Basquiat, Chillida o la crítica política, en un paseo por ARCOmadrid

La 34 edición de ARCOmadrid abrió hoy sus puertas marcada por el optimismo de los galeristas, que han llevado piezas importantes, como un cuadro de Jean Michel Basquiat que se cotiza a 2,8 millones de dólares, una escultura de Eduardo Chillida por 1,9 o un variado de críticas políticas a través del arte.

Aunque con menos obras transgresoras que otros años, en esta nueva edición de ARCO también hay piezas que serán el objetivo de los fotógrafos.

Una de las que previsiblemente se convertirá en una de las más fotografiadas, es la del artista salmantino Enrique Marty que se exhibe como pieza única en la galería Deweer, de Otegem (Bélgica).

Con una obra en ocasiones controvertida, Marty muestra una instalación formada por hombres y mujeres desnudos, con sus cuerpos tatuados y portando grandes machetes.

También muy fotografiada, la de la sevillana Pilar Albarracín en la galería de Javier López (Madrid). Por 38.000 euros (unos 43.000 dólares), el interesado podrá comprar una gran mandala formada por bragas rojas que amigas, galeristas y artistas han regalado a esta creadora para hablar de la conexión entre el microcosmos y el mundo exterior.

Y si se quiere ver noticias de diarios de gran tirada en cuyas imágenes aparecen desnudos el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pasando revista a la guardia de honor, o el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos y sus acompañantes, también sin ropa, hay que acercarse al espacio de Juana de Aizpuru, la que fuera primera directora de ARCO.

Allí se exhibe la serie formada por doce obras “El traje del emperador”, de la artista peruana Sandra Gamarra, quien también ha desnudado en estas páginas de periódicos al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, entre otros políticos. El precio de la serie completa es de 28.000 euros (31.700 dólares).

Jean Michel Basquiat está llamado a convertirse en uno de los artistas más cotizados de la edición. Su obra de 1985 titulada “Quij” se vende en Elvira González por 2,5 millones de euros (2,8 millones de dólares).

En este mismo espacio se puede contemplar la escultura “Locmariaguer” de Eduardo Chillida, fechada en 1989, a un precio de 1,7 millones de euros (1,9 millones de dólares), o grandes obras de Miquel Barceló en torno a los 350.000 euros (397.000 dólares).

Piezas importantes que demuestran el apoyo de los galeristas a la feria madrileña y el hecho de que el sector del arte, después de tocar fondo, ha iniciado la remontada.

Hay en ARCO obras de “gran calidad”, “muy potentes” e “interesantes”, en opinión de los coleccionistas y responsables de fundaciones y museos que paseaban por la feria.

La decisión de llevar piezas fundamentales responde a la confianza que les da esta cita con el arte contemporáneo, además del fundamental empuje que ha tenido el hecho que Colombia sea el país invitado de honor, lo que ha atraído a muchos coleccionistas latinoamericanos.

Un primer día, dedicado a los profesionales y coleccionistas, que que demuestra que “ARCO cada vez está mejor”, según la veterana Helga de Alvear, galerista y coleccionista, que agrega: “Mira que es difícil pero Carlos Urroz -director de la cita- ha conseguido sacar la feria del hoyo”, subrayó.

En su opinión, a lo largo de la historia del certamen se ha querido dar especial importancia a la presencia y el trabajo con América del Sur “y por fin se está consiguiendo tender el puente”.

La galerista consideró que ARCO no tiene nada que ver con la feria de Miami. “La de Madrid es una feria mucho más seria y con más calidad”, ya que allí domina el espectáculo“ y en cuanto a precios, la cita madrileña ”es muy seria y la especulación es muy poca“.

Como agradecimiento a una medalla que le concedió el gobierno alemán, Helga de Alvear ha decidido dedicar su gran estand a dos artistas de ese país: Katharina Grosse y Candida Höfer, “dos artistas muy reconocidas”.

Y para los amantes de la obra del británico Julian Opie es imprescindible una parada en la galería portuguesa de Mário Sequeira que ha dedicado sus amplios espacios en exclusiva a este artista.

En esta galería portuguesa se muestran por primera vez esculturas de Opie, bustos de hombres y mujeres de 1,90 centímetros de altura, piezas únicas que se venden por 110.000 euros (124.000 dólares).