El Eifolk llena del centro de Zaragoza de música y danzas en son de paz

La música, el baile y los cantos tradicionales de siete países han sonado hoy al unísono en el centro de Zaragoza como símbolo de la cultura de paz con que cada año se organiza el Encuentro Internacional de Folklore Eifolk 2016, en la edición con que cumple sus bodas de plata.

Una filosofía que este año se cumple más que nunca con la presencia del Grupo Alturaz Al Andalusí, un grupo de música árabe integrado por cinco artistas sirios: tres músicos, voz y dos bailarines que viven alejados de su país, cuatro de ellos en Madrid y uno en Marsella.

Alturaz Al Andalusí ha desfilado por el centro de Zaragoza hasta la plaza del Pilar junto a los grupos procedentes de Grecia, Rusia, Senegal, Colombia, Rumanía y de la ciudad anfitriona, ofreciendo una pequeña muestra de sus tradiciones musicales, preludio del gran festival que cada uno ofrecerá desde mañana y hasta el domingo en la Sala Mozart del Auditorio.

Para hoy y para dar color al desfile la mayoría han elegido algunos de sus trajes más vistosos, no solo los sirios, que han sustituido la falda tradicional blanca, por otra de figuras geométricas de distintos colores, como ha explicado a Efe Mohamed Babli, uno de los danzantes.

Lo mismo ha hecho el Ballet Folclórico Nacional Jaime Orozco de Bogotá, que ha elegido el traje que utilizan para el Baile del garabato, uno de los característicos del carnaval de Barranquilla que hace alusión a la muerte y la vida, por su colorido y alegría.

Así lo ha explicado a Efe Carlos Reyes, subdirector del grupo que ha viajado hasta Zaragoza para participar en el Eifolk acompañado de otras 27 personas entre músicos y bailarines con una media de edad de entre 18 y 40 años.

“Superfelices” de poder estar en Zaragoza, este ballet ofrecerá en sus próximas actuaciones una muestra de la tradición musical colombiana desde los Andes hasta las Costas, compuesta por cumbias, mapalés o bambucos y cada baile con su traje característico.

Desde Grecia, el grupo de música y danza Pyrsos, integrado por 30 personas, hoy ha querido mostrar una pequeña representación del vestuario de tres pueblos de la región de Macedonia de la que proceden: Naousa, Episkopi y Trace, como ha señalado la directora de la compañía Helena Giannouli.

Giannouli quiere aprovechar esta experiencia, que sirve para “mostrar que la paz es muy importante para todos los países”, para intercambiar ideas, gastronomía y carácter.

El grupo de folclore “Somesul-Napoca” de la ciudad de Cluj Napoca de Rumanía ha viajado hasta Zaragoza con otras 28 personas que hoy han desfilado con un traje típico de la región de Transilvania.

Los tambores y trajes desenfadados del ballet folclórico de Dakar (Senegal) y la sencillez y belleza del conjunto de danza Ogonki de la república rusa de Altái, han cerrado este desfile que ha desembocado en la plaza del Pilar frente al Ayuntamiento, donde, de nuevo, cada uno de ellos, ha deleitado con un pequeño baile a todos los congregados.

Pero sobre todo lo que buscaba el público asistente, muchos de ellos turistas que se han encontrado con el festival en su visita por el casco histórico era presenciar las jotas, algo de lo que no han podido disfrutar un pequeño grupo de barceloneses que se han llevad una gran decepción cuando se han enterado de que los aragoneses ya habían actuado.

Este año el festival se descentraliza y también llegará a cinco barrios de Zaragoza donde los distintos grupos interactuarán con la ciudadanía para enseñarles bailes y canciones y propiciar así un intercambio cultural, ha señalado a Efe el organizador del Festival, Ángel Martínez.

A lo largo de estos 25 años de Eifolk han pasado por la ciudad un total de 190 grupos procedentes de 80 países y cuenta con el reconocimiento otorgado por la UNESCO como “CIOFF Mundial”, la más elevada categoría de los certámenes artísticos de este tipo.

M. Rosa Lorca.