La feria Frieze se hace fuerte en Nueva York con más de 1.000 artistas

La feria de arte contemporáneo Frieze de Nueva York, la hermana pequeña de la muestra londinense, se hace fuerte desde hoy en su quinta edición, con más 200 galerías y 1.000 artistas, veteranos y emergentes, de 31 nacionalidades.

Victoria Siddall, la nueva directora de la feria, señaló que uno de los secretos de la feria, que el año pasado consiguió 40.000 visitantes, es precisamente la mezcla de galerías consolidadas y debutantes.

Así, mientras que en la sección “Focus” puede verse la selección de obras de galerías con al menos 12 años de carrera, una de las secciones que despierta más curiosidad por los visitantes y marchantes ávidos de nuevos nombres es la sección “Frame”, dedicada a emergentes que preparan obras “ad hoc” para esta feria.

La principal novedad de esta quinta edición, que se prolongará hasta el 8 de junio, reside en los llamados “Frieze Projects”, comisariados por Cecilia Alemani: cuatro espacios creados expresamente para la feria por los artistas Alex Da Corte, Anthea Hamilton, David Horvitz, Heather Phillipson y Eduardo Navarro.

De entre ellos, llamó especialmente la atención en las primeras horas de feria la obra de Horvitz, que reinterpreta los pequeños robos o “pickpockets” tan habituales en grandes ciudades como esta.

El subversivo artista nacido en Los Ángeles hace 34 años ha creado una instalación en la que se muestra un “pickpocket a la inversa”, según su explicación.

Los visitantes ven cómo aparecen pequeños objetos como caídos del cielo, pequeñas esculturas, que los amantes del arte pueden llevarse de recuerdo sin pagar nada.

El argentino Navarro, por su parte, incluye en su espacio prácticas de meditación. Con la instalación “Instruction from the sky”, los visitantes ven reflejados en enormes discos las nubes del cielo y sus movimientos.

También de espejos va otra obra que concentró estas primeras horas muchas miradas, “Le désert et la semence”, de David Altmejd para la galería Andrea Rosen, valorada en 360.000 dólares.

Se trata de una instalación de gran tamaño con grandes paneles que devuelven al visitante su imagen y en los que se incluyen materiales tan dispares como pelo sintético o cocos con el objetivo impredecible de trazar una alternativa evolución humana.

Por otro lado, la sección “Spotlight” se centra este año en artistas californianos del siglo XX, donde entre otras pueden verse piezas del pintor Joe Goode o el escultor David Ireland.

Otra escena artística fuertemente representada es la de Chicago, con galerías como Corbett vs. Dempsey, que apuesta fuerte este año por nuevos nombres como Rebecca Shore y Margot Bergman.

Una de las 28 galerías debutantes destacadas en esta edición de la feria es la parisina The High Art gallery con los trabajos de Valerie Keane, escultora neoyorquina que trabaja con el acero, los acrílicos y la goma para reinterpretar el cuerpo humano y las fantasías sexuales fetichistas.

Pese a las inclemencias del tiempo en Nueva York, donde la primavera no tiene prisa por hacer acto de presencia, compradores y marchantes llegaron hasta la recóndita Randall's Island, en el East River, donde viene celebrándose la feria los últimos años.

En la lista de galerías participantes se encuentran cinco procedentes de España. Es el octavo país con más participantes, tras Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Brasil, Italia, Bélgica y Japón.

La feria de arte Frieze arrancó en 2012 en Nueva York, prima hermana de la muestra en Londres, nacida en 2003 con el mismo compromiso por el arte contemporáneo.

La muestra neoyorquina se adelantó una semana este año para evitar la poco afortunada coincidencia de otras ediciones con las subastas de primavera de grandes casas como Sotheby's o Christie's.