Arquitectura y cine, de la mano en el pabellón catalán de la Bienal de Venecia

Arquitectura y cine irán de la mano y dialogarán en “Aftermath_Catalonia in Venice”, el proyecto que representará a Cataluña en la próxima Bienal de Arquitectura de Venecia, y que hoy han dado a conocer sus artífices, los arquitectos Jaume Prat y Jelena Prokopljevic y el cineasta Isaki Lacuesta.

Dentro de los “Eventi Collaterali”, el público que se acerque hasta el pabellón, entre el 26 de mayo y el mes de noviembre, conocerá siete intervenciones arquitectónicas públicas, seleccionadas como ejemplos “virtuosos” de una arquitectura que mejora la relación del usuario con el entorno urbano, social y natural, proyectadas sobre superficies de vidrio translúcido, como “imágenes flotantes”, según Prat.

En palabras de Prokopljevic, la cualidad que comparten todos estos proyectos es que se configuran “alrededor del espacio público y fomentan la comunicación, lo que es una clave de valor añadido, tal como hemos comprobado hablando con los arquitectos que los construyeron así como con los usuarios que las utilizan”.

Las obras que protagonizan la instalación son la recuperación medioambiental del río Llobregat; el hospital transfronterizo de la Cerdanya; la Torre Julia de Barcelona (viviendas tuteladas para gente mayor); el teatro Atlántida de Vic (Barcelona); el aparcamiento Saint-Roch de Montpellier (Francia), el centro para el servicio de distribución de alimentos de Camplcar (Tarragona) y Can Batlló en Barcelona.

Durante varios meses, Lacuesta, acompañado por los otros dos comisarios, ha ido grabando estos edificios o la intervención sobre el río Llobregat, en la “tradición del lenguaje documental clásico”, filmándolos desde todos los puntos de vista posibles, durante todas las horas del día.

“La fantasía más húmeda que tenemos -ha resaltado el director de cine- es que los arquitectos al ver la proyección encuentren algo de sus edificios que ni ellos mismos conocían”.

Respecto a cómo se verán en Venecia, los comisarios han indicado que las filmaciones se expondrán en un espacio “único”, diáfano, muy oscuro y sensorial, en el que quieren huir de la idea del espectador.

“Queremos gente activa, que tome decisiones, queremos visitantes”, así como, “mostrar la musculatura de la industria catalana desde el minuto cero, gente capaz de construirnos en el mundo”, ha precisado Jaume Prat.

En este punto, los responsables de la obra han recalcado que cada visitante se convertirá en el último montador de la instalación, con unas pantallas dispuestas de una manera que es imposible percibirlas todas globalmente.