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Cómo dar de mamar en el confinamiento y otras preguntas para embarazadas

La lactancia materna tiene múltiples beneficios para el niño y la madre. Foto: Pixabay

Marta Chavarrías

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La pandemia de la Covid-19 abre numerosas dudas acerca de su comportamiento y de cómo afecta a los distintos grupos de personas. Una de las preocupaciones es cómo la enfermedad afecta a las mujeres embarazadas, a los bebés y a la lactancia. Hasta ahora, la información es relativamente escasa y se ha hecho sobre todo con mujeres embarazadas en China diagnosticadas con el coronavirus. Los pocos informes publicados solo cubren decenas de personas, pero ya se han abordado algunos interrogantes.

¿Es segura la lactancia materna si la madre tiene coronavirus?

Las principales sociedades científicas como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef o la Liga Internacional de la Leche (LLI) apoyan la lactancia materna incluso si hay sospecha o infección confirmada de la madre. Defienden seguir amamantando siempre que se tomen las medidas de precaución adecuadas y una buena higiene respiratoria. Se desconoce, tal como admiten los Centros de Control y Prevención de Enfermedades estadounidenses (CDC), si las madres con el virus pueden transmitirlo a través de la leche materna.

En estudios limitados en mujeres con la Covid-19 y otra infección por el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, el virus no se ha detectado en la leche materna. Por tanto, el principal riesgo hasta el momento de amamantar si la madre está enferma es el contacto cercano con el bebé porque al toser o estornudar podrían llegar pequeñas gotas infectadas con el virus al recién nacido.

Más beneficios que riesgos de la lactancia materna con la Covid-19

Para la OMS, el contacto cercano y la lactancia materna exclusiva ayudan al bebé y lo protegen contra las enfermedades en el periodo post-neonatal y durante la infancia. El efecto protector es particularmente importante contras las enfermedades infecciosas, que se evitan sobre todo a través de la transferencia directa de anticuerpos por la leche. Por tanto, deben seguirse las pautas de alimentación infantil (inicio en la primera hora después del nacimiento y hasta los seis meses). Los beneficios de mantener a la madre y al bebé juntos superan, admiten, los riesgos de que esta le transmita la infección por coronavirus al bebé.

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de coronavirus durante la lactancia?

Las recomendaciones son las generales para toda la población, haciendo especial hincapié en cuestiones como:

Lavarse las manos regularmente con agua y jabón o soluciones alcohólicas antes de tocar al bebé, sacaleches o biberón.

Taparse la boca al toser o estornudar.

Evitar tocarse la cara con las manos, especialmente boca, nariz y ojos mientras lo amamanta.

Usar una mascarilla mientras da de mamar.

Evitar el contacto con alguien que demuestre síntomas.

Evitar compartir comida u otros objetos sin limpiarlos adecuadamente.

En caso de sintomatología, autoaislarse en el domicilio y ponerse en contacto con los servicios sanitarios.

Si es posible, considere tener a alguien que le dé la leche extraída al bebé.

¿Qué ocurre si mientras se está amamantando la madre enferma? La OMS recomienda, teniendo en cuenta los beneficios de la lactancia materna y el papel limitado de la leche materna en la transmisión de otros virus respiratorios, que la madre continúe con la lactancia, siempre y cuando se sigan las pautas higiénicas necesarias. También reconocen que, dada la evidencia limitada de posibles complicaciones de la enfermedad en los recién nacidos, es necesario considerar cada caso de forma individual.

Alternativas a la lactancia materna

En caso de no poder amamantar porque la madre no se encuentra bien, la OMS recomienda extraerse la leche para alimentar al bebé porque le continuará proporcionando beneficios y evitar problemas de congestión mamaria. La lactancia puede retomarse cuando la madre esté mejor. Hay raras excepciones en las que no se recomienda amamantar o alimentar con leche materna extraída. No es necesario pasteurizar la leche que se extrae antes de dársela al bebé.

Si se opta por el biberón para alimentar, bien sea con leche de fórmula o extraída, deben seguirse estrictamente las pautas de esterilización. Para ello, antes deben limpiarse los biberones, tetinas y el extractor de leche manual o eléctrico con agua caliente y jabón tras la alimentación, usando un cepillo limpio para el biberón y otro para la tetina. También puede lavarse en el lavavajillas. La madre debe lavarse las manos antes de tocar las piezas o el biberón.

