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Humphrey Bogart no se atreve a volver a Cachemira

Humphrey Bogart no se atreve a volver a Cachemira

EFE

Srinagar (India) —

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Hace casi dos décadas que los proyectores de cine se apagaron en la Cachemira india, la violencia del conflicto a finales de los 80 y en los 90 llevó a las salas a cerrar y pese a algunos intentos de regreso, el cine aún no se atreve a volver a una de las zonas de más militarizadas del mundo.

Como en todas las partes del mundo, los jóvenes cachemires se arremolinan ante los vendedores de películas piratas en la calle o se pasan terabytes de ellas en discos duros, pero a diferencia de sus coetáneos en otras latitudes ellos no pueden ir al cine.

No siempre fue así, a finales de los 80 en Cachemira había catorce salas de cine, nueve de ellas en su capital, Srinagar.

“Me escapaba de la escuela para ir al cine, a veces era difícil incluso conseguir entradas, así que nos tocaba comprarlas a los revendedores”, dijo a Efe Iftikhar Khan, un gran cinéfilo y conocedor del séptimo arte devenido crítico cada vez que un diario cachemir necesita acercarse al celuloide.

Pero en 1989 el conflicto se agudizó hasta extremos antes no vistos. Solo en mayo de aquel año se registraron 14 explosiones con bombas en el valle, y en los siguientes tres años surgieron al menos 43 grupos insurgentes en Cachemira.

“Todavía recuerdo el día en que vi mi última película en hindi en la pantalla de cine, fue ”Apna Bana Lo“ (Hazme tuyo) en el cine Regal”, dijo Khan, al recordar que fue el último día de 1989.

Un excomandante insurgente a principios de los 90, Javed Ahmad Mir, ahora un político activo, indicó que la insurgencia no clausuró los cines deliberadamente.

“Fue el miedo y la psicosis aquellos días lo que llevó al cierre de los cines”, dijo.

El jefe de la Policía de Cachemira, Munir Khan, aseguró a Efe que eso no es así y que hay “suficiente registro de que los cines no solo eran atacados por los insurgentes en los 90 sino que los dueños fueron amenazados para que cerraran los teatros”.

Pero por qué después de tanto tiempo y hoy ya con un nivel de violencia muy inferior al de aquellos momentos los cines siguen cerrados.

“El cine es una herramienta de comunicación”, indicó a Efe el cineasta cachemir Mushtaq Ali.

“Yo me pregunto, cuando otras formas de comunicación como la publicación de periódicos van bien por qué los cines están cerrados”, se cuestionó este hombre del cine que organiza regularmente festivales para tratar de dar satisfacciones al público cinéfilo cachemir aunque sea por unos días.

Hubo reintentos por volver. Los cines Broadway, Neelam y Regal reabrieron entre 1998 y 1999, tras intensos esfuerzos del entonces gobierno regional, pero mucha gente optó por no acudir por las grandes medidas de seguridad que había que atravesar para ver una película, manifestó Iftikhar.

Según los registros de la policía, una granada en agosto de 1999 en la sala Regal produjo un muerto y otros 14 heridos e hizo fracasar el intento.

Uno de los que no se apuntaron entonces a las reaperturas fue cine Khayam, parte del Grupo Khyber J&K y que fue transformado en un hospital.

“Transformamos el edificio del cine en un hospital financiado por las empresas del grupo”, indicó a Efe un representante de Khyber que pidió no ser citado.

“Optamos por un hospital para estar a salvo”, expresó.

Otro intento posterior fracasó en septiembre de 2005 cuando 60 personas quedaron atrapadas en una sala debido a que fuera había un enfrentamiento entre insurgentes y fuerzas de seguridad. El incidente acabó con un separatista muerto y el cine cerrado para siempre.

Mushtaq aseguró que la relación de la fastuosa industria cinematográfica india de Bollywood y la región es inseparable, y que “si las salas de cine no hubieran cerrado, Cachemira habría tenido su propia industria cinematográfica”.

En ese sentido, consideró que este año hay al menos un centenar de estudiantes de “cine” en la Universidad de Cachemira, lo que denota una inclinación de esta generación hacia el séptimo arte.

El jefe policial dijo que si alguien decidiera volver a abrir un cine se le daría protección.

“Estamos aquí para proteger a la gente y somos capaces de hacer nuestra tarea”, concluyó.

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