Crianza de los hijos: ¿cuántos padres dedican el mismo tiempo que las madres?

Foto: Max Pixel

Cristian Vázquez

La búsqueda para alcanzar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en la crianza de los hijos da lugar a algunas contradicciones. Esto ocurre con la legislación, que aunque en las últimas décadas se ha modificado de forma notoria con el fin de promover la igualdad, mantiene unos permisos de maternidad mucho más prolongados que los de paternidad

Pero también sucede con la propia conducta de los hombres: si bien la gran mayoría de los padres españoles se considera corresponsable de la crianza de sus niños, en la práctica poco más de la mitad dedica a esa tarea el mismo tiempo que las madres. Al menos así se desprende del Estudio sobre la corresponsabilidad en España, realizado por una firma de productos para bebés.

En concreto, casi nueve de cada diez padres (el 88,6 %) percibe su entorno familiar como “igualitario y corresponsable”. Sin embargo, solo en el 54,3 % de los casos ambos progenitores se encargan por igual de las tareas directamente relacionadas con el cuidado de los pequeños, como llevarles al colegio, a las reuniones escolares, al médico, etc.

En casi todos los casos restantes son las mujeres quienes dedican más tiempo a tales actividades, salvo el exiguo 0,64% (es decir, poco más de uno de cada 200) en que el padre está más implicado que la madre. El mismo trabajo -basado en encuestas a 4.262 hombres y mujeres- apunta otros datos reveladores. Tres de cada diez mujeres (29,74%) abandonan su carrera laboral cuando tienen hijos.

Del otro lado, entre los hombres la cifra es de apenas del 1%. En la misma línea, mientras casi la mitad -en concreto un 45,21%- de las madres pide un cambio en su horario laboral y el 18% pide excedencias para pasar más tiempo con sus hijos. Al contrario, entre los padres solo el 8% cambia sus horarios y el 1% pide solicita excedencia.

Inequidad en los permisos de maternidad y paternidad

Estos indicadores provienen de un estudio privado y no de datos oficiales, pero coinciden con los reclamos que, desde muchos sectores, exigen desde hace tiempo cambios en la ley para fomentar una auténtica corresponsabilidad entre padres y madres. La Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA) se creó en 2005 y desde entonces aboga por ese objetivo. 

En la actualidad, dos padres aguardan la decisión del Tribunal Constitucional acerca de los recursos de amparo que presentaron por entender que la legislación actual vulnera el principio de igualdad. Desde el primer día de este año, la duración del permiso de paternidad es de cuatro semanas, un lapso que casi duplica los quince días vigentes hasta el año pasado. Y está previsto que se añada una semana más -es decir, que sean cinco semanas- a partir de enero de 2018.

Lo cierto es que esas cinco semanas seguirán representando un periodo muy inferior a las 16 semanas de las que consta el permiso por maternidad. Es cierto que de esas 16 semanas, las mujeres pueden “ceder” hasta diez a sus parejas. Pero en general la cantidad de padres que piden disfrutar de días cedidos por las madres no llega al 2%. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en la primera mitad de este año 132.194 madres gozaron de la prestación de maternidad, mientras que apenas 2.532 padres (un 1,8%) solicitaron que les cedieran una parte de ese permiso.

El veto del Gobierno

Esa es la razón por la cual el centenar de entidades que integran la PPiiNA exigen que los permisos sean intransferibles: si pueden ser empleados tanto por las madres como por los padres, y la decisión queda a criterio de las propias familias, en la enorme mayoría de los casos son las mujeres quienes se quedan más tiempo cuidando a los niños. Y esto no ocurre solo en España, sino también en los países con planteamientos más equitativos, como Islandia o Suecia.

Por ello, especialistas como Carmen Castro afirman que España tiene la oportunidad de liderar el cambio, si se aprueban unos permisos iguales para padres y madres, intransferibles y pagados al 100% del sueldo. En eso consistía la proposición de ley presentada en enero por Unidos Podemos y En Comú, que implicaba un aumento escalonado de dos semanas por año hasta alcanzar un permiso de paternidad de 16 semanas en 2022. 

Sin embargo, en marzo el Gobierno vetó el proyecto, con el argumento de que su aplicación supondría un coste adicional para el presupuesto de más de 1.000 millones de euros anuales. “Qué es eso al lado de los 60.000 a fondo perdido para el rescate de la banca”, planteaba no obstante Carmen Castro, quien estudió a fondo la situación en torno a este tema en más de 25 países. Y concluía que “si no se asume por parte del Gobierno es porque no hay interés en hacerlo”.

La proposición de ley vetada por el Gobierno incluía también la implementación de un plan de universalización del derecho a plaza en una escuela infantil desde el día siguiente al término del permiso parental. Ese derecho, exigía la iniciativa, debe ser “asequible económicamente para todos los niveles de ingresos personales de cada uno de los progenitores y con horarios suficientes”. También sobre este punto, la causa alegada para su veto radicó en su coste adicional: más de 1.600 millones de euros, según el Gobierno.

Permisos intransferibles y bien pagados, el principal reclamo

Según la PPiiNA, la única medida concreta que funciona en la búsqueda de que los hombres aumenten el tiempo que dedican al cuidado de los hijos son los permisos intransferibles y bien pagados. El actual permiso de paternidad, de cuatro semanas, lo solicitan el 80% de los padres -solo dejan de hacerlo los trabajadores con puestos precarios, que temen perderlos, y los altos ejecutivos, que se consideran imprescindibles en sus cargos- porque responde a esas características, y si no se piden, se pierden. 

“Comprendemos que la inercia de los roles de género presione a los hombres para no tomarse el permiso si pueden cederlo a las mujeres”, apunta la propuesta de la plataforma. “En Islandia -añade-, que es el país más avanzado en esta materia, el permiso de tres meses para los padres ha cambiado la norma social: los padres se lo toman y cuidan a sus bebés, y se considera mal padre quien no lo hace. Además, se ha comprobado que los hombres que viven esta experiencia se implican mucho más en el cuidado posteriormente, no solamente de sus hijos e hijas sino también de sus mayores”.

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