R. Lezaun debuta en novela con un asesino en serie en el Camino de Santiago

La periodista y escritora navarra Susana Rodríguez Lezaun inicia con “Sin retorno” la serie de novela negra protagonizada por el inspector David Vázquez, en la que mezcla una trama de malos tratos con la investigación de un asesino en serie que actúa en el Camino de Santiago.

Rodríguez Lezaun ha dicho a Efe que “inconscientemente la influencia de Manuel Vázquez Montalbán está en mi obra; no en vano he leído prácticamente todas sus novelas, y Pepe Carvalho es un referente”.

La autora, que siempre quiso ser periodista, había escrito desde su juventud cuentos y relatos y “tenía en mi cabeza el inicio de esta novela pero pensaba que algún día tendría tiempo, y así en los últimos dos años fui escribiendo a ratos perdidos la novela sin saber el final y viendo cómo iba creciendo”, confiesa.

“Sin retorno” (DeBolsillo) se inicia con la historia de Irene Ochoa, una mujer que sufre malos tratos de su marido y para deshacerse del maltratador aprovecha una de sus borracheras para quemar la casa en la que duerme sus excesos etílicos.

Esta trama se entrecruza enseguida con la del inspector David Vázquez, con quien acaba formando pareja, quien se ve envuelto en la investigación de la muerte en Roncesvalles de varios peregrinos del Camino de Santiago, obra de un asesino en serie.

Crítica con los excesos de los sanfermines, Rodríguez Lezaun se muestra compasiva con “esos peregrinos que veo todos los días, con lluvia, sol o nieve, de todas las edades, condiciones y razas” y clama por “tener algún día tiempo para hacer el camino”.

No se ve la periodista escribiendo de otro género que no sea el negro, su favorito: “Desde pequeña, con doce años, ya leía a Agatha Christie y luego a Simenon y más adelante descubrí a Mankell y Joe Nesbo, y por encima de todos a Vázquez Montalbán”.

Fuera del género, se declara una ávida lectora de latinoamericanos como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa y Juan Rulfo, y también de Almudena Grandes, Arturo Pérez Reverte, José Saramago, José Luis Sampedro, Antonio Gala y Antonio Machado.

Asegura la escritora que “la historia de Irene Ochoa no se inspira en la realidