Comprar una freidora de aire: ¿merece la pena hacerle un hueco en nuestra cocina?

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Ya son unos cuantos años los que lleva triunfando la freidora de aire en el mercado. Su funcionamiento se basa en cocinar los alimentos bajo un aire muy caliente que está constantemente en circulación gracias a una fuente de calor eléctrica y a la potencia de un ventilador.

Su uso no es complicado, con la compra de todas ellas obtendrás un manual de instrucciones y buceando en internet encontrarás cientos de sencillas recetas. 

Pero como todas las nuevas modas, estas freidoras de aire esconden ventajas y desventajas. Su conocimiento nos hará más fácil decidir si merece o no la pena añadirla a nuestra lista de electrodomésticos de uso diario.

Recetas saludables: ¿mito o realidad?

El principal motivo de su triunfo ha sido su relación con una forma de cocinar más saludable debido a que no requieren uso de aceite. Debemos saber que esto es relativo, porque aunque se conocen como freidoras “sin”, necesitan un mínimo de aceite.

Y ello para que la comida no quede pastosa, aunque lo cierto es que podemos sentirnos algo decepcionados si estamos acostumbrados a cocinar con mucho aceite, ya que el sabor y la textura es diferente.

Según la OCU, tras freír patatas tanto frescas como congeladas en la freidora airfryer y en una clásica, se llegó a la conclusión de que “tanto en el aspecto como en el sabor, las mejores patatas fritas se consiguieron con la freidora clásica”.

“Sin embargo”, prosigue el documento, “en cuanto a la airfryer, las patatas no se frieron de forma homogénea, no estaban crujientes, y tenían sabor a patata cruda. La causa probable es que la temperatura no sea suficientemente homogénea durante el proceso”.

Además, precisamente son las patatas fritas, croquetas, nuggets y palitos de pescado, entre otros, los alimentos los que mejor resultado presentan, por lo que comprar una freidora de aire no implica una comida saludable, ya que estas siguen siendo opciones menos sanas en comparación a otras que no quedan tan logradas o no se pueden hacer en este tipo de electrodoméstico.

De todos modos, las freidoras de aire son un buen método para empezar a disminuir el uso de aceite en el cocinado, ya que, aunque sea necesario un mínimo de este ingrediente para un buen resultado, la cantidad requerida es mucho menor en comparación a la de una fritura tradicional. 

Potencia y rapidez

Las freidoras de aire son similares al horno pero con un tiempo de cocinado mucho más rápido que alcanza toda la superficie del alimento de forma homogénea, por lo que es ventajosa para aquellas personas que no quieran pasar mucho tiempo en la cocina.

Esto se debe a su potencia, que de forma general ronda los 1.000 y 1.400 vatios y a que su tamaño más reducido permite concentrar más la cantidad de aire en menor espacio y por tanto, cocinar el alimento en menor tiempo. 

¿Gasto o ahorro?

Podremos encontrar freidoras de aire con potencias de 800 hasta 2000 vatios: cuanto mayor sea esta potencia, mayor será el gasto eléctrico, un gasto que se compensa debido a que el tiempo de cocinado es menor.

Según la OCU, la freidora clásica consume un 25% menos de energía eléctrica y a su vez es más rápida, pero requiere mucho más aceite.

Por su parte, en un horno el tiempo de cocinado es mayor pero la potencia no es tan alta, por lo que el gasto es similar en ambos. La ventaja es que con la airfryer vas a tener tu comida lista antes que si la pusieras en el horno, por lo que te ahorrará tiempo de cocina.

Además, al cocinar con ella no vas a utilizar tanto aceite como en las frituras tradicionales, por lo que tendrás menor gasto en este ingrediente. Eso sí, necesitarás una inversión inicial, las freidoras de aire valen como mínimo unos 50 euros y deberás plantearte cuál se adapta mejor a tus necesidades, por lo que variará el precio.

Diseño y materiales

Respecto a su exterior, no importa tanto el color como el tamaño y el peso del electrodoméstico, ya que es un aparato más en tu cocina que ocupará espacio. Es una buena opción si queremos reducir el número de electrodomésticos y si tenemos la intención de utilizarla para todo lo posible, ya que existen airfryer multifunción.

Sin embargo, si ya disponemos de un horno y no tenemos la necesidad de hacer comida de forma rápida, no va a suponer tanta diferencia añadirla en nuestra cocina. 

Una de las principales cosas que debemos mirar es el tamaño del recipiente, ya que una familia necesitará un cajón de mayor capacidad, de al menos cuatro litros, mientras que para una pareja o alguien soltero no será necesario un recipiente tan amplio. Debemos tener en cuenta que no se recomienda llenar demasiado las cubetas porque el aire debe circular para cocinar adecuadamente. 

En el diseño influyen también los materiales de los que está hecha: las de acero inoxidable y materiales antiadherentes reforzados en la cubeta interior, en las rejillas y posibles accesorios darán mejores resultados que el plástico de mala calidad, que tiende a estropearse más fácilmente.

Manejabilidad

Finalmente, además de buscar una freidora que sea fácil de limpiar, debemos pensar en su manejabilidad. En la airfryer tradicional no se puede ir revisando los alimentos como a través de la ventanilla de un horno, ya que tienen una cubeta extraíble opaca donde se deposita la cubeta de cocinado, lo que obliga a estar más pendiente y a sacar la cubeta para remover los alimentos. 

En algunos modelos, solo consiste en sacar dicha cubeta, pero en otros es posible que sea necesario detener la cocción antes de hacerlo según indique el manual. Otros cuentan con la tapa superior transparente para vigilar mejor el proceso de cocinado sin tener que abrir el aparato.

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