Leonardo Padura: “España ha perdido protagonismo en las relaciones con Cuba”

Leonardo Padura estaba en nuestro país presentando su antología de cuentos Aquello que estaba deseando ocurrir. Aprovechando, declaró en una entrevista que veía “muy positivo” el anuncio del restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba, al tiempo que echaba menos un mayor protagonismo de España.

“Yo creo que España ha perdido un protagonismo en las relaciones con Cuba, como siempre tuvo, por ejemplo en cosas tan importantes como la liberación de los presos en 2003, cuando salieron 60 personas de la cárcel, gracias al Gobierno de España y la iglesia católica”, decía Padura (La Habana, 1955).

“También parece que el sector empresarial español, afectado por la crisis, se hubiera frenado. Y lo siento mucho -añadía-, porque con España hay una relación histórica y humana que no existe con otros países del mundo”, precisaba el autor de “El hombre que amaba a los perros”.

Y es que Padura, uno de los escritores cubanos más importantes de las letras en español, creador del inspector Mario Conde, aseguraba que “el problema de Cuba realmente son las finanzas; por eso -alclara- es fundamental que acabe el embargo lo antes posible. La economía es una asignatura pendiente”.

“En los últimos años en Cuba se están moviendo cosas, despacio, pero se mueven, aunque desde fuera no se considere tanto. Pero ahora está el permiso para poder viajar, antes no se podía tener línea para un celular, en fin... Ojalá los cambios fueran más dinámicos y que todos pudiéramos ver el final de partido”. “Acaba de estar el canciller italiano, el mes próximo viene Hollande, algo se está moviendo”, matizaba el narrador, periodista y guionista de cine.

Leonardo Padura presentaba en marzo su último libro, Aquello estaba deseando ocurrir (Tusquets), cerraba también los proyectos cinematográficos que tenía abiertos y ultimaba una serie de televisión sobre su personaje Mario Conde, todo un símbolo de la decepción de la Revolución Cubana.

La novela Vientos de Cuaresma, impregnada también de realismo mágico, erotismo y música, era la elegida para llevar al cine y para convertirse en el primer capítulo de una serie de cuatro para televisión.