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Los beneficios del baile para la salud física y mental

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Bailar es una actividad divertida, placentera y liberadora. Pero, además, también esconde numerosos beneficios. Hay muchas razones para moverse con la música, tanto para la salud mental como física. 

Además, se trata de una actividad accesible a todo el mundo y se presenta en infinidad de opciones. Danza del vientre, clásica, moderna, jazz, zumba, rock… Sea cual sea la modalidad que practiquemos, e independientemente de nuestra edad, bailar solo nos aportará ventajas.

Cómo el baile nos ayuda en nuestra salud física

El baile es una excelente manera de mantenernos en forma porque requiere que practiquemos muchas habilidades distintas. Nos obliga a usar muchas partes distintas de nuestro cuerpo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, por tanto, puede ser un entrenamiento del cuerpo completo. 

Entre los principales beneficios destacamos:

  • Se gana elasticidad y flexibilidad: según una investigación, los esquiadores de fondo que recibieron durante unos meses un entrenamiento de baile mostraron mejoras en la movilidad articular y la flexibilidad muscular de la columna, así como en la velocidad y la agilidad.
  • Potencia la salud cardiovascular: bailar es una forma de practicar ejercicio que hace trabajar los pulmones y el corazón. El baile es similar al entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), que alterna periodos cortos de esfuerzo intenso con otros de esfuerzo más suave.  
  • Mejora la coordinación y el equilibrio: como muchas otras actividades deportivas, el baile permite adquirir cierto equilibrio, nos enseña a conocer bien el cuerpo y aprender a moverlo de la mejor manera. Cuanto más entrenamos, más capaces seremos de mejorar el punto de apoyo para que el cuerpo aguante de una manera determinada un movimiento concreto.
  • Fortalece los huesos: sostener el propio peso es uno de los ejercicios que más nos ayuda a fortalecer los huesos porque nos obliga a esforzarnos a trabajar en contra de la gravedad. Bailar es una buena manera de hacerlo.
  • Ayuda a perder o mantener el peso: el baile, asociado a una alimentación equilibrada, permite perder algunos kilos de más que podamos tener o mantenernos en nuestro peso ideal, sobre todo si bailamos con regularidad. Las personas que bailan al menos una vez a la semana tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) inferior al promedio y atribuyen una pérdida de hasta 200 calorías a 30 minutos de baile.
  • Cuida la salud muscular: los distintos pasos, ritmos y movimientos repetitivos permiten trabajar todos los grupos musculares. Con cada paso se reafirman muslos y glúteos, se tonifican abdominales, se fortalece la espalda y se moldean los brazos.

Los beneficios psicológicos de bailar

A menudo olvidamos la función terapéutica del ejercicio. Más allá de las ventajas físicas, el baile también puede ayudarnos a nuestra salud mental en general. Nuestro cerebro alberga la llamada glándula pituitaria, que libera endorfinas cuando hacemos ejercicio. 

Estas recorren todo el cuerpo para ayudarlo a sentirse mejor. Pero, además, y gracias a que disfrutamos con lo que hacemos, bailar nos da un impulso extra. Lo más probable es que, después de una sesión de baile, tengamos un aporte complementario:

  • Aporta sensación de felicidad: además de ser una actividad deportiva, bailar es una muy buena manera de distraernos y relajar la mente. También aumenta la vitalidad y la motivación. 
  • Disminuye los niveles de estrés: bailar libera endorfinas que pueden mejorar el estado de ánimo y ayudar a reducir los niveles de cortisol, a producir serotonina y dopamina y, por tanto, los niveles de estrés. Se recomienda bailar de 30 a 45 minutos para liberar estas hormonas naturales de felicidad.
  • Ayuda a socializar y evitar el aislamiento: bailar es una buena manera de conocer gente nueva y de relacionarnos con otras personas con nuestra misma afición.
  • Favorece la autoestima: este punto está directamente relacionado con el anterior ya que establecer relaciones con otras personas contribuye a aumentar la autoestima y las actitudes positivas hacia uno mismo y los demás. También nos ayuda a mejorar la seguridad porque, cada vez que conseguimos dominar un nuevo paso, nos acerca a un estado de confianza cada vez más positivo.
  • Retrasa el envejecimiento cerebral: el aprendizaje de los movimientos estimula la plasticidad del cerebro al movilizar la coordinación. 
  • Mejora la salud cerebral en personas mayores: un estudio publicado en The New England Journal of Medicine demuestra que bailar puede mejorar la memoria e, incluso, prevenir la aparición de la demencia. Tomarse el tiempo para recordar los pasos y los distintos movimientos es una excelente manera de desafiar al cerebro. Otra investigación demuestra que retrasa el envejecimiento cerebral, en concreto en un 76%, y que las personas que bailan de forma regular tienen mejores capacidades cognitivas.

Qué tipo de baile elegir

La elección variará en función de los gustos de cada uno y según el trabajo que queramos conseguir. Deberemos tener en cuenta nuestras habilidades físicas y el tipo de música que preferimos. Algunas formas de baile son adecuadas para todas las edades, mientras que otras son más exigentes y requieren un poco de preparación física previa.  

La danza clásica, por ejemplo, ayuda a flexibilizar el cuerpo y adquirir una buena postura; el hip hop o el break dance son bailes que ayudan a liberar tensiones; si preferimos los bailes en pareja podemos optar por la salsa, el rock o el tango.

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