Todo esto lo limpiará, pero no lo esterilizará. La esterilización puede hacerse con una solución de agua fría, al vapor (esterilizador eléctrico o microondas) o por ebullición. El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) admite que la decisión final sobre el tipo de alimentación del recién nacido debe consensuarse entre la madre y los médicos, teniendo en cuenta los conocimientos científicos que vayan apareciendo y el estado de salud de la madre y el bebé.

Embarazo y coronavirus: cuatro FAQS

Además de la lactancia materna, también se han abordado otras cuestiones relacionadas con el embarazo:

1. Una mujer embarazada, ¿tiene mayor riesgo de infección por coronavirus?

1. Una mujer embarazada, ¿tiene mayor riesgo de infección por coronavirus?Aunque, como hemos dicho, la información de la que se dispone todavía es limitada, no hay por el momento evidencia de que una mujer embarazada tenga un mayor riesgo de enfermedad que el resto de personas. Sin embargo, y debido a los cambios en el cuerpo y el sistema inmune, sí se sabe que una mujer embarazada puede ser más susceptible a infecciones respiratorias víricas, entre las que se incluye la Covid-19. Pero no hay datos concluyentes que confirmen que tengan un riesgo más elevado que el resto de personas de tener síntomas más graves o de poner en riesgo al feto, admiten desde los CDC.

2. ¿Qué efecto puede tener el coronavirus en el bebé si la madre está infectada?

Como se trata de un virus muy nuevo apenas se empiezan a tener datos concluyentes. Por el momento, no hay evidencia de que haya un mayor riesgo de aborto espontáneo. Tampoco hay evidencia, o muy poca, de la transmisión vertical(antes, durante o tras el parto) en mujeres que adquieren la infección durante el tercer trimestre de embarazo. Según los pocos datos de los que se dispone hasta ahora es poco probable que el virus en la madre cause problemas en el desarrollo del bebé.

Hasta la fecha, según la OMS, el virus no se ha encontrado en muestras de líquido amniótico, de sangre del cordón umbilical, fluido vaginal ni en la leche materna. Según las investigaciones realizadas en China, los pocos recién nacidos analizados de madres infectadas en el tercer trimestre han sido negativos.

Aunque el virus no parece transmitirse verticalmente, según un análisis hecho con 10 recién nacidos de madres con Covid-19, la infección parece tener un efecto adverso en los recién nacidos, como dificultad para respirar, recuento bajo de plaquetas en sangre y función hepática anormal. Los expertos consideran que se necesitan más datos para evaluar con exactitud el riesgo de los recién nacidos de contraer el virus.

3. En el momento del parto, una mujer embarazada con sospecha o confirmación de la Covid-19, ¿debe dar a luz por cesárea?

El consejo de la OMS es que no. Las cesáreas solo deben realizarse cuando esté justificado desde el punto de vista médico. Ciertas infecciones virales pueden transmitirse de la madre al bebé durante el parto. Pero el virus de la gripe, por ejemplo, no pasa a los bebés durante el parto vaginal. No hay pruebas de que ninguna de las dos formas de parto (vaginal o cesárea) sea más segura que la otra. La manera de nacer debe tratarse en función de las preferencias de cada mujer y de sus necesidades obstétricas.

4. Una mujer embarazada con Covid-19, ¿tiene más complicaciones?

Se ha observado una tendencia en mujeres embarazadas con Covid-19 a un parto prematuro. En un estudio realizado con los datos de 34 mujeres de China diagnosticadas con la Covid-19 en el tercer trimestre se ha demostrado que tienen un mayor riesgo de parto prematuro, con un promedio de unas 36 semanas (unas cuatro antes de la fecha de parto).

En casos más severos, la enfermedad puede causar neumonía, un problema que se une a su ya disminuida capacidad pulmonar. Según una guía sobre Covid-19 en el embarazo de la Royal College of Obstetricians and Gynecologists (RCOG) del Reino Unido, no hay evidencia por el momento de que haya un mayor riesgo de aborto espontáneo.

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