“Tras la pandemia se me acabó la renta valenciana, perdí el trabajo y ahora vivo en Casa Caridad de València”
“Pasé la pandemia compartiendo piso con otra chica pero cuando acabó la pandemia se me terminó la renta valenciana que son 660 euros y a pesar de poder renovarla, me centré en encontrar trabajo que es lo que he hecho toda la vida. Por fin encontré como cuidadora de mujer mayor, estaba interna con ella, pero se puso malita y al tener que ingresarla en una residencia perdí el empleo y no acabé viniendo a Casa Caridad, donde llevo dos meses y estoy muy contenta y agradecida por el trato. Mi idea ahora es buscar un trabajo, me están ayudando pero con mi edad no es fácil”.
Francisca Martínez tiene 60 años y es una de las 63 personas alojadas en una de las residencias de Casa Caridad de València, en concreto la ubicada en el Paseo de la Pechina. Y es que el contexto post pandémico ha sido demoledor. Según las cifras de la organización, en el año 2020 Casa Caridad atendió 2.504 personas diferentes, mientras que en el año 2021 este número aumentó a 3.378, un 35% más, de las cuales 1.198 son mujeres, que por primera vez supera a los de hombres que fueron 1.178. También hay que destacar que 1 de cada 3 personas beneficiarias son menores.
Martínez tiene familia, pero no quiere sentirse como una carga hacia ellos: “Me han ayudado, estuve viviendo en casa de mi hermana y de mi madre pero considero que debo de buscarme las castañas porque ellos tienen su familia y llego un momento que se dan discusiones por la conviviencia, y al final pienso que lo mejor es irme, además siempre he sido muy independiente. En Navidad prefiero quedarme aquí porque si los veo me voy a dar morriña y me va a resultar más difícil volver”. Ella tiene claro que al nuevo año le pediría “un contrato de trabajo”.
Hernán Pinto, de 57 años, lleva desde octubre del año pasado en diversos recursos de Casa Caridad y desde hace cuatro meses está también en la residencia del Paseo de la Pechina: “Llevo seis años divorciado después de 30 años casado y tengo una hija de 19 años. Caí en una depresión y perdí mi empleo como transportista por ajustes de la empresa. Antes de entrar aquí estuve un año viviendo en el coche, en el calle, hasta que mi asistenta social medió para que pudiera entrar aquí. Primero venía a comer al comedor social y luego entré al albergue donde nos tratan muy bien, es como una familia. Ahora cobro la renta valenciana que son 660 euros y ayuda a pagar la hipoteca de la casa de mi ex mujer y mi hija”. El deseo para el año nuevo de Pinto es el mismo que el de su compañera Francisca, “salud y un trabajo”.
Además de la ayuda a las personas residentes, en 2022, la Asociación ha incrementado en un 29% las personas beneficiarias de las entregas de carros de alimentos y artículos de higiene. Según los datos de la ONG, hasta octubre de este año han acudido a este servicio un total de 2.471 personas diferentes, 554 más que en el mismo período de 2021. Esto ratifica el aumento de las necesidades básicas que afecta cada vez más a un mayor número de personas en València.
A este servicio, se suman el de comedor para personas en situación de calle, así como los menús del alumnado de los tres Centros de Educación Infantil que tiene la Asociación. En total, cada día gracias a Casa Caridad comen más de 1.500 personas, una cifra que ha ido en aumento en los últimos meses y las previsiones apuntan a que estos datos seguirán creciendo de cara a final de año.
En esta línea, el presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, ha alertado que “la situación de inestabilidad económica que estamos viviendo, unida al aumento del coste de la vida, está generando un aumento de la pobreza entre las familias valencianas, que se traduce en su imposibilidad por comprar productos tan básicos como fruta, verdura, pañales o huevos. Para mejorar esta situación en nuestra ONG, hemos adaptado nuestras instalaciones, programas y servicios para ofrecer una mayor respuesta y poder cubrir las necesidades básicas de estos colectivos”.
Esta es la situación de Michelle Velázquez, de 28 años y con un hijo de dos años. Según explica, acude a por la cesta de alimentos para ahorrar gastos de manutención: “Vivo en un piso con mi cuñado, mi hermana, mi sobrina, mi hijo y yo. Me separé de mi pareja, soy víctima de violencia de género. Estuve un año y medio con él hasta que gracias a la asociación Por Ti Mujer me ayudaron a poner la denuncia. Por eso me fui a casa de mis familiares. Vengo cada 15 días y nos dan todo tipo de alimentos y pañales para los niños. Estoy buscando trabajo como cuidadora”.
Rodrigo Arenas, de 42 años, casado y con un hijo de 12 años, también recurre al carro de alimentos de Casa Caridad: “Mi madre se quedó viuda y vinimos en mayo desde Colombia a cuidar de ella porque está enferma. La idea era solucionar unos temas y volvernos con ella a Colombia. Por la enfermedad perdió el trabajo y le dieron la incapacidad permanente, pero solo cobra 520 euros, muy poco para la hipoteca y los gastos y yo ya no tengo ahorros para sostenerlo todo y el problema es que al no tener aún los papeles no puedo encontrar trabajo, pese a que soy licenciado en música y daba clases en la universidad; también he trabajado en temas de diseño gráfico y gestión de calidad”.
Campaña de NaviDAR
Ante esta situación, la Asociación Valenciana de Caridad ha lanzado la campaña Tiempos de NaviDAR. Desde la ONG quieren recordar que la Navidad es un tiempo para celebrar, abrazar y encontrarse, pero también para apoyar a los que más lo necesitan. Esta campaña es un llamamiento a la solidaridad de la ciudadanía valenciana para que aproveche los tiempos de celebración para pensar en las personas más necesitadas, ayudando a Casa Caridad a conseguir sus objetivos diarios y dar a conocer su actividad, en una época de incertidumbre económica. De hecho, el gasto medio diario de Casa Caridad en 2021 ascendió a 13.000 euros.
La Asociación Valenciana de Caridad ha organizado para las personas usuarias de los centros de Pechina y Benicalap varias actividades como repostería navideña, campeonatos de juegos de mesa, salidas a las salas de cine, o decoración navideña, con el objetivo de generar un ambiente navideño y de celebración, en unas fechas tan especiales.
Además, la ONG ha preparado dos menús especiales para las personas usuarias del centro de acogida temporal de Pechina y el Multicentro Social de Benicalap, así como para las personas en situación de calle que acuden al comedor social. Durante estos días, la Asociación prepara 320 de estos menús. Para ello, Casa Caridad cuenta con la colaboración de la Liga de Fútbol Profesional y Coca-Cola.
Además, en la entrega de productos básicos que realiza la ONG a las personas con algún recurso habitacional ha incluido para estas fechas artículos navideños como turrón o dulces típicos.
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