Barroso reivindica “un país de convivencia” con el que el cine se identifica

El presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, ha reivindicado un “país de convivencia y de respeto” con el que la gente del cine se identifica, y ha destacado tanto el reconocimiento internacional como la asistencia a las salas, que ha dado el segundo mejor dato de la década.

Barroso, que ha iniciado su discurso en la gala de los 34 Premios Goya expresando su solidaridad con los afectados en Málaga y en el litoral mediterráneo por las inundaciones, ha asegurado que 2019 ha sido un buen año de asistencia a las salas, pero también de reconocimiento internacional para el cine español.

Reconocimiento como el recibido en el Festival Venecia por Marta Nieto, la protagonista de “Madre”. O Antonio Banderas en Cannes, y ahora nominado al Óscar por “Dolor y gloria”. También en Cannes fueron premiadas “Lo que arde”, de Oliver Laxe, y “Liberté”, de Albert Serra.

También ha citado “El laberinto de las tortugas”, premio a la mejor película de animación europea; “Klaus”, nominada al Óscar; “Dolor y gloria”, de Pedro Almodóvar, nominada a los Globos de Oro, a los Bafta, y al Óscar.

A todos ellos les ha agradecido que den a conocer el talento, las realidades y los sueños de España por todo el mundo: “porque la verdad es que si alguien, en cualquier lugar, y en cualquier época, quiere conocer de primera mano nuestra realidad, lo mejor que puede hacer es ver nuestras películas”.

Ha aprovechado para anunciar que la Academia de Cine va a declarar el 2021 Año Berlanga, para celebrar el centenario de su nacimiento. “Eso nos ayudará a entender algunas de las cosas que vivimos en nuestro país últimamente”, ha indicado.

Lo mismo ocurriría si vieran una película de Pepa Flores, que hoy recibe el Goya de Honor. Cintas que transmitían que aún en los tiempos mas difíciles “la alegría, real o imaginada, es innegociable”, ha subrayado el presidente de la Academia.

Y ha explicado cómo la gente del cine quiere reivindicar “el país con el que se identifica. Un país de gente que trabaja en silencio, concentrada y sin aspavientos. Un país de convivencia y de respeto. Un país de todas y todos”.

El cine español está lleno de esa gente, decenas de miles de familias de las que algunas malviven, ya que para muchos de ellos “el desempleo y la precariedad siguen siendo tozudos y crueles compañeros de viaje”.

Y ha indicado que la función del cine es “romper prejuicios, clichés y estereotipos”.