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Asturias critica a Ignacio González por sus posiciones independentistas en el modelo de financiación
La intromisión del presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González, en el debate sobre financiación autonómico, no sólo ha dejado patente la existencia de posturas encontradas, sino que ha calentado los ánimos de comunidades como Asturias, contraria a que las balanzas fiscales sean la base del futuro modelo. El portavoz del Gobierno del Principado, Guillermo Martínez, ha criticado que González se alíe con las posiciones del independentismo catalán y no a favor del equilibrio territorial.
Para Martínez, resulta “llamativo que coincida con el independentismo catalán, cuando representa el españolismo más castizo”. La defensa de un Estado solidario y cohesionado no pasa por la publicación de las balanzas fiscales, porque “son innecesarias, no aportan nada, tienen escaso valor y son un argumento falso”, a la hora de negociar el nuevo sistema de financiación, ha explicado en respuesta a la propuesta del presidente Mariano Rajoy de publicar el próximo mes de diciembre el saldo entre lo que recauda y recibe del Estado cada comunidad autónoma.
Asturias y Andalucía comparten el mismo criterio a la hora de afirmar que “la defensa de las balanzas fiscales significaría que son los territorios y no los ciudadanos quienes pagan los impuestos”, aunque es el Principado el que mantiene un rechazo frontal al modelo basado en la fiscalidad. “Cómo se computarían los gastos de Defensa o las inversiones necesarias para acometer una infraestructura como una línea de AVE que discurra por varias autonomías”, ha aseverado el portavoz.
Frente a comunidades con menso recursos fiscales, emerge Madrid que sale con ventaja fiscal. Los datos están sobre la mesa del Gobierno de Asturias. En la capital reside el 16 por ciento de los contribuyentes por IRPF de toda España, concentra el 49 por ciento de personas que superan una renta de 600.000 euros y están asentadas el mayor número de grandes empresas, que someten sus rentas al impuesto de Sociedades, sensiblemente inferior al del IRPF.
A juicio del Gobierno del Principado, esta realidad dota a la comunidad madrileña de los instrumentos necesarios para plantear “una auténtica competencia tributaria interterritorial”, que le permitiría mantener los mismos servicios que Asturias, pero con menos impuestos. Por eso, la introducción de las balanzas fiscales en el debate se presenta como “un argumento falso, porque no hay vínculo entre ambos conceptos y únicamente genera el riesgo de quebrar un sistema de equilibrio territorial”.
En este debate, se está dando la paradoja de que las comunidades autónomas que más recaudan, Madrid y Cataluña, reclamen recibir más recursos. Para reforzar la tesis de su Gobierno, el presidente de Asturias, Javier Fernández, dijo en una entrevista a Radio Nacional que “es fundamental aclarar que en España, paga lo mismo fiscalmente, del que gana lo mismo y con la misma fuente de renta, ya viva en Cataluña, en Asturias, en Madrid o en Extremadura”.
Asturias va a defender “sin complejos” un modelo que garantice los servicios esenciales, el equilibrio territorial y mantenga variables como el envejecimiento de la población, el cambio demográfico o la orografía, que son factores que encarecen los servicios en una comunidad autónoma. El Gobierno de Asturias dice estar convencido de que no está solo y de que va a encontrar aliados para esta cruzada en la defensa de un Estado equilibrado. Desde luego, ya sabe que esas alianzas no están ni en Madrid ni en Cataluña.
De momento, sólo dos presidentes autonómicos, el de Asturias, Javier Fernández, y el de Canarias, Paulino Rivero, han dado el paso para pedir a Mariano Rajoy que convoque la Conferencia de Presidentes a comienzos de 2014, para asentar los principios de la negociación, que después serán desarrollados en el Consejo de Política Fiscal y Financiero. Hasta que se confirme esa convocatoria, Fernández tiene previsto abrir una ronda de conversaciones con los grupos parlamentarios para recabar el más amplio acuerdo político e ir a Madrid con las espaldas cubiertas.