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Sobre este blog

Contrapoder es una iniciativa que agrupa activistas, juristas críticos y especialistas de varias disciplinas comprometidos con los derechos humanos y la democracia radical. Escriben Gonzalo Boye (editor), Isabel Elbal y Sebastián Martín entre otros.

Se rompió la disciplina de banquillo

Gonzalo Boye Tuset

Abogado de la Acusación Popular del Observatori DESC —

Correa ha aprovechado la última posibilidad que el ordenamiento jurídico le ofrece para intentar beneficiarse de una rebaja de la pena a imponer y, también, de colaborar con la Justicia confesando los hechos en los que él ha participado. Desde una perspectiva estrictamente jurídica la relevancia del paso dado por Correa ha de ser valorada positivamente y, ello, por diversas razones.

Para poder analizar la importancia de la confesión de Correa hay que partir por definir determinados conceptos y, especialmente el de “prueba”. La “prueba”, elemento esencial para conseguir la condena o absolución de un acusado, solo es aquella actividad que se practica en el acto del juicio oral, sin perjuicio de las “pruebas preconstituidas” que pueden y deben practicarse previamente.

¿Qué implica dicha declaración?

En primer lugar, es una ratificación y validación de una serie de documentos que muchas de las defensas tildaban de nulos, incluida la defensa del Partido Popular; sirva como ejemplo la grabación realizada por José Luis Peñas que, ahora, ha sido admitida como auténtica tanto por Peñas como por Correa lo que implica que es cierta y válida al ser ambos sus protagonistas.

En segundo lugar, ha dado coherencia y concreción a una serie muy amplia de documentos sobre los cuales se le fue preguntando a lo largo de su extenso interrogatorio; sirva como ejemplo el famoso “pendrive” y otros documentos cuya autenticidad y relevancia ha sido cuestionada por todos y ahora explicados y validados por el propio Correa.

En tercer lugar, el testimonio ha abierto vías de investigación nuevas que las acusaciones sabremos aprovechar, en el seno de otros procedimientos, una vez que estas declaraciones sean analizadas con el debido rigor. Es decir, Correa se ha situado más allá de la confesión y se ha adentrado en el ámbito de la colaboración, postura que, llegado el momento, tendrá que valorar el Tribunal a la hora de aplicarle o no alguna atenuante.

Finalmente, la postura procesal adoptada por Correa – confesando – obliga al resto de defensas a plantearse cuál va a ser la línea a seguir. La confesión de Correa reduce de forma importante el margen de maniobra que tienen defensas como la de Bárcenas, Crespo, Sepúlveda y otros, incluido el PP.

¿Qué efectos tendrá esta declaración?

El primero lo comenzaremos a ver esta semana durante las declaraciones de los distintos acusados, donde el “efecto dominó” puede ser una de las grandes sorpresas del juicio. Correa abrió una vía que se asume o se combate pero no ha dejado margen para medias tintas ni para amagos de confesión o chantajes con documentos guardados en vaya uno a saber qué mochila y en casa de qué amigo. Ya no hay más tiempo para maniobras porque la agenda la ha marcado la confesión que hemos visto estos días.

En todo caso, uno de los principales efectos de esta confesión no es otro que el de romper “la disciplina de banquillo”, estrategia consistente en que todos sigan la misma o parecida línea de defensa. Las consecuencias que ello tiene en el ámbito penal no son menores, téngase presente que las declaraciones de un co-imputado, por sí mismas, no hacen prueba bastante para enervar la presunción de inocencia pero corroboradas por otras son prueba apta y, en el caso de Correa, estaban las corroboraciones en las actuaciones, faltaba la confesión.

Por otra parte, la ruptura de la “disciplina de banquillo” tiene y tendrá otro efecto importante: las contradicciones entre los testimonios de los co-acusados servirán al Tribunal para valorar la prueba en su conjunto; que Correa diga blanco y Bárcenas negro no sería un problema para ellos pero si a eso le sumamos los documentos, la conformidad de García Pozuelo y otros, entonces esa contradicción sí que tiene una interpretación clara, que podría llevar a la condena de Bárcenas y otros.

¿A quiénes afectará más profundamente esta confesión?

No cabe duda de que los principales perjudicados con la confesión de Correa son Bárcenas, Sepúlveda, Ana Mato y el Partido Popular. Correa ha sido exhaustivo a la hora de explicar el papel de cada uno de ellos, de cómo era la dinámica comisiva y a dónde terminaban yendo los dineros que los distintos empresarios pagaban por la concesión de obra pública.

Si bien es cierto que conocíamos cómo tenía que funcionar esta ilícita actividad, ahora -y tras la confesión de Correa- no cabe duda al respecto. No existen razones para dudar de cómo se cobraban los dineros y a qué empresarios, tampoco cabe duda alguna sobre cómo era entregado ese dinero a Bárcenas y en concepto de qué, ni tampoco el cómo participaba cada cual en los hechos y quién se beneficiaba de qué.

Es ese perjuicio el que permite que ahora, más que nunca, se entienda la estrategia de defensa del Partido Popular sumándose a las nulidades planteadas por el resto de acusados, se entiende más que nunca su desleal posición como acusación procesal y las razones que llevaron al Juez Ruz a expulsarle del procedimiento y, sobre todo, se entienden mucho mejor los motivos que tuvieron para borrar y destruir los discos duros de los ordenadores de Bárcenas.

Pero la confesión de Correa no solo perjudica a sus compañeros de banquillo, también y como ya he dicho, abre nuevas vías de investigación que nos permitirá aclarar extremos hasta ahora no investigados de hechos que son objeto de otros procedimientos. Correa ha explicado lo del 3%, con qué Ministerios se contrataban las obras, a dónde llevaba los ilícitos beneficios y de dónde provenían...ya sólo falta ponerles nombre y apellido al resto de corruptos y corruptores.

Ahora hay que centrar las cifras, documentarlas y relacionarlas con otros documentos que ya constan, tal cual en su día pretendimos hacer la acusación que llevamos desde el Observatori DESC; sin duda terminaremos descubriendo cuán elevado ha sido ese 3%, quién lo tiene y dónde lo esconden ...que no será en desiertos lejanos sino en montañas cercanas.

Sin perjuicio de lo anterior, es evidente que el paso dado por Correa implica un gesto de valentía y, sobre todo, de asunción de la propia responsabilidad como primer paso para que la sociedad admita que, si bien sus actos han sido francamente reprochables, merece ser recompensado en la medida en que lo establece el Código Penal a la hora de graduarle la pena.

Tras esta confesión, y las que vendrán, lo que debemos preguntarnos es si se puede luchar contra la corrupción sin potenciar la confesión y la colaboración de aquellos que han participado en tramas tan complejas de descubrir, investigar y enjuiciar. La pelota ha pasado al tejado de la Fiscalía y de las acusaciones populares, ahora depende de nosotros que acabemos con la corrupción, afecte a quien afecte.

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