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“Beyond Words”, los dos extremos del espectro de la inmigración en Europa

"Beyond Words", los dos extremos del espectro de la inmigración en Europa

EFE

San Sebastián —

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La directora polaca Urszula Antoniak aborda en “Beyonds Words” los “dos extremos del espectro de la inmigración”, el de quienes no lo pueden ocultar porque su aspecto físico les delata y el de aquellos que no lo parecen y se resisten a ser considerados como tal.

Antoniak, que compite con esta coproducción entre Polonia y los Países Bajos en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, ha filmado una película en blanco y negro, con un impacto visual potente y que se impone a la propia historia.

La realizadora ha explicado en rueda de prensa que inicialmente iba a rodarla en Amsterdam, pero que la falta de financiación y el cambio de actor les llevó a Berlín, ya que el bilingüismo es imprescindible para el relato y el actor protagonista, Jakub Gierszal, habla perfectamente alemán y polaco.

Ha dicho que el blanco y negro obedece fundamentalmente a razones estéticas, aunque también influyó la arquitectura de la capital berlinesa, “que hablaba por sí misma al pasar del color al blanco y negro y evocaba momentos del pasado”.

En “Beyonds Words”, Gierszal interpreta a Michael, un inmigrante polaco que ha triunfado como abogado y que ya se considera alemán.

La llegada de su padre, o supuesto padre, al que nunca conoció, hace que su cómoda y exitosa vida se tambalee y empiece a hacerse preguntas sobre sus orígenes y su condición de extranjero en un país en el que se cree integrado.

Además de esa relación, Antoniak muestra las que Michael mantiene con su jefe, de su misma edad y también su amigo, y con una camarera polaca, y la que no llega a establecer con un inmigrante negro al que se niega a defender por tratarse de un poeta y no de un refugiado con posibilidades de obtener de asilo.

La directora se mueve en un juego de ambigüedades y de incógnitas no despejadas. “Yo lo llamo capas, sombras. No todo está claro, ni es blanco o negro”, ha indicado.

Ella lleva 23 años viviendo en Amsterdam, y su experiencia es la que ha dado sustento a este trabajo, del que también firma el guión, mientras que Lennert Hillege se ha encargado de la fotografía.

“Hablo el idioma y me siento integrada. Pero a la vez hay una cosa muy sutil de pertenecer o no pertenecer. Mi historia es la de una emigración existencial, de estar sola contigo misma. Y esa ha sido mi documentación para la película. No hago críticas, la película tiene que ver con la experiencia”, ha destacado.

Ha asegurado que esta historia podría ocurrir en muchas ciudades europeas, como Madrid o París, “pero nunca sucedería en Varsovia porque su sociedad no es multicultural”.

“Observo ahora esa actitud extraña de mi país hacia los refugiados y me gustaría vivir lo suficiente como para ver que en Polonia existe una sociedad multicultural, como ocurrió en los siglos XVI y XVII. Sería maravilloso que volviera”, ha recalcado.

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