la valla se les golpea y se usan gases lacrimógenos para que bajen. Las actuaciones contra ellos son cada vez más contundentes.

AC.- Una vez que ya están en España, ¿Les merece la pena el viaje y todo por lo que pasan ?

Sempere.- No. De hecho a sus hermanos les dicen que no vengan.

AC.- ¿Se ve el salto a la valla como algo habitual en Ceuta?

Sempere.- Para mí no. Yo no me acostumbro nunca. Cada salto es distinto, cada existencia es distinta. En el caso de la ciudadanía sólo puedo decir que en Ceuta ha aumentado el racismo y el odio por el negro.

AC.- ¿Cual ha sido la foto más dura que has hecho en estos años de seguimiento de la migración africana hacia Europa por Ceuta?

Sempere.- La hice un día que llegó un chico medio muerto y, después de dos horas de lucha de Cruz Roja y Guardia Civil para que sobreviviera, falleció ahogado. Ese fue el momento más duro, porque fue una de las primeras muertes que capté. Hasta entonces había fotografiado cadáveres que habían aparecido en las playas y los montes, pero esa fue la primera muerte real que capté.

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