La maca: ¿un alimento afrodisíaco masculino?

Foto: Judgefloro

Jordi Sabaté

¿Qué es la maca?

La maca (Lepidium meyenii) es una planta herbácea anual o bienal que crece en las partes más altas de la cordillera de los Andes, levantando unos 10 a 20 centímetros del suelo. Es famosa en la zona desde tiempos inmemoriales por su gran resistencia a las condiciones extremas, ya que su hábitat se sitúa entre los 3.500 y los 4.500 metros, por lo que se la ha utilizado tradicionalmente como alimento, en especial sus raíces, en forma de rábano.

Las mismas se consumen cocidas o desecadas al sol y convertidas en polvo. La primera forma es la tradicional en los pueblos de los Andes, y según algunos estudios en ratones, comporta una mayor riqueza nutricional respecto a la raíz desecada, que nutricionalmente resultaría según el estudio muy pobre.

La raíz seca y molida se usa principalmente como forma de conservar la maca, ya que se sabe que puede llegar a durar hasta dos años en estas condiciones. Posteriormente la raíz seca se puede utilizar para cocinar un puré tradicional y fermentado con leche de cabra llamado mazamorra, o bien moler en polvo para fines medicinales.

La maca se ha cultivado desde antiguo y los primeros españoles que llegaron a la zona de los Andes ya describieron su consumo, tal como relata Fray Antonio Vásquez de Espinoza en una descripción del año 1598.

Entre otras observaciones de la época, se destaca la vitalidad y resistencia que tenía el ganado que consumía maca en altura frente a los animales que traían los españoles. Al parecer, también se describe un aumento de fertilidad entre la cabaña autóctona y se atribuye al consumo de maca.

¿Un superalimento?

Lo cierto es que la maca ha llegado hasta nuestros días como un superalimento y también una planta milagrosa que es capaz de actuar como afrodisíaco, memorizante, energizante, protector contra la osteoporosis, protector contra la hiperplasia benigna de próstata, protector contra la caída del cabello, y algunas virtudes más. Miles de páginas web han ayudado a la difusión de estas supuestas propiedades. ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Es un mito infundado o hay constatación científica?

Por lo pronto hay que prestar atención a su composición: el polvo de la raíz de la maca se compone de cerca de:

  • 14% de proteínas
  • 76.5% de carbohidratos
  • 2% de grasas
  • 8.5% de fibra.

También proporciona más de 20 aminoácidos, incluyendo ocho de los diez aminoácidos esenciales, veinte ácidos grasos libres tan beneficiosos como el láurico, linoleico, palmítico, oleico o ácido estérico. También aporta pequeñas cantidades de vitaminas B-1, B-2, C y E. Y en cuanto a los minerales Calcio, Magnesio, Potasio, Cobre, Cinc, Manganeso, Fósforo, Selenio, Azufre, Sodio y Hierro.

Es decir que podemos considerar a la maca un alimento bastante completo, si bien tal vez excesivamente alto en hidratos de carbono, pero bueno como fuente de energía inmediata y rico en fibra, que reduce el índice glucémico de los azúcares, aunque muy bajo en grasas.

Una composición, sin duda, buena para subsistir a grandes alturas donde se necesita hemoglobina extra ante la baja concentración de oxígeno del aire. Este hecho puede explicar su aprecio entre las poblaciones andinas.

¿La maca hace milagros?

Sin embargo, no está nada claro que haga milagros si bien sí se han reportado beneficios según una revisión de 2014 sobre sus propiedades biológicas. La misma indicaba la existencia de estudios que constataban sus efectos positivos en ratones de laboratorio sobre la hiperplasia benigna de próstata, la osteoporosis, la espermatogénesis, la memoria y la fatiga.

Adicionalmente, la revisión matizaba que los estudios existentes no son suficientes para resultar concluyentes y que se necesita más investigación. También incidía en que no se ha observado ninguna dosis tóxica por interferencia hormonal, tal como aseguran diversas leyendas urbanas.

Otro estudio tampoco observó aumento hormonal a nivel plasmático en hombres tras la ingesta de maca durante doce semanas, lo que descartaría sus virtudes afrodisíacas.

En cambio sí se habría observado un aumento de la espermatogénesis en ratones situados a 4.300 metros de altitud y alimentados con maca, lo que avalaría las impresiones que tuvieron los primeros europeos, aunque no se trata de pruebas concluyentes. Finalmente, no hay estudios que corroboren que incide positivamente en la prevención de la alopecia o caída del cabello.

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