Astenia otoñal ante el inminente cambio de hora

Foto: Vic (hang_in_there)

Jordi Sabaté

Como cada año, impuesto desde Bruselas, el último domingo de octubre se producirá el cambio de hora de invierno, en el cual a las tres de la madrugada del sábado al domingo deberemos atrasar el reloj sesenta minutos. De este modo, se pretende ganar una hora de día por la mañana, pero del mismo modo, según está adaptado nuestro tipo de vida a un determinado horario, tendremos la sensación de que se hará de noche más pronto.

Esta alteración de las horas de sol que percibimos, unida a la menor luminosidad ambiental fruto del alejamiento del astro y su menor cenitalidad, lo que provoca también una bajada progresiva de las temperaturas, puede traducirse en algunas personas en un sindrome más o menos pronunciado que se conoce como astenia otoñal. Se trata de un decaimiento físico y psicológico de la persona que puede llegar a durar varias semanas, pero que termina por desaparecer.

Durante este periodo, la persona siente mayor fatiga, irritación y tristeza, además de perder el hambre y conciliar peor el sueño, llegando en algunos casos al insomnio, la angustia y la inhibición del deseo sexual. Por otro lado, la astenia contempla enventualmente una bajada de las defensas del sistema inmunitario por la caída de las temperaturas que puede favorecer los resfriados y gripes, y en personas mayores enfermedades más graves.

Además se pueden producir anemias debido a la tendencia al desorden alimentario de la persona que sufre la astenia, que puede pasar a consumir alimentos pobres en vitaminas, así como recluirse en casa y exponerse menos al aire libre y la luz solar. Por lo tanto y dado todo lo descrito, a pesar de ser temporal, la anemia es un trastorno que puede tener ciertas consecuencias, de lo que se deduce que es recomendable combatirla con determinadas estrategias.

Cómo contrarrestar la astenia otoñal

  • Procurar tomar el sol: al menos 20 minutos al día deberíamos ser capazar de exponernos, siempre que sea posible al sol con la cara y los brazos descubiertos. Dicha exposición conlleva varios efectos. El primero de ellos es que fomentaremos la generación de vitamina D a partir del colesterol de la sangre. La vitamina D esencial en los niveles de calcio y fósforo en la sangre, para crear hueso, así como en funciones de absorción intestinal de los alimentos. El segundo efecto beneficioso es que el calor del sol yla luminosidad desatan la producción de dopaminas, hormonas del buen humor que combatirán nuestra tristeza.
  • Hacer ejercicio moderado o intenso: el ejercicio no solo nos ayudará a gastar energías y reducir el estrés, sino que empujará al organismo a producir endorfinas, que también son hormonas euforizantes que nos dan energía y combaten el decaimiento. Además, el consumo energético producido nos hará llegar cansados y relajados a la hora de dormir, con lo que facilitaremos la entrada en el sueño.
  • Seguir horarios regulares: este apartado es importante sobre todo en lo concerniente a la hora de acostarse y levantarse, puesto que una de las consecuencias del cambio de horario y de la astenia es la dificultad para conciliar el sueño y también para levantarse por las mañanas. Disciplinarse en estos campos, así como a la hora de las comidas, puede ayudarnos a superar el trastorno con prontitud.
  • Salir al aire libre: no solo para hacer deporte o para tomar el sol; conviene salir a pasear o estar al aire libre para evitar los encierros en ambientes secos y llenos de calefacciones, donde pueden acumularse microbios y ácaros, importantes precursores de las alergias otoñales.
  • Evitar comidas copiosas: no se trata de comer menos, sino de hacerlo con más frecuencia y con una menor ingesta por comida. De este modo se evitan digestiones pesadas que pueden acarrear mayor cansnacio e inactividad, dos de los factores que alimentan la asetenia.
  • Evitar el abuso de alcohol y café: el motivo es que estas bebidas fomentan el estrés a través del estímulo de la secreción de cortisol, la hormona que provoca los procesos inflamatorios.
  • Mantener una dieta variada y rica en ácidos grasos omega-3: es importante que la dieta sea lo más variada posible, con abundante fibra vegetal para mantener la flora intestinal activa, ya que su buena salud se relaciona con la prevención de alergiase incluso procesos inflamatorios precursores del estrés. Por otro lado, la presencia de ácidos grasos omega-3 a través de la ingesta de nueces, salmón o pescado azul también combate los processo inflamatorios. Adicionalmente son recomendables alimentos como el pavo, la leche, el pollo, el queso, la soja, el chocolate, etc. El motivo es que todos ellos son ricos en triptófano, una sustancia que afecta directamente a la producción de serotonina y, en consecuencia, al estado anímico.

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