Cinco atajos dietéticos para perder grasa que debes evitar en 2019

Foto: Pixabay

Jordi Sabaté

Año nuevo, vida nueva. Con el paso de 2018 a 2019, seguramente muchos de nosotros en edad de cuidarnos nos pondremos nuevas metas para mejorar nuestra salud como dejar de fumar, moderar los azúcares, perder el sobre peso acumulado, etc. Todas ellas son loables y comportan sin duda una serie de medidas y sacrificio para cumplir con los retos. No obstante, la tentación de tomar atajos nos acecha siempre, ya sea por falta de tiempo, impaciencia o pereza.

Ahora bien, la mayoría de los atajos no funcionan y, si quizás exceptuamos el uso del cigarrillo electrónico para dejar de fumar, al final su adopción puede hacer incluso que no solo no consigamos nuestro objetivo, sino que empeoremos respecto a como estábamos el año anterior. Es más, en el campo de la pérdida de grasa, algunas de las ideas que oiremos este año pueden ser directamente contraproducentes para la salud.

El mejor atajo para mejorar nuestra salud es estudiar bien la dieta que hacemos, eliminar el tabaco, los azúcares refinados, el exceso de grasas animales y moderar mucho el alcohol, cuando no eliminarlo. Por otro lado, incluir la fibra vegetal en forma de fruta y hortalizas, etc. A ello debemos sumar la práctica de ejercicio físico progresivamente intenso. A continuación te exponemos cinco de estos atajos de los que oirás hablar en 2019 y que debes evitar.

1. El sazón de carbón activado

El carbón activado de obtiene de la ignición de la cáscara de coco hasta el nivel de cenizas porosas, no totalmente quemadas, y posteriormente tratadas con vapor a alta temperatura. Por sus características iónicas, es capaz de capturar gran variedad de moléculas complejas en una solución y arrastrarlas a la precipitación, depurándola de este modo. En medicina, por ejemplo, se usa en caso de intoxicaciones con medicamentos o lejía para lavar el aparato digestivo.

Pero que de ahí haya saltado a internet, y posteriormente a las tiendas online, como sazón en polvo para la mejora de la digestión y la depuración de las comidas y bebidas que ingerimos es una aberración. Se recomienda beber un vaso con carbón activado inmediatamente tras la comida o mezclado con esta. Sin embargo, tal como aclara este artículo, este sazón insípido sirve para poco más que para desproveer de sus nutrientes a los alimentos, vitaminas y antioxidantes incluidos. Es decir que nos desnutre y poco más, a pesar de que también se pueda encontrar en forma de helados y panes.

2. El té verde antes de las comidas

Otro atajo que pega de nuevo fuerte en internet en este comienzo de año es el té verde antes de cada comida, como elemento quemagrasas. La teoría es que si tomas un té verde, acelerarás el metabolismo y todo lo que comas será consumido de modo más eficaz. Así, se recomienda tomar té verde en el desayuno, antes de la comida, antes de la merienda y antes de la cena. El té verde, aunque suave, es excitante y es cierto que nos acelera.

Pero ello no significa que automáticamente podremos gestionar todo lo que comemos, sobre todo si comemos de un modo desequilibrado, con abundantes azúcares refinados y alimentos procesados. Es más, es posible que las personas que apliquen la norma del té verde tengan una dieta contraproducente, ya que indica un gran desconocimiento en dietética. El axioma del té verde es un autoengaño que nos puede llevar a comer despreocupadamente y por tanto engordar.

3. Saciarnos a base de agua

Otra dieta de la que se oye hablar con frecuencia es la del agua, y consiste en beber un litro de agua antes de las comidas para sentirnos llenos y de este modo comer menos. Con ella corremos el riesgo contrario al de la norma del té verde: ingerir un menor número de calorías de las que deberíamos y por tanto perder además de grasa, masa muscular.

Si lo tomamos como una pauta cotidiana podemos caer en la falta de una nutrición adecuada. Si lo hacemos solo durante unos días, cuando volvamos a comer normal seremos víctimas del efecto yo-yo, que hará que pasemos a estar incluso más gordos que antes, debido a la pérdida de la masa muscular. Moderar la cantidad de comida y estar saciados es importante, pero debe hacerse a base de comer alimentos saciantes, no de beber H2O.

4. La dieta de grupo sanguíneo

Esta curiosa teoría asocia el grupo sanguíneo de casa persona a un determinado perfil alimentario, de modo que A tiene que comer menos de unos alimentos, B de otros, AB de otros, etc. Una revisión publicada en el American Journal of Nutrition en 2013 deja claro que hay una absoluta falta de evidencias sobre la relación entre grupo sanguíneo y conveniencia de unos alimentos u otros. Lo que hay que hacer es comer equilibrado y racionalmente según los patrones de la dieta mediterránea.

5. La dieta del café

Finalmente la burrada más grande que regresa con fuerza acaso sea la conocida dieta del café, que se basa en regar de café nuestra dieta, combinada con episodios de ayuno. Este artículo revela que es un invento de un ejecutivo de Silicon Valley y que no es más que una mezcla de la norma del té verde para acelerar el metabolismo con la dieta del agua, que busca disminuir el consumo de calorías. Algo en absoluto recomendable.

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