Diez maneras de evitar que la cena de nochebuena te deje sin blanca

Foto: Sbs

Jordi Sabaté

Javier, lector y socio de eldiario.es, nos hace la siguiente sugerencia en un correo electrónico: “se me ocurre que siendo una web de consumo podríais hablar de trucos para ahorrar en la Navidad, y en especial de cara a la cena de nochebuena; lo digo porque maldita la hora en que se me ocurrió a mí, hace quince, años decir que se montaba en casa: ahora hemos pasado de ocho a diecisiete, con las parejas y los niños -ya no tanto-, y me deja la compra un agujero de más de 500 euros cada año la broma. Lo dicho: sería bueno poder rebajar la factura…”

Como Javier estamos tantas otras y tantos otros en estas fechas en que la cartera se nos pone a temblar de solo pensar en qué le daremos de cenar a la tropa familiar. No están los tiempos para derroches ni demostraciones de poder económico en la mayoría de las casas y además, por otro lado, no tienen ningún sentido. Así que es mejor pensar en cómo hacer para no tirar el dinero y buscar alternativas que, como dice Javier, nos permitan arañar unos cientos de euros en la factura de la compra a las organizadoras y organizadores.

No es imposible conseguirlo si tenemos en cuenta que según datos de la OCU, estas navidades los productos subirán en algunos casos hasta un 30% su precio, es el clásico subidón navideño de cada año. Por lo tanto si sabemos anticiparnos, esquivar los productos más inflacionistas y tirar de ingenio y la adecuada información, tal vez este año sí: nos quede algo en la cuenta para regalarnos con un capricho, que nosotros también lo merecemos. A continuación te explicamos diez maneras de evitar que la cena de nochebuena te deje sin blanca.

1. Apuesta por aperitivos cuantiosos para encabezar el menú

Los aperitivos dan mucho juego porque puedes combinar productos de calidad con otros más de relleno. Por ejemplo puedes apostar por huevos de codorniz cocidos con una punta de salsa rosa y combinarlos con jamón de paletilla de calidad, que siempre será más barato que el ibérico, pero que con los vermús y los jereces, la cuñadesca te agradecerá igual. Se añaden unas olivas rellenas de anchoa de precio asequible y se combina con algún paté de mayor calidad y sus tostaditas, etc. Eventualmente se puede apostar por latas de conservas, langostinos cocidos -descongelados, por supuesto-, etc.

2. Incluye ensaladas

En primer lugar les harás un favor a todos, porque el aporte de fibra les saciará, les hidratará y les ayudará a comer menos de los platos más pesados del menú, con lo que al día siguiente se sentirán mejor. En segundo lugar, a ti te permitirá rebajar las raciones de los principales sin que haya comentarios sottovoce sottovocesobre si te estás volviendo escocés o te has metido en una nueva hipoteca...

3. Tira sin vergüenza de producto congelado

De producto congelado hay de tan bueno como malo, y como en todo es cuestión de lo que estés dispuesto a pagar. Pero el mejor marisco congelado siempre será más barato que su equivalente fresco, y lo mismo sucederá con el pescado o las carnes. Y además podrás comprarlo mucho antes de Navidades, esquivando así el “subidón”. Solo hay que aprender a cocinar los congelados, y en el caso del marisco hay infinidad de tutoriales en internet que te explican cómo hacerlo.

Otra opción que te permiten los congelados es comprar los principales ya hechos, descongelarlos tal como te indique el productor, calentarlos y sentarte a la mesa a disfrutarlos con el resto, en lugar de pasarte la tarde y parte de la noche removiendo salsas y emplatando. De nuevo el precio del producto irá ligado a la calidad de este, pero siempre será más asequible -y cómodo- que hacerlo tú mismo. 

4. Adelanta la compra unas semanas

Si piensas en el marisco, la lubina, el solomillo, el cochinillo segoviano o el lechal, más vale que corras, compres lo antes posible y congeles. Como ya vas muy tarde, dado que los precios alcanzan su punto más bajo justo un mes antes, el 25 de noviembre, no encontrarás grandes chollos pero al menos no sufrirás “el impuesto de los tardones”, que son aquellos que pagan ese 30% de más que marca la compra pocos días antes de nochebuena.

No olvides quetanto pescados como mariscos y carne se pueden congelar sin problemas y aguantan perfectamente varios meses. En cuanto a las latas de conservas, en efecto también las hay que suben en navidades y como aguantan todo el año, siempre es un buen momento para hacerles un lugar en nuestra alacena.

5. Busca los productos que menos suben cada año

Diseña tu menú en función de cómo va el mercado, buscando siempre los productos que este año esquiven mejor la subida. En la página web de la OCU pues encontrar qué alimentos suben de precio y cuáles bajan este año por Navidad, y así optar por los que estarán más moderados.

6. Apuesta por productos de temporada

Hay determinados productos, como la calabaza, la lombarda y otras verduras y hortalizas que hay que comer en invierno cuya oferta es amplia y por tanto no notan apenas las subidas. Introducirlas en el menú en forma de sopas, ensaladas, rellenos, etc., puede ser una gran idea. 

7. Infórmate sobre los vinos con mejor calidad precio

Actualmente con internet tenemos una enorme fuente de información para saber cuáles son los vinos con las mejores calidades y precios para regar nuestra nochebuena. Nos podemos sorprender porque hay notables crianzas e incluso reservas por precios que apenas superan los diez euros.

8. Incluye fruta antes de los turrones

La inclusión de una macedonia de frutas puede ser agradable y refrescante tras los principales, además de un alto en el camino de la comilona previo a los turrones y polvorones, que resultará saciante. De nuevo lograremos que la cuñadesca y la sobrinada se fije menos en si hay mucho o poco dulce de remate.

9. Raciona y recicla el turrón

El turrón puede reciclarse de un año para el otro si se guarda en las condiciones adecuadas, pero es que además siempre acaba sobrando un montón. Ante tal despilfarro, es mejor sacar solo la mitad de lo que adquirido, y que sea de calidad, y reservar el resto para el año siguiente, siempre adecuadamente conservado.

10. No compres la licorería entera

Los licores son la otra cosa que suele sobrar tras la cena de nochebuena, y lo peor es que terminan desperdigados en vasos medio llenos o bien en las botellas abiertas y olvidadas en los extremos de la mesa, junto a los ceniceros repletos de colillas. En consecuencia, no te quieras hacer la espléndida/espléndido y cosmopolita y limítate al clásico trío español: ginebra, whisky y coñá. Nada de moderneces: ni Cinar, ni Cointreau ni Pilé 43. 

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