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Veteranos televisivos y mucha estafa americana en los Globos de Oro

"12 Years a Slave" se cuela en la fiesta de "American Hustle"

Mónica Zas Marcos

El lado bueno de las cosas y su director están sobrevalorados”. Esa frase resonaba el año pasado, cuando David O. Russel afianzó su figura y su producción en las alfombras rojas del Dolby Theatre y del Beverly Hilton. En cambio, en esta 71 edición de los Globos de Oro, su American Hustle se ha hecho con el premio gordo sin dificultad. A esta fiesta americana se le ha unido el drama humano de la esclavitud, dejando un hueco para el artífice estratosférico, Alfonso Cuarón. La continua presencia en el escenario del equipo de O. Russel auguraba lo peor para la cinta de Steve McQueen, que finalmente enarboló uno de los premios más deseados.

Ambas encabezaron la pugna durante toda la noche, hasta que se vieron recompensadas con el premio a Mejor Comedia o Musical para La gran estafa americana y Mejor Drama para 12 años de esclavitud. Y hasta ahí duró el protagonismo de la segunda, que rápidamente fue eclipsada por su contendiente. Especialmente en el apartado femenino. Una Amy Adams, con cinco nominaciones sobre sus hombros, consiguió por fin el galardón a Mejor Actriz protagonista en comedia. Y Jenniffer Lawrence se subió al mismo escenario 365 días después para recoger la estatuilla de Mejor Actriz de reparto.

La musa del año de Woody Allen, Cate Blanchett, se alzó como Mejor Actriz en drama por su Blue Jasmine. Y, aunque el cineasta neoyorquino no estuvo en la ceremonia -como siempre-, en su nombre cenaba Diane Keaton, con la confianza de quien ha puesto cara a uno de los mejores tándems de la historia del séptimo arte. Por su parte, la estantería de Leonardo DiCaprio se completa con su segundo Globo de Oro como Mejor Actor de comedia. Un Lobo de Wall Street que se sitúa junto a El aviador que ganó hace 10 años.

Entre las ignoradas en las principales categorías destaca Gravity, aunque su artesano y su actor secundario sí tuvieron su momento de gloria en la noche. Alfonso Cuarón al derrotar a sus firmes adversarios en Mejor Director y George Clooney al protagonizar uno de los momentos más agudos del monólogo de las presentadoras Amy Poehler y Tina Fey. “Gravity es la historia de cómo George Clooney se perdería en el espacio antes que pasar un minuto más con una mujer de su edad”, fue uno de los chistes más aplaudidos de la gala y la prueba de que los monólogos sobre el dandismo de Clooney son toda una tradición en los festivales de cine.

La única cinta que hizo pleno, con dos estatuillas de dos nominaciones, fue el drama biográfico Dallas buyers club. La interpretación del cowboy drogadicto le valió a Matthew McConaughey el Globo de Oro a Mejor Actor de drama y a su compañero en el celuoide, Jared Leto, el de Mejor Actor Secundario para su papel de transexual. El australiano arrasó con una lista de nombres que apuntaban alto para arrebatarle su estatuilla. Nada menos que Tom Hanks, Robert Redford, Idris Elba y Chiwetel Ejiofor.

Algunas de las desatendidas vieron satisfechas sus necesidades de estatuillas en otras [no tan principales] categorías. El libreto de Her, pese a contar con el poco deseado en las galas hollywoodienses, Joaquin Phoenix, reconoció la labor de Mejor guión a Spike Jonze. La partitura de Alex Ebert para Cuando todo está perdido y la balada de U2 “Ordinary Love” para Mandela: del mito al hombre, tuvieron que contentarse con los premios a Mejor Banda sonora y a Mejor Canción, respectivamente.

Los vacíos notables estuvieron representados por Nebraska, lo nuevo de Alexander Payne y la recientemente estrenadaA propósito de Llewyn Davis, de los hermanos Coen, que ni siquiera dió el campanazo en las esperadas categorías musicales. Además, lo nuevo de Disney se impuso a las nominadas a Mejor película de animación con Frozen y Paolo Sorrentino recogió su Globo a Mejor película extranjera por La gran belleza, dominando sobre la irreverente propuesta francesa, La vida de Adéle, y la efectiva cinta danesa, La caza.

Los veteranos televisivos ante la nueva cosecha

Si en cine las nuevas promesas adelantaron a sus maestros y dejaron sin estatuillas a grandes veteranos como Judi Dench, Meryl Streep, Robert Redford o Bruce Dern, en la parte televisiva ocurrió todo lo contrario.

Un trío de ases, las tres B, hicieron juego en la ceremonia de los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. Breaking Bad, Behind the Candelabra y Brooklyn Nine-Nine acapararon el escenario y los galardones en prácticamente la totalidad de las nominaciones.

La victoria de las dos primeras era más que previsible. Después de la profusión de ediciones en la que la serie de Vince Gilligan ha sido la propuesta más solvente, llegó el momento dorado para su Walter White. A la cuarta va la vencida, y Brian Cranston recogía anoche su Globo de Oro a Mejor Actor de drama. Como de veteranos va la cosa, Robin Wright continuó con la estela de éxito de Claire Danes como Mejor intérprete dramática gracias a su papel de fría y calculadora mujer del político interpretado por Kevin Spacey en House of Cards.

Los premios de reparto han estado encabezados por dos novedades televisivas como son Ray Donovan y Dancing on the edge. En la primera destacó el consagrado actor Jon Voight y en la segunda una emocionada Jacqueline Bissett.

Menos esperada era la victoria de Brooklyn Nine-Nine como Mejor Comedia televisiva, un galardón que disputaba a Girls, The Big Bang Theory, Modern Family y Parks and Recreations. La serie que ha arrancado en la estadounidense Fox este otoño, ha dado la sorpresa al llevarse dos de los premios principales, Mejor Comedia y Mejor Actor en el género para Andy Samberg. Su homóloga femenina fue la presentadora Amy Poehler por su papel principal en la serie Parks and Recreation.

El reconocimiento al trabajo de Michael Douglas, que da vida al estrafalario pianista Liberace, llegó en las categoría de miniserie o película para televisión por Behind the candelabra. Así se cierra la velada considerada antesala de los premios Oscar que, de ser así, dará muchas sorpresas y algún que otro susto en la gala de febrero.

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