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Kakebo, el método japonés para que ahorres de una vez

Cubierta Kakebo

Carmen López

Hace aproximadamente un año, Blackie Books introdujo en España un concepto importado de Japón hasta ahora prácticamente desconocido en nuestro país. El Kakebo, libro de cuentas para el ahorro doméstico, se presentó como una novedad en el campo de los manuales de control financiero, generalmente aburridos, tediosos y relacionados con la burocracia y la obligación.

Sin embargo, la propuesta de la editorial inspiraba poco hastío: en su portada aparecía un cerdito que en el interior ayudaba a los usuarios y usuarias a huir del lobo ladrón de su dinero. El método es fácil y su secreto está en la constancia: en un formato parecido al de una agenda, la persona tiene que ir apuntando sus gastos diarios en las categorías determinadas (supervivencia, ocio, vicios o transporte, por ejemplo). Cuando se termina el mes se suman los resultados semanales y se hace el balance. De esa manera, quien lo use puede fijarse en qué cosas gasta más e intentar modificar sus hábitos de consumo si es que lo necesita.

Puede decirse que el Kakebo del ejercicio 2014 fue un éxito en España: más de 15.000 ejemplares vendidos en tres ediciones y exportación del modelo (con el mismo sistema, diseño e ilustraciones) a otros países como Italia, Brasil o Portugal. Todo un orgullo para los componentes del Comité Blackie -nombre que firma su autoría- que son Jan Martí, el editor; Raúl Sánchez Serrano, el encargado de hacer los textos y la coordinación; el estudio de diseño Setanta y el ilustrador Cristóbal Fortúnez. “Es un comité de ideas en el que cada cual aporta la suya y se van construyendo este tipo de obras diferentes”, explica Raúl Sánchez Serrano.

Este año han puesto un nuevo modelo a la venta, de cara al control de cuentas personales en el 2015, que incluye cambios, novedades y hasta un Kakebo formato bolsillo (y con apariencia de pasaporte) para que los usuarios se lo lleven a donde quieran y puedan apuntar sus gastos.

“Esta edición del Kakebo contó con la opinión de muchos usuarios a través de un concurso en las Redes Sociales en el que se les pidió que nos diesen trucos de ahorro y que nos dijesen aquello que les había gustado y no del anterior. Recogimos todas las opiniones y las plasmamos en el nuevo. Por ejemplo, muchas personas necesitaban más amplitud para los ingresos y menos para los gastos fijos. También se ha equilibrado el espacio para superviviencia y vicio, que son las categorías en las que más solemos gastar y hemos reducido el espacio para cultura y extras, que son más minoritarias o mensualmente repercuten menos en tu economía”. El nuevo volumen se puso a la venta el 8 de octubre y a mediados del mes ya tienen una segunda edición preparada.

Aunque en España el Kakebo sea una herramienta novedosa, en Japón es un elemento cotidiano. Existen muchos modelos diferentes dirigidos a casi cualquier persona independientemente de su estrato social. Hay muchas editoriales que los comercializan y aunque todos tienen el objetivo de ayudar a llevar el control de las cuentas, existen variaciones en el sistema, en el diseño o en el formato.

Motoko Hani, inventora y pionera

El primer Kakebo se puso a la venta en Japón en 1904. Su inventora fue Motoko Hani, fundadora de la revista femenina más antigua de su país llamada La compañera de la mujer, en la que también ayudaba y animaba a las lectoras a llevar el control de la economía doméstica.

Raúl Sánchez la describe como: “Una mujer mujer muy interesante ya que fue pionera en Japón por muchos motivos. Vivió en un contexto social de muchísimo cambio para su país, ya que salía de un régimen y entraba en otro, estaba en plena modernización. Ella fue una de las primeras personas que accedió a la educación superior y está considerada como la primera periodista de Japón. Abogaba por el autoconocimiento y la independencia de la mujer en todos los aspectos de la sociedad: en el familiar, en el trabajo, etcétera. De hecho, también fundó una escuela de libre enseñanza superior”.

La idea de Hani no sólo estaba orientada al control de los gastos sino que, de alguna manera, también quiso que fuese un arma de empoderamiento femenino. “En su momento fue muy innovador porque las mujeres recibían el dinero que llevaban sus maridos a casa, podían distribuirlo y ahorrar una parte para gastarlo en ellas mismas. Fue una herramienta de emancipación”, asiente Sánchez Serrano. Su modelo de Kakebo (el original de Hani) aún se sigue comercializando en la actualidad.

¿Pero funciona?

La clave para sacarle el máximo partido al método es tener constancia y llevar al día las cuentas, lo cual puede no ser fácil para todo el mundo. Sin embargo, parece que hay personas que lo han aprovechado con éxito. “Hemos recibido a través de las redes sociales y algunos e-mails de personas que lo han utilizado y que realmente han conseguido ahorrar. Y muchísimo más que yo” explica, entre risas, Raúl Sánchez.

Si la importación del modelo japonés a España ha funcionado surge la pregunta ante si el proceso inverso también sería exitoso, es decir, llevar el Kakebo de Blackie Books a Japón. Su coordinador explica que: “Habría que hacer mucho trabajo para adaptarlo a la cultura de allí. Las facturas se pagan de manera diferente, los conceptos son distintos… la adaptación la hicimos nosotros, no ellos. Quizás no tendría demasiado sentido exportar nuestra edición, aunque sería genial. Pero el mercado allí es tan grande y hay tantísimos Kakebos que sería muy difícil colocarlo. Aunque a mí me encantaría, por supuesto”.

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