Diez claves para elegir unos auriculares inalámbricos

Foto: Vernon Chan

Jordi Sabaté

Ahora que Apple ha puesto en el mercado sus AirPodsAirPods y de paso ha abierto la veda a la moda de los auriculares inalámbricos, conviene ver qué alternativas existen a ellos que comporten mejores precios o la seguridad de que no los perderemos al mínimo giro brusco de cabeza. Precisamente estos dos hechos, los 179 euros que cuestan y su ausencia de mecanismo de sujeción, es lo que más se ha criticado de este lanzamiento.

Ciertamente, perder un aparato de casi 180 euros por un mal trote mientras hacemos running -no hay que olvidar que un objetivo claro es poder usarlos vinculados al móvil cuando corremos- o por bailar en la playa o por que se caen por el hueco del metro o del ascensor... No parece una idea agradable. A parte de esto, y aunque los AirPods prometen ser una experiencia lujosa, existen alternativas en el mercado que tienen precios más asequibles sin renunciar a unos mínimos de calidad y comodidad.

A continuación se exponen diez aspectos que se juzgan importantes a la hora de elegir unos buenos auriculares inalámbricos. Responden a preguntas como: ¿para qué los queremos; cómo vamos a usarlos; cuándo queremos usarlos; cuánto estamos dispuestos a pagar?

1. Duración de la batería y sistema de recarga

La duración de la batería y su sistema de recarga no es una cuestión baladí cuando hablamos de auriculares que vincularemos al móvil. Puede que los queramos para escuchar música o bien para hablar por teléfono. En ambos casos, lo más probable es que estén activos y lejos de casa la mayor parte del tiempo.

Por lo tanto, necesitan una larga autonomía o nos dejarán colgados en medio de una conversación por falta de energía. Lo mejor es que tengan una duración lo más larga posible, pero eso se traduce en tamaño de batería, o sea peso y tamaño del auricular. Así que si queremos llevar en las orejas algo discreto y ligero, deberemos apostar por modelos que tengan estaciones de carga portables.

Estas son baterías externas adicionales que tanto sirven para cargarse en el enchufe como para dar su energía a los auriculares, algo así como una nave nodriza. De ellas interesa que sean ligeras y que tengan buena velocidad de carga, para poder disponer de nuevo de los auriculares lo antes posible. Lo ideal es que entre los auriculares y la carga externa se cubra una jornada de trabajo completa, sobre las diez horas.

2. Seguridad de la sujeción

La poca sujeción por la que apuestan los AirPods está bastante condicionada por la estética, tan importante para Apple. Sin duda cuanta menos sujeción, más estéticos son los auriculares, aunque corremos el peligro muy real de perderlos en las circunstancias que antes hemos relatado. Muchos modelos llevan un cable o correa que corre por la nuca hasta los pabellones auditivos, de modo que no se ve, pero no resulta tan bonito. Otros apuestan por una especie de pinza que se coge en oreja; si nos quedamos con este sistema, que sea con auriculares no demasiado caros. Por si acaso.

3. ¿Grandes o pequeños?

Aquí toca la pregunta de: ¿para qué los quieres? Si buscas unos auriculares para escuchar música solo en casa a todo volumen o ver la tele sin molestar al resto de habitantes, la mejor opción son los clásicos cascos, grandes pero circumaurales, que te aíslan totalmente del entorno sin necesidad de software antirruido.

Si además no tienes complejos, puedes usar uno de estos modelos en la calle conectados al móvil, que seguro que no los perderás y posiblemente tengan una batería potente. Pero si apuestas por la calle, querrás plasticidad y estética, y también buena portabilidad. En consecuencia, seguramente querrás auriculares pequeños que van insertos en la oreja, los llamados intrauriculares. Cuidado que también tienen sus desventajas, como el mal aislamiento o la menor autonomía.

4. La comodidad en el oído

Si vas a pagar más de cien euros -e incluso más de 50- por un auricular, lo lógico es que los pruebes; que como mínimo te los puedas acomodar en el pabellón y ver si te molestan, si aíslan bien del entorno o se sujetan correctamente. Lógicamente esto solo lo puedes hacer en tiendas físicas, pero tiene más importancia de la que creemos, ya que cada oído es diferente.

5. Su usabilidad

¿Cómo activamos la subida y la bajada de volumen? Se supone que si son inalámbricos no tenemos por qué estar necesariamente pagados a la fuente de sonido... ¿Cómo sabemos si queda mucha o poca batería y es mejor recargar? ¿Permiten pasar a la siguiente canción o parar la reproducción? ¿Permiten acabar o iniciar una llamada? Un buen auricular sí lo hace. En este caso la solución de Apple para AirPods, a base de un chip adicional con sensor de voz y órdenes de Siri, se antoja muy lograda. Siempre que Siri trabaje en nuestro idioma, claro.

6. Calidad del sonido

La calidad del sonido es importante, sobre todo respecto a cómo modula los graves y los agudos de modo que un volumen alto no resulte molesto a nuestro oído. En general, la calidad va incluida en el precio del aparato, pero no está de más hacer pruebas en la tienda o leer opiniones en foros antes de comprar.

7. El aislamiento respecto al exterior

Ya hemos comentado que unos auriculares grandes, circumaurales, permiten un buen aislamiento por el método físico de cubrirnos la oreja de espuma, pero esto tiene sus implicaciones si los queremos para emplearlos en la calle. Lo lógico es que apostemos por modelos intrauriculares, que tendrán menor tasa de aislamiento físico.

Por lo tanto deberemos contar con algún tipo de sistema de cancelación de sonido por software si queremos estar totalmente aislados. Es decir, un chip que detecta ruido exterior y automáticamente emite un zumbido que lo neutraliza.

8. Que cuenten o no con micrófono

Si vamos a usar los auriculares en el teléfono, lo lógico es que cuenten con micrófono, algo no tan común como creemos, pues siguen vendiéndose modelos que no lo incorporan, especialmente los centrados en la escucha doméstica.

9. Alcance de la conectividad

Uno de los grandes problemas de los auriculares inalámbricos es que nos vemos vemos obligados a estar 'cerca' de la fuente de sonido, sobre todo en la tecnología de transferencia Bluetooth, que alcanza un máximo de treinta metros en su versión más moderna, la 4.2. Según para quién, treinta metros son muchos o pocos. Por ejemplo: trabajamos en un edificio de oficinas y estamos en una planta diferente a la de nuestro despacho, donde está nuestro teléfono.

Se supone que apostamos por los inalámbricos para no ir cargando con el teléfono... Hay alternativas que trabajan con radiofrecuencia, como la Kleer, que permiten un alcance de más de 100 metros, pero necesitan del establecimiento de una estación de emisión conectada a la fuente. De todos modos, la inminente llegada del Bluetooth 5.0 augura un alcance de 120 metros.

10. Estética

Es quizás el menos importante de los factores. O no... No es una cuestión menor el que los auriculares nos gusten, ya que los tenemos que llevar encima y ofrecen una imagen de nosotros. Ciertamente hay modelos bonitos y modelos que se podrían calificar de feos, así que dejemos un espacio en nuestra decisión para la estética.

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