Carmen Iglesias: La universidad del tardofranquismo era un “oasis”

La directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, ha destacado hoy “la efervescencia intelectual, cultural y política” que vivía la universidad española en la última década del franquismo, hasta el punto de que, en cierto sentido, resultaba “un oasis en medio de la dictadura”.

Varios de los profesores de aquella época “contribuyeron de forma sorprendente” a crear una atmósfera de tolerancia y debate, de rigor y libertad responsable que contrastaba con la pacatería y represión“ del régimen franquista, afirmaba Carmen Iglesias al darle la bienvenida a la Academia al historiador Juan Pablo Fusi.

Iglesias coincidía así con la tesis general del discurso de ingreso de Fusi, centrado en el importante cambio cultural que se produjo en España en los últimos años del franquismo, en los que tanto en la literatura como en la filosofía, el arte y las ciencias sociales, se supieron conquistar “espacios de libertad”.

Aquella universidad era “un oasis”, pero la dictadura, “aun estando ya muy lejos de la dureza de los años cuarenta y cincuenta”, no dejaba de “castigar y perseguir las desviaciones o enfrentamientos políticos”, indicó Carmen Iglesias tras asegurar que el ingreso de Fusi en la Academia “ha sido un deseo de muchos” desde hace “más de veinte años”.

El nuevo académico estuvo acompañado por historiadores como Santos Juliá o Fernando García de Cortázar, escritores como Jon Juaristi; el director de la Real Academia de Bellas Artes, Fernando de Terán; el secretario de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, y rectores de varias universidades, entre ellos el de la Complutense, Carlos Andradas.

Al resumir la trayectoria de Fusi, la directora de la RAH recordó la importancia que la figura de Ortega y Gasset tuvo en la vida del nuevo académico, así como su relación en Oxford con Raymond Carr, su gran maestro y director de su tesis, “Política obrera en el País Vasco 1882-1923”.

Los libros de Fusi proporcionan “siempre una nueva perspectiva y un horizonte de preguntas e investigaciones enriquecedoras”, como sucede con “España. De la dictadura a la democracia” (con Raymond Carr), “Franco. Autoritarismo y poder personal”, o “El problema vasco en la II República”, afirmó Iglesias.

La directora destacó dos libros de Fusi que permanecerán “como canónicos” en estos temas: “La patria lejana. El nacionalismo en el siglo XX” e “Identidades proscritas. El no nacionalismo en las sociedades nacionalistas”.

“Precisamente porque Fusi ha sido testigo de primera fila de una violencia terrorista en el País Vasco en nombre del nacionalismo, sus reflexiones y sus estudios nos llevan siempre a la defensa de la libertad de los individuos en un Estado de Derecho y de la democracia bajo el imperio de la ley”, dijo Iglesias.

La directora de la RAH comentó también algunos aspectos del “magnífico discurso” de Fusi, dedicado al “progresivo cambio de paradigma cultural” en los años sesenta, reflejado en la literatura de la época, en las artes plásticas, en la arquitectura, en las ciencias sociales y en revistas como “Teorema”, “Cuadernos para el Diálogo” y “Triunfo”.