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Sobre este blog

Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

¿Por qué los psicoanalistas se movilizan a favor de la democracia?

Marine Le Pen, candidata del ultraderechista Frente Nacional a la Presidencia de Francia.

Joaquín Caretti

Los psicoanalistas de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), en un movimiento inédito como institución, han pasado a la acción para denunciar el peligro que implica el desmoronamiento del Estado de Derecho y el hecho de que la democracia se convierta en papel mojado por el avance del totalitarismo. Dos situaciones diferentes han ocupado su atención.

FRANCIA

A raíz de las elecciones presidenciales en Francia el 23 de abril, donde existe la posibilidad de que Marine Le Pen y el Frente Nacional (FN) pudieran ganar las elecciones, los psicoanalistas franceses de la Escuela de la Causa Freudiana –fundada por Jacques Lacan–, miembros a su vez de la AMP, han puesto todo su empeño en denunciar y tratar de frenar esta posibilidad que llevaría al poder a un partido de extrema derecha con claros tintes totalitarios y racistas.

Basta leer las declaraciones hechas hace algunos años por el padre de la candidata para ver en qué ideología se sostienen. Si bien es cierto que se han aggiornado y están vistiendo al lobo de cordero, consiguiendo naturalizar su presencia en la política francesa, la consecuencia que se derivaría para Francia, su pueblo, y Europa sería lo suficientemente trágica como para interesarse en movilizar a la ciudadanía con una sola consiga: votar NO a Marine Le Pen.

Foros en las principales ciudades, intervenciones en radio, artículos periodísticos, entrevistas, difusión por las redes, convocatoria al resto de los partidos políticos, son las armas que se han desplegado para señalar este peligro real. No vale la abstención ni la apatía política ante un partido cuya principal divisa es el odio a la diferencia, el odio a los inmigrantes, la apuesta por la segregación de todos los que no son franceses –a quienes se les atribuyen los males que sufre el pueblo francés– y la constitución de un todo homogéneo xenófobo donde la singularidad quedaría borrada y la pulsión de muerte encontraría su satisfacción oscura.

Los psicoanalistas saben que si triunfa esta ideología masificante  la humanidad quedaría devastada y, por ende, el ejercicio del psicoanálisis –siendo como es una experiencia que se basa en la palabra y cuestiona los fenómenos identitarios–  quedaría seriamente comprometido.

El triunfo de Le Pen –las encuestas le dan un billete directo a la segunda vuelta– sería un retorno a los peores males que invadieron Europa en la década del años cuarenta del siglo pasado, cuando el nazismo consiguió comprometer en su cruzada a un enorme número de ciudadanos y obtuvo la colaboración de parte del pueblo de los países que invadía.

De algún modo, el llamado de los psicoanalistas es a la constitución de un frente de los demócratas que frene al totalitarismo. No hay espacio para esta ideología en una Francia de las Luces. Por eso es interesante llevar el análisis a preguntarse cómo es posible que un partido de extrema derecha pueda tener al alcance de su mano la presidencia de Francia. Si esto no se aborda en profundidad y con palabras verdaderas, los cantos de esta sirena que no está varada seguirán sonando en los oídos de la desesperación popular.

VENEZUELA

En un país que vive horas trágicas por la confrontación existente, la cual ha alcanzado cotas de pre-guerra civil, los psicoanalistas de Caracas han pedido ayuda a la AMP para restaurar el Estado de Derecho que consideran abolido.

Esto ha abierto un debate internacional en la AMP sobre lo que sucede en Venezuela en el que se ha discurrido por el análisis de la génesis del conflicto, los errores del chavismo, la planes de la oposición siguiendo modelos insurreccionales, la existencia o no de democracia en Venezuela, qué es un Estado de Derecho, los intereses de Estados Unidos, el sufrimiento de la ciudadanía, el exilio y la imposibilidad de vivir y trabajar en esas condiciones.

Si en el caso de Francia todas las voces se aúnan en contra de Le Pen, en el caso de Venezuela se escuchan diferencias en los análisis de la situación.

NEOLIBERALISMO: CLAVES

Este movimiento de los psicoanalistas abre la reflexión no solo sobre lo que sucede en estos dos países sino sobre el mundo en que vivimos y acerca de la democracia. Es esencial poder advertir que en otros países tales como Argentina o España (y tantos otros), donde existen gobiernos democráticos, la democracia no hace sino servir a los intereses de una minoría dominante que utiliza el Estado para fines de enriquecimiento personal o empresarial olvidando los más elementales derechos de la ciudadanía como lo son el trabajo, la educación, la salud y la vivienda.

No se puede seguir sosteniendo que los casos de corrupción son aislados, realizados por las manzanas podridas de una cesta impoluta. Lo que se advierte cada vez más es que hay un sistema que está corrompido estructuralmente, que nació corrompido por la ideología que lo habita y que no se trata de perseguir el delito exclusivamente sino de cómo poder hacer para modificar el propio sistema.

No se puede negar que el “modo de producción” neoliberal que domina el mundo es el que ha llevado en Francia al auge del partido del Frente Nacional. Es un sistema que claramente se apodera de la democracia para hacerla desaparecer. Si democracia implica libertad, igualdad y fraternidad, lo que impone el neoliberalismo es justamente lo contrario. Podemos decir que no se trata de un fracaso de su política para traer bienestar al pueblo sino de darse cuenta de que esta es su política, que es una política que en lo específico va sistemáticamente en contra de esas tres palabras. No quiere la libertad sino el sometimiento, no quiere la igualdad sino un mundo cada vez más inicuo y la fraternidad solo la incluye como semblante del cohecho, el robo y la prevaricación.

Por esto hay que incluir en la reflexión que hacemos la imposibilidad de construir un mundo donde el neoliberalismo siga su marcha de fabricación de subjetividades calcadas, donde lo más singular del sujeto quede abolido. Es una nueva psicología de las masas donde cada uno se siente propietario/empresario de su propio destino sin advertir que es un destino que el Otro neoliberal le está escribiendo, igual para todos, para seguir explotándolo.

Es una maniobra diabólica: si antes el ciudadano podía rebelarse ante la explotación y cargar contra el explotador, ahora la responsabilidad por el fracaso ha cambiado de bando y uno mismo es el responsable de no tener trabajo o de la precariedad de su existencia. Explotado, endeudado y culpable por no conseguirlo, es la perversión contemporánea que impone el neoliberalismo en una política económica que nombra como la única posible.

Por esto hay que tomar muy en cuenta que donde está instalado el peligro principal del totalitarismo es en la ideología neoliberal que paso a paso permea todas las estructuras sociales. Este es el punto no abordado en Francia, responsable del crecimiento del FN, y que seguirá insistiendo aunque en esta ocasión no gane. No se trata exclusivamente de una confrontación entre el mundo demócrata y la ideología totalitaria pues dicha ideología ya está instalada en el campo de la democracia. De cómo se aborde esta cuestión en el futuro, una vez derrotada Marine Le Pen, dependerá la posibilidad de conseguir un mundo en democracia y para los psicoanalistas su propia existencia.

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