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Francesca Archibugi, la cineasta que busca los instantes que agitan la vida

Francesca Archibugi, la cineasta que busca los instantes que agitan la vida

EFE

Madrid —

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La directora de cine italiana Francesca Archibugi ha merecido este año el premio a toda una carrera a juicio del Festival de Cine Italiano de Madrid, que celebra este año su VIII edición, y que la cineasta ha valorado doblemente, ya que además del galardón, dice, podrá volver a mostrar su cine en Europa.

“Debo contarte que el primer premio a mi carrera me lo dieron cuando tenía 30 años, y solo había hecho tres películas”, confiesa entre risas la directora en una entrevista con Efe realizada hoy en el Instituto Italiano de Cultura en Madrid donde se lleva a cabo el festival y donde anoche recogió su premio.

“Estoy muy orgullosa y feliz, porque este festival es muy importante para los cineastas italianos; ten en cuenta que tenemos pocas oportunidades de que nuestras películas circulen por la Comunidad Europea y esto se nota tanto en Italia, donde apenas hay cine español, como al revés”, apunta.

Entiende la directora de “Questione di cuore” (2009) que sería distinto si España e Italia, “donde el cine recibe ayudas pero no es visto como fuente de ingresos”, explica, entendieran el cine como los franceses, “como transmisor de cultura y como generador de empleos y sostenedor de una industria que colabora al PIB”.

“Italia es un país corrupto”, declara, y no se escandaliza al leer en los periódicos españoles que el cine español vive momentos difíciles por el presunto fraude en la compra de entradas de cine para lograr acceder a las subvenciones estatales.

En su país, apunta mientras agita las manos, “las subvenciones no se dan a quienes lo merecen ni a quienes justifican una taquilla, sino que las obtienen los amigos y familiares de los altos cargos políticos; podemos decir que no hay otro sitio como Italia para hablar de nepotismo, favoritismo y corrupción”, resume.

A pesar de contar en su carrera con una docena de largometrajes, y otros tantos cortos que acumulan premios David de Donatello (los Goya italianos), la directora es muy conocida en su país también por sus series de televisión, agudas y divertidas.

“Cuando escribo una historia no cuento temas o argumentos (...); lo que yo quiero contar son los instantes de la vida de las personas que son inequívocamente fuente de conflictos y problemas”.

Ahí, dice Archibugi, “en el conflicto, está el motor de la Historia”, por eso, reconoce, aunque sus películas han tratado de cosas “muy distintas”, siempre se ha acercado a ellas de la misma manera.

Archibugi sólo estuvo en las salas españolas en 1993, con una de sus películas más premiadas, “La gran calabaza”, pero el año que viene estrenará “El nombre del bambino”, una comedia de aire teatral, que, no en vano, nació después de que la italiana viera la obra de teatro “El nombre” en París.

Nada más verla, comenta con Efe, supo que quería darle una vuelta y hacerla suya; así, “El nombre del bambino” era ideal porque “se adapta perfectamente a la realidad de cualquier país”.

Con la ayuda del escritor italiano Francesco Pícolo, ganador del premio Strega 2014, la directora se lanzó a crear nuevos personajes; Paolo (Alessandro Gassman), Simona (Micaela Ramazzotti); Betta (Valeria Golino), Sandro (Luigi Lo Cascio) y Claudio (Rocco Papaleo), chispeantes actores con la comedia en el cuerpo.

Son un grupo de amigos que se conocen desde niños y que, llegados a la edad adulta, descubren aspectos de los otros que ni sospechaban, algunos, realmente sorprendentes, y que salen después de que uno de ellos diga que va a poner a su hijo el nombre de un dictador.

“No son un catálogo de seres humanos, ni hay una intencionalidad de esquematizar tipos políticos; son solo personas que hablan también de una generación”, señala.

Rendida “fan” de “Cría cuervos” (1975), de Carlos Saura, -asegura haberla visto cientos de veces-, declara también su admiración por Isabel Coixet, de la que destaca “Mi vida sin mí” (2003).

La directora participará esta noche en un coloquio después de la proyección de su película en los cines Renoir Princesa, que colaboran en el desarrollo del Festival.

Por Alicia G.Arribas.

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