John Verdon: Escribo libros en busca de la verdad

Es el Don Draper de la novela negra, su trabajo como publicista en Manhattan durante más de 30 años así lo constata. John Verdon decidió que quería “construir cosas” hace cinco años y empezó a escribir, cosechando éxitos de ventas que ahora consolida con “Controlaré tus sueños”, su quinta novela.

“Escribir libros es como buscar la verdad; la publicidad no tiene nada que ver con la verdad. Creo que esa es la gran diferencia entre ambos trabajos”, ha confesado el escritor estadounidense John Verdon en una entrevista con Efe a su paso por España, un país en el que no sabe “por qué” tiene un especial éxito.

Con 600.000 ejemplares vendidos de su saga sobre el detective retirado David Gurney, según su editorial (Roca Editorial), Verdon mantiene con su álter ego literario muchas similitudes, como el retiro de ambos a un entorno rural al norte de Nueva York o la “manera de pensar” de ambos, precisa.

“David Gurney es la versión mejorada de mí mismo”, reconoce el escritor nacido en 1942 que, aunque se dedicó a construir muebles cuando dejó la publicidad, asegura que su viejo oficio de director creativo le ha ayudado a entender “cómo los personajes se relacionan entre sí”.

“Con la publicidad aprendí que a veces la gente dice que quiere algo porque es lo correcto, pero no suele ser lo que realmente quiere”, subraya Verdon, lo que le enseñó a “entender cómo los personajes actúan entre ellos”.

El problema fundamental de sus libros es precisamente ese, la naturaleza humana, que según su experiencia, “tiende a ser egoísta y deshonesta” y lo único que puede salvarla es “la empatía humana”, sostiene. “Eso es la razón por la que la vida funciona y no nos matamos”, añade.

“Controlaré tus sueños” es el quinto título de una nueva entrega de la serie de novelas policiacas protagonizadas por David Gurney, que comenzó con “Sé lo que estás pensado” (2010), siguió con “No abras los ojos” (2011), “Deja en paz al diablo” (2012) y “No confíes en Peter Pan” (2014) .

Incitado por su colega Jack Hardwick, Gurney se ve envuelto en un nuevo caso con el asesinato de cuatro hombres que nunca se han visto entre sí y que no parecen tener nada en común más que el mismo sueño, una pesadilla recurrente en la que aparece una figura terrorífica.

Los cuatro son hallados muertos tras relatar este suceso a algún conocido, y la policía descubre que las víctimas compartían solo dos hechos significativos: las sesiones con el controvertido hipnoterapeuta Richard Hammond y que todos habían pernoctado en un viejo hotel de las montañas Adirondack.

“Amo la idea de poner a Gurney sobre algo que parece imposible”, asevera sonriente Verdon, quien reconoce que la figura del policía retirado y su mujer Madeleine se asemeja mucho a la de él mismo y su esposa.

Acostumbrado el lector a las idas y venidas del policía neoyorkino y su habitual “tribu”, Verdon decidió en esta ocasión dotar de un carácter diferente a su mujer, Madeleine, y hacerla más vulnerable en la historia, para así hacerla más real, confiesa.

“Todos tenemos piezas de nuestra vida confusas y dolorosas, y pensé que era el momento de ver algo así en Madeleine, que, aunque continúa siendo la misma persona fuerte de antes, ahora es más humana”, justifica Verdon.

El escritor, que realiza una crítica sobre la seguridad nacional haciendo uso de los protagonistas del relato para ello, hace hincapié en que su furia no es “con las instituciones o con el Gobierno”, sino más bien con los “individuos”.

“No hay Gobiernos repugnantes, sino personas repugnantes. Me preocupa el problema del mal en los individuos y no en el Gobierno, porque solo puede ser resuelto en las personas, no en las instituciones”, subraya el escritor, que ya tiene en el horno su próxima novela.