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Clase maestra de Jazz Fusion a cargo de Ritenour y Grusin en Gran Teatro Córdoba

Clase maestra de Jazz Fusion a cargo de Ritenour y Grusin en Gran Teatro Córdoba

EFE

Córdoba —

Más de medio siglo de tradición norteamericana sobre el escenario del Gran Teatro de Córdoba y un nuevo triunfo para la sección de jazz del Festival de la Guitarra, que se apuntó una de las pocas citas españolas de dos leyendas contemporáneas: el guitarrista Lee Ritenour y el compositor y pianista Dave Grusin.

Juntos suman varios Grammy, algún que otro Óscar y decenas de nominaciones a los premios más importantes de la música. También suman un currículum en el que tienen hueco algunos de los mejores músicos de la historia reciente, como Aretha Franklin, Sara Vaughn, Quincy Jones, Henry Mancini o George Duke, entre cientos de otros.

Sin embargo, el origen de su amistad y parte de la unión que los lleva hoy a los escenarios está en los ritmos brasileños, los del maestro Sergio Mendes, que unió los destinos de ambos en su banda Brasil 77.

Y los de Antonio Carlos Jobim, un compositor al que ambos han dedicado discos y que hoy ha tenido su protagonismo sobre el escenario del Gran Teatro de Córdoba, ante una audiencia de casi 900 personas.

Era de esperar un lleno así ante dos de las únicas leyendas que van a pasar este año por el Festival de la Guitarra, una cita a la que Ritenour ya había acudido en dos ocasiones y en la que Grusin debutaba, y lo hacía loando a Córdoba como “el epicentro” de este instrumento al que ha confesado su amor, a pesar de que nunca lo haya tocado.

La guitarra ha recaído, por tanto, en Ritenour, más atinado que Grusin en el recital de hoy, si bien no ha sido en ningún caso una explosión musical propia de estas dos leyendas -que sin duda han vivido tiempos mejores sobre el escenario-, aunque sí ha quedado como una estupenda clase maestra de un género, el Jazz Fusion, en el que cómodamente desarrollaron sus carreras.

Lejos de experimentos de Free Jazz o Vanguardias, tanto Ritenour como Grusin se adscribieron rápido a la corriente de Jazz Fusion que encabezaban estrellas como George Benson, Grover Washington Jr. o el recientemente fallecido Al Jarreau, pero no tanto a experimentos dentro del género como los de Weather Report o los del Miles Davis de los 70.

Su papel siempre fue otro, puesto que ambos comenzaron su dilatada carrera cuando el Jazz había abandonado la oscuridad de los clubes y la estandarización de las orquestas para convertirse en parte del ADN de los EE.UU. de los 70, y ahí ambos, especialmente Grusin, encontraron su caldo de cultivo.

El compositor de Colorado tiene ese algo que anhelan muchos genios, esa capacidad para construir canciones cortas y pegadizas, como las que adornan bandas sonoras de películas de Robert Redford, Brian de Palma o Sidney Pollack; pero también ha mostrado siempre su capacidad para ir más allá de la estandarización y coquetear con otros estilos.

En ese coqueteo, Lee Ritenour ha sido siempre uno de sus músicos de cabecera, y a ambos se les ha notado hoy la complicidad sobre el escenario, donde han estado acompañados por el gran Tom Kennedy, al bajo; y por Wes Ritenour, en la batería, quizá más inspirados -sobretodo Kennedy- que las estrellas en la noche de hoy.

En la hora y media que ha durado el concierto ha habido tiempo para improvisaciones de Jazz Funk; partes con orientación más 'swing'; baladas al piano al estilo Bill Evans por parte de Grusin -mucho mejor que al piano eléctrico, con el que ha aportado poca cosa- y solos de guitarra con aliento de blues por parte de Ritenour.

El resultado ha sido un repaso a una época que difícilmente volverá, puesto que el jazz dejó atrás muchas de esas sonoridades, pero que incluso hoy en día sigue anclado en el debate sobre tradición y modernidad que estos dos artistas plantearon y esquivaron al inicio de sus carreras.

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