El Gobierno de Asturias aprueba un Plan de Ciencia que pone fin al 'café para todos'

El ‘café para todos’ del I+D+i se acabó, por lo menos sobre el papel. El Gobierno de Asturias se ha propuesto dar un giro de 180 grados en la inversión pública destinada a la investigación y el desarrollo. El recién aprobado Plan de Ciencia busca dar un vuelco al tejido productivo de la región, y para ello movilizará 1.288 millones destinados a proyectos estratégicos que aumenten la competitividad de la economía asturiana.

El plan quinquenal, que llega con tres años de retraso, pretende impulsar la colaboración entre la Universidad, hasta ahora principal gestor de los dineros que se mueven en este campo, los centros tecnológicos y las empresas, con el fin de generar empleo de calidad y atraer talento hacia la región.

Uno de los objetivos estratégicos que plantea el plan es convertir a Asturias en un entorno atractivo para innovar, tanto para las empresas como para los centros tecnológicos y para la Universidad. Asturias necesita dar un salto cualitativo en el desarrollo de estas políticas, si no quiere quedarse rezagada en I+D+i, según recoge el informe elaborado por el grupo de expertos que asesoran al presidente del Principado.

El plan de la consejería de Economía va en la línea que marcan los expertos, en la necesidad de dar un salto cualitativo en el desarrollo de la tecnociencia. Este plan nace para salvar el parón de estos años y sacar a Asturias del atraso científico, donde el sector privado tendrá mucho que decir y aportar en el impulso de un modelo de crecimiento, vinculado a la ingeniería, el metal y a la biociencia. Sobre el papel, el I+D+i que propone el Gobierno vuelve la vista hacia los nichos de mercado relacionados con la energía, el medio ambiente y la oferta turística.

Pero no sólo se trata de un planteamiento estratégico hacia un nuevo modelo productivo, sino también de priorizar proyectos y de cambiar el concepto de gestión de los fondos públicos. El informe del consejo asesor del presidente Javier Fernández destaca que los instrumentos de gestión no estuvieran sometidos en la actualidad a un control riguroso de los resultados.

Hasta ahora, los planes se han sucedido sin una orientación estratégica clara, con escasa coordinación y sin mecanismos que valoren la calidad y la eficacia de los mismos. De ahí que la gran mayoría de ellos no hayan tenido reflejo en el dinamismo económico de la región. Por eso, una de las estrategias del Plan de Ciencia es aplicar una nueva definición de convocatorias de instrumentos y distribución de las subvenciones. La creación de una ventanilla única que centralice todos los asuntos en esta materia y la elaboración un informe anual que evalúe los logros en el campo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.

El Principado no sólo espera la colaboración de las empresas en este plan, sino que el tejido productivo aproveche las multinacionales asentadas en Asturias para crear corporaciones estratégicas de investigación que permitan competir en el ámbito internacional. Un primer paso es la creación de cheques de innovación tecnológica para que las pymes adapten sus necesidades al mercado.

Pero también pone deberes a la Universidad, hasta ahora el principal agente de la ejecución de los planes I+D+i. Con la puesta en marcha del nuevo plan, la institución académica tendrá que elevar el gasto para investigación al 0,39%, se tendrá que abrir la colaboración a las empresas y potenciar su proyección internacional para llegar al 5% en financiación extranjera. Entre las propuestas que lanzan el grupo de expertos, está la creación de una cátedra tripartita, gestionada y financiada entre la universidad, el Gobierno y el sector privado

Este nuevo planteamiento no ha gustado en la Universidad. El rector ha mostrado su preocupación ante este escenario y considera ‘un craso error’ otorgar más papel y dinero a las empresas privadas en detrimento de la institución académica. “Las directrices de la investigación se deben marcar en la universidad. No puede ser que sean las empresas quienes ‘subcontraten’ a la universidad para desarrollar los proyectos, sino al revés”, dice el rector Vicente Gotor.

De momento, el Plan de ciencia del Gobierno está bien enfocado de cara al importante presupuesto (77.000 millones de euros) que destinará la Unión Europea para el periodo 2014-2020 al I+D+i. Desde esta perspectiva, Asturias cuenta con base para desarrollar proyectos ligados a la tecnociencia, la biotecnología, la energía y la ecología.