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Àfrica Ramírez, presidenta de los editores valencianos: “Somos un sector pequeño pero tremendamente necesario”

Àfrica Ramírez, presidenta de la Associació d'Editors del País Valencià.

Miguel Giménez

València —

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El pasado 15 de diciembre, la Associació d'Editorials del País Valencia (AEPV) reelegía a Àfrica Ramírez, editora de Balandra Edicions, como presidenta de la organización para un segundo mandato con un apoyo del 70%. Ramírez confía en el mismo equipo con el que ha contado estos últimos años para continuar con la profesionalización e internacionalización del sector del libro valenciano. “La junta tiene una cosa buena, y es que está representado todo el territorio (Alicante, Castellón y Valencia), el libro en castellano y en valenciano, los diferentes géneros, como el literario, el profesional, los libros de texto, el cómic...”, apunta Ramírez, quien reconoce estar satisfecha con el trabajo realizado los últimos años, “aunque es cierto que siempre se pueden hacer más cosas”.

La AEPV nació en 1990 y actualmente cuenta con 58 editoriales asociadas. “Tenemos mucha variedad entre nuestros socios y representamos al 90% de la edición”, explica la presidenta de la entidad, que apunta que la característica principal es que la mayoría son pequeñas editoriales, “aunque bastante representativas”.

El sector editorial valenciano, según el Estudio de Comercio Interior del Libro de 2021 elaborado por la empresa Conecta Research & Consulting para la Federación de Gremios de Editores de España, factura alrededor de 30 millones de euros y paga 1,5 millones de euros en derechos de autor, con una ocupación directa de 250 personas, “a las que hay que añadir el empleo indirecto, que no está cuantificado: traductores, correctores, ilustradores...”. En 2021 se editaron unos 1.500 títulos en la Comunitat Valenciana, alrededor de 750 en valenciano y otros tantos en castellano.

La asociación tiene diferentes proyectos en marcha, aunque los más importantes, tal y como destaca su presidenta, son los relacionados con la formación, que incluyen cursos bonificados: “Estamos ante un sector que necesita profesionalizarse, porque tenemos muchas editoriales pequeñas. En el territorio hay algunas grandes, pero lo que son los mayores grupos editoriales (como Planeta o Anaya) están en Madrid o Barcelona”.

También van a seguir centrando sus esfuerzos en la internacionalización, abriendo mercados para el libro valenciano: “Es un camino muy costoso para las editoriales pequeñas, pero también muy necesario”. En esta línea, apuestan por la participación en las ferias literarias más destacadas, como pueden ser Frankfurt (Alemania), Bolonia (Italia) o Guadalajara (México), gracias a la colaboración de la Generalitat Valenciana, que asume el coste de un expositor conjunto. “Se trata de que las editoriales puedan estar presentes y que utilicen su presencia en estos foros para abrir su propio camino y dar el salto a nuevos mercados”, apunta la presidenta de la asociación, que aclara que el estand está abierto a cualquier editorial, “esté o no integrada en la entidad”.

“Tremendamente necesarios”

La presidenta de la AEPV asegura que los editores son “tremendamente necesarios”. “Somos un sector pequeño, probablemente como los índices de lectura, que en el territorio valenciano son más bajos que en el conjunto de España, aunque afortunadamente están creciendo”. Ramírez subraya que las editoriales valencianas son “muy dinámicas”, y que tienen un “muy buen producto” gracias a la cada vez mayor profesionalización de un sector “muy complicado”, que debe “encontrar el equilibrio entre la vertiente cultural y la vertiente económica”.

Según detalla, el sector tiene un problema de invisibilidad, a pesar de que la Comunitat Valenciana cuenta con un ecosistema muy productivo: “Tenemos libros de todo tipo”. Precisamente, el hecho de que se produzcan tantos libros acaba convirtiéndose en un problema, ya que desaparecen rápidamente de las librerías, que “fomentan las novedades y cada quince días cambian los expositores. No da tiempo a disfrutar de los libros, ya que hay demasiada rotación”. Para afrontar este problema, Ramírez considera que sería necesario “conversar” con los libreros, “pero es muy complicado, porque las novedades se solapan”.

Proyecto europeo

Uno de los principales retos que afronta la Associació d'Editorials del País Valencià es liderar el proyecto europeo 'Lit up', en el que participan ocho entidades de cinco países asociadas en un consorcio: la propia AEPV, Euskal Elkartea Editoreak (editores en euskera) y la empresa andaluza Acento Comunicación, por España; la fundación Afuk, en la zona de Frisia (Países Bajos); la editorial independiente Il Leone Verde, que nace de la unión de diferentes editoriales pequeñas (Italia); la editorial Malinc, vinculada con la traducción y coorganizadora de las ferias del libro de Maribor y Lubjana, y la editorial Goga, responsable del Festival Literario de Nova Mesto (Eslovenia); y Krokodil, asociación cultural que organiza el Festival Krokodil en Belgrado desde hace más de 15 años (Serbia).

Este proyecto, que se viene gestando desde el departamento de internacionalización de la asociación valenciana desde 2019, es “estratégico” para la AEPV: “Completa y amplía la presencia de las editoriales valencianas en las ferias internacionales más importantes del sector”. Ramírez explica que el proyecto cuenta con la financiación del programa Europa Creativa de la UE y tiene una duración de 42 meses -comenzó el pasado verano y se alargará hasta diciembre de 2025-. El coste global es de 902.195 euros, de los que 630.795 euros corresponden a la subvención y el resto se complementa con los recursos propios de los miembros del consorcio.

El proyecto tiene tres objetivos principales: la capacitación, la cooperación para crear una red de autores y editores europeos y la colaboración entre asociaciones para la elaboración de una red de agentes. En el primer ámbito, se trabajará en la formación para la profesionalización, desarrollando las habilidades necesarias para competir internacionalmente. Así, se trabajará para que los participantes puedan trabajar con éxito en actos de promoción, comerciales para la venta de derechos extranjeros, en la adquisición de habilidades para gestionar esos derechos foráneos o en la negociación de acuerdos de venta y compra internacional.

En el segundo campo, se establecerá una red de autores y editores en Europa para crear relaciones comerciales y permitir que las editoriales y los autores conozcan nuevas literaturas, nuevos modelos de negocio y nuevas oportunidades de mercado que aumenten la rentabilidad de sus productos a partir de un calendario de eventos. Por último, la red de agentes de apoyo a editores y autores estará basada en la comparación de experiencias de éxito y evaluación en común de retos y oportunidades para desarrollar la industria del libro y promocionar las obras literarias en el extranjero.

El proyecto también tiene una clave cultural, ya que la movilidad de los autores y editores en estos cuatro años “permitirá establecer relaciones, conocer a homólogos de otros países y preservar el patrimonio literario europeo que representan la literatura independiente y la literatura en lenguas menos utilizadas”. Además, durante el proyecto, se presentarán obras en diferentes festivales por toda Europa, “ampliando su difusión y posibilitando la venta de sus derechos, cuando en la actualidad se limitan a sus mercados naturales”, explica Àfrica Ramírez, que confía en el éxito de esta iniciativa que les permitirá participar en otros proyectos en otros lugares.

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