Dinamarca celebra a Utzon, su arquitecto estrella, a través de sus viajes

El Centro de Arquitectura Danés (DAC) abre hoy, una retrospectiva del más ilustre de los arquitectos nacionales, Jørn Utzon, que analiza su obra a partir de la influencia de sus viajes al extranjero, con motivo del centenario de su nacimiento.

“Jørn Utzon-Horizonte”, que estará abierta hasta el 3 de marzo, ofrece una nueva mirada al trabajo del autor de uno de los iconos arquitectónicos del siglo XX, la Ópera de Sydney, relacionándolo con su faceta de viajero y fotógrafo, determinante para explicar la carrera del premio Pritzker de Arquitectura 2003.

“Era una figura carismática, una especie de mago que se dejó inspirar además mucho por sus viajes y la arquitectura de la Edad Antigua. Y tomaba muchas fotos de ellos”, explicó en rueda de prensa Kent Martinussen, director del centro.

Decenas de instantáneas sacadas por Utzon (1918-2008) decoran las paredes y las vitrinas de la sala principal del DAC, que se ha mudado al BLOX, un nuevo centro cultural diseñado por el prestigioso estudio holandés OMA y situado junto a uno de los canales de Copenhague.

A través de las imágenes captadas por el propio artista, de vídeos explicativos, de dibujos suyos y de maquetas, la muestra indaga en las fuentes de inspiración de Utzon y en su proceso creativo, desde que en 1947 inauguró en Marruecos una serie de viajes por varios continentes.

“Utzon fue uno de los primeros arquitectos globales, contemplaba todo el mundo como su casa. Muchas de sus obras son reconocibles porque tienen elementos de varias culturas”, dice Lasse Andersson, director creativo del Centro Utzon, localizado en Aalborg (oeste de Dinamarca), localidad donde creció el arquitecto.

Fue ese centro, con Andersson como comisario, el que exhibió hace unos meses por primera vez la exposición que ahora llega, en un formato distinto y con varios cambios, al DAC.

Dos años después de recorrer las cordilleras del Atlas con los nómadas para conocer la arquitectura tradicional de la zona, Utzon viajó a México, donde quedó asombrado por el uso de las plataformas en los templos aztecas y mayas.

Esa fascinación quedó reflejada en muchas de sus construcciones posteriores, empezando por la Ópera de Sydney, la obra que le dio fama mundial pero que abandonó sin acabar en 1966, enfrentado con las autoridades locales por retrasos en los plazos y por problemas presupuestarios.

Su obra emblemática, a la que décadas después volvió para dirigir un proyecto de reforma de su interior, fue posible gracias a la colaboración con el ingeniero anglodanés Ove Arup, a quien el DAC dedica también una muestra independiente en otra de sus salas que sirve como complemento sobre el proceso de creación del edificio.

Los viajes de Utzon a China, Japón, Nepal, India, Irán o Estados Unidos también dejaron huella en su trabajo, tanto en obras construidas como en proyectos que nunca llegaron a realizarse.

Un ejemplo de ello es otra de sus construcciones más conocidas, la iglesia de Bagsværd (a las afueras de Copenhague), donde mezcla la tradición nórdica con formas inspiradas en la naturaleza en su interior (imitando las nubes que contempló y dibujó en Hawai), sobre una planta muy similar a la que usaban los templos budistas.

La exposición dedica también un lugar especial a las dos casas que Utzon construyó en Mallorca, en especial Can Lis (1972), erguida sobre unos acantilados en la zona sur de la isla, usando piedra excavada de la misma roca y que usó como residencia familiar.

En la misma zona levantaría dos décadas más tarde Can Feliz, en la que también residió durante su retiro mallorquín, que abandonó en los últimos años de su vida para volver a Dinamarca, donde falleció en 2008.

Anxo Lamela