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Leche ecológica, BIO y de vacas felices: ¿en qué se diferencian?

Foto: Ulleo

Jordi Sabaté

Eva, socia y lectora de eldiario.es, nos escribe: “Hola, quería saber si existe alguna diferencia entre la leche BIO, y la ecológica. En especial me interesa mucho saber si se refieren únicamente a aspectos de sostenibilidad con el planeta o también a aspectos éticos en el cuidado de los animales. ¿Hay alguna manera de saber el grado de explotación de una vaca lechera? ¿Hay manera de saber si separan a la ternera recién nacida de la madre inmediatamente, o si mantienen a la vaca con su cría un tiempo antes de explotarla para que produzca leche? Si una leche se etiqueta como 'leche de vacas felices', ¿a qué se compromete la marca?”

Vayamos a responder a Eva por partes, puesto que nos hace muchas preguntas en las que se mezclan denominaciones reguladas por la normativa europea sobre productos ecológicos, orgánicos y sostenibles, con etiquetas de marketing, así como con un uso inapropiado de determinadas etiquetas.

Leche ecológica

En realidad la única categoría de las tres citadas que recibe regulación como tal por parte de la Unión Europea es la de leche ecológica, para la cual hay una estricta normativa que prescribe que las vacas deben:

  • vivir en libertad cuando las condiciones meteorológicas lo permitan
  • se alimentarán en prados y de forraje cuando están estabuladas
  • no se la alimentará de piensos a no ser que sea necesario
  • pastarán en prados no tratados con pesticidas ni herbicidas que no sean aprobados por la normativa.
  • no podrá dársele a la vaca tratamientos hormonales para aumentar la producción
  • no se la podrá medicar con antibióticos preventivamente, sino solo si un veterinario detecta una enfermedad concreta
  • se respetará el llamado 'periodo seco' del animal, que es un plazo entre el parto y la nueva inseminación para que vuelva a dar leche.

Estas condiciones garantizan no solo que la leche se ha producido en condiciones ecológicas, sino también que el animal productor tiene buenas condiciones de vida. Las explotaciones ecológicas no abundan porque la producción de la vaca es menor al respetar los requisitos ausencia de tratamientos y 'periodo seco'.

La leche es más cara y el precio se justifica en el coste más alto que requiere este tipo de explotación para una producción no tan competitiva, pero no está garantizado que la leche ecológica tenga mayor calidad nutricional, aunque hay estudios que aseguran que sí. Lo que si parece ser cierto es que hay una relación entre la cantidad de ácidos grasos omega 3 presentes en la leche y la alimentación con hierba y forraje, siempre que esta esté debidamente equilibrada.

Leche BIO

En cuanto a la leche BIO, nos tememos que en este caso hay un mal uso, o indebido, del término por parte de algunas marcas para promocionar su leche ecológica con ambos nombres a la vez. La razón es que BIO es un sinónimo aceptado por la norma europea de 'ecológico', con lo que al usar el término 'BIO ecológica' se cae en la reiteración, si bien si solo se usa BIO, el etiquetado es correcto. BIO suena mejor y no tiene las connotaciones 'activistas' del término 'ecológica' que puede molestar a algunos consumidores, es por ello que algunas marcas incluyen ambos términos juntos.

En realidad, la normativa europea se refiere a la categoría de alimentos orgánicos, que se puede traducir comercialmente como BIO. Se refiere a productos en los que no se han adicionado ningún tipo de compuestos químicos no naturales, algo que de común sucede en todas las leches, por lo que salvo casos concretos, la mayoría son BIO. Ahora bien, muchas marcas emplean, como se ha comentado la denominación 'leche ecológica BIO'; lo que ocurre es que los requisitos de una leche ecológica ya implican sobradamente la no adición de químicos, por lo que la adición de 'BIO' se hace innecesaria cuando no inapropiada.

Leche de vacas felices

Es cierto que hay varios estudios que apuntan a que cuando una vaca es feliz, produce leche con más calcio que cuando está estresada, aunque hay matices a este aserto. En concreto un estudio de la Universidad Madison-Wisconsin consistió en inyectar serotonina a un grupo de vacas de dos razas, Holstein y Jersey, y después estudiar la calidad de su leche comparada con otras vacas de control.

El resultado fue que las vacas de raza Jersey mostraban niveles más altos de calcio en la leche pero normales en sangre; en cambio las de raza Holstein mostraron resultados en sentido inverso. Osea que se puede decir que es relativo asegurar que las vacas felices produzcan mejor leche, al menos a nivel de laboratorio.

Otra cosa es que determinadas explotaciones ganaderas hayan optado por apostar por dar mejor calidad de vida a sus vacas y quieran hacerse eco de ello bajo la denominación 'leche de vacas felices', pero esta categoría no está regulada por ninguna normativa, salvo porque en realidad se trate de explotaciones ecológicas, al menos en lo que se refiere al trato al animal.

Por ley, la leche de vacas felices solo puede caber en la categoría de ecológica o normal, por lo que esta etiqueta hace referencia al marketing y no ofrece garantías reales de que la vaca sea tratada mejor o peor, que se respeten los 'periodos secos' o se la separe de sus terneros inmediatamente tras el parto. Solo tenemos la palabra que nos da el ganadero, al que podemos creer o no. De hecho, algunas asociaciones animalistas critican duamene este tipo de terminologías.

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