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Gogol Bordello desata la locura “Gypsy Punk” en Lanuza

Gogol Bordello desata la locura "Gypsy Punk" en Lanuza

EFE

Sallent de Gállego (Huesca) —

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La banda estadounidense Gogol Bordello desató la locura en el Auditorio Natural de Lanuza (Huesca) con su sonido “Gypsy Punk” en el que más de 2.000 personas disfrutaron de este concierto del festival Pirineos Sur.

La noche, moderadamente fresca tras un caluroso día, presagiaba una buena jornada en el escenario acuático, aspecto que se confirmó con las dos actuaciones que tuvieron lugar.

Antes de que el grupo liderado por el ucraniano Eugene Hütz llevara el descontrol al auditorio flotante, comenzó la velada con pura intensidad y contundencia de la mano de los franceses Artús, grupo que combina de manera brillante el folclore de la región histórica de Gascuña con un sonido progresivo -en ocasiones, cercanos al Metal - y arreglos electrónicos.

El público se congregó alrededor del recinto paulatinamente gracias a la música de este grupo que, con letras cantadas en occitano y sonidos tan variados como el de la zanfona, la guitarra eléctrica, el salterio o percusiones con un bidón de gasolina, presentaron su quinto disco, Ors, dedicado a la figura del oso pirenaico.

Tras este buen inicio, llegó el turno en el que Gogol Bordello saltó a un escenario que se vio invadido de la energía de unos músicos que salieron con ganas de agotar físicamente a los asistentes, quienes inmediatamente respondieron a la llamada.

“¡Estamos listos para una fiesta gipsy punky!”, proclamó Hültz al comenzar su actuación y, desde luego, el cantante y su banda cumplieron con la parte que les correspondía para lograrlo con ese inicio al máximo nivel en el que el vertiginoso violín del ruso Sergey Ryabtsev, las trepidantes danzas de las bailarinas y guitarrazos rabiosos marcaban el paso de un tremendo directo.

Tras este esperanzador inicio, uno de sus temas de mayor reconocimiento, “Wonderlust King”, comenzó de manera acústica y ritmos Dub en las primeras estrofas para llegar al estribillo y disparar toda la potencia musical que acumula el grupo.

Tras el impacto de esta canción, siguió “Pala Tute”, otro de los éxitos del grupo, en la que el público ya empezó a lanzarse al agua del espacio que separa el escenario de la multitud mientras el vocalista, botella de vino en mano, cantaba desde el suelo del escenario.

El carisma y la implacable inquietud de Hültz se plasmaba en una actuación que seguía a ritmo muy alto al llegar a la mitad de recorrido, momento en el que el Mc Pedro Erazo se dirigió a los asistentes con unas palabras en contra de la guerra y que reivindicaron la figura del inmigrante.

Y es que, precisamente, la inmigración es uno de los rasgos más marcados de una banda formada por múltiples nacionalidades como la estadounidense, la ecuatoriana, la ucraniana o la rusa, aspecto que se reivindica en “Immigraniada”, canción que siguió al discurso de Erazo.

Momentos en los que solitarios sonidos acústicos de la guitarra de Hültz se combinaban con pasajes de absoluto delirio violinístico y con interludios cercanos al jazz iban completando el espectáculo en Lanuza.

Así llegó “Start Wearing Purple”, con Erazo y Hültz en primera línea de batalla, tema que llevó a su apogeo con un grito desgarrador el violinista del grupo a la vez que retaba a los asistentes a seguir su delirio.

A pesar de que el frío empezaba a notarse en el auditorio conforme avanzaba la actuación, el vocalista se desprendió de su camisa para afrontar una parte final de este concierto perteneciente a “Gypsy Punks 10 year Anniversary Tour”.

Un cierre apoteósico en el que todos los músicos demostraron su calidad (y la robustez de sus instrumentos) finalizó con Hültz arrojando su guitarra acústica al suelo para abandonar el escenario.

Pero los músicos volvieron a subirse a las tablas para, esta vez sí, concluir con temas como “Alcohol” y “We Rise Again” una actuación que demuestra el tremendo poderío escénico de esta banda y que concluyó una gran jornada del festival.

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