El PSOE denuncia sobrecostes de tres millones en las obras de la Delegación del Gobierno
La diputada socialista en el Congreso de los Diputados, Ana Botella, ha denunciado este jueves que la rehabilitación del Palacio del Temple, sede de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, ha destruido la sala de Plenos del Palacio del Temple, sala que fue construida en el siglo XIX y que forma parte de la huella histórica del edificio.
Botella, en un comunicado, ha declarado que “la remodelación del Temple es de todo menos ejemplar. Un bien tan valioso para el patrimonio arquitectónico de Valencia ha sufrido todo tipo de incidencias que han sido resueltas por el Gobierno del PP con el peor resultado para el bien de la rehabilitación. Empezando por la baja temeraria, el despido del arquitecto redactor del proyecto original, la subcontratación de un nuevo arquitecto especialista en Medio Ambiente, los modificados de proyecto, la dilatación de las obras y las improvisaciones ante la aparición de yacimientos arqueológicos que eran previsibles”.
El delegado del Gobierno de la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha visitado este mismo jueves las obras de las obras de rehabilitación y reconstrucción acompañado por los responsables del proyecto, cuyo objetivo “es devolver a su estado original este edificio neoclásico, declarado Bien de Interés Cultural, preservando en todo momento el patrimonio histórico valenciano”
Moragues ha ofrecido detalles del proyecto, que “avanza a buen ritmo”, y ha explicado que “el Palacio del Temple quedará abierto [en principio, la próxima primavera] para que los ciudadanos visiten los restos arqueológicos hallados y recuperados del s. XII.”
La chapuza en un Monumento Artístico Nacional y Bien de Interés Cultural
La dirigente socialista ha reprochado a Moragues, en un comunicado, que durante en sus visita a las obras “no se haya preocupado por la desfiguración del proyecto original, que incluía la rehabilitación de la Sala del Siglo XIX, la escasa calidad de materiales que se están utilizando y el cortoplacismo de las soluciones arquitectónicas dadas en favor del uso administrativo y no de la recuperación del inmueble de alto valor histórico y patrimonial, declarado Monumento Artístico Nacional y Bien de Interés Cultural con 255 años de historia”.
Tras la demora por parte de la Delegación que dirige Moragues, el Ministerio de Hacienda autorizó a la diputada socialista a visitar el pasado viernes 26 de agosto las obras de rehabilitación y constató lo que llevaba meses denunciando: “Las numerosas incidencias sufridas en la rehabilitación han perjudicado la rehabilitación y la importante inversión publica en el único exponente de la arquitectura neoclásica en Valencia”.
De hecho, tal y como verificó Botella el viernes, en el lugar donde estaba la Sala de Plenos, que aparece en todos los libros de historia sobre el Palacio del Temple, ahora hay baños y despachos“.
Sobrecostes de 3 millones
La diputada ha recriminado que la baja temeraria con la que se adjudicaron las obras haya podido repercutir en la conservación de un inmueble del valor arquitectónico y cultural como este. Según ha explicado, cuando el PP entró en el Gobierno modificó el proyecto que se había licitado inicialmente por 10,4 millones de euros que finalmente, con una baja temeraria, se adjudicó por 6,8 millones, es decir, un 39% menos. La dirigente socialista teme que “la rebaja en el presupuesto inicial que aprobó el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha repercutido en la calidad de materiales y de la obra de rehabilitación, en detrimento de la conservación del Palacio del Temple”.
Aunque llama la atención “que el coste actual de las obras según el delegado del Gobierno está en los 10 millones de euros, por lo que hay que preguntarle dónde se ha invertido ese presupuesto, porque los materiales no son mejores y el espacio construido es menor”.
Botella ha presentado una nueva batería de preguntas en el Congreso de los Diputados para que los ministerios responsables de la obra, Hacienda y Cultura, expliquen qué ha sucedido “tras las numerosas incidencias y los modificados de proyecto que ha sufrido la obra, con un retraso de más de dos años y de la que sin embargo el Delegado del Gobierno no cesa en utilizar como propaganda”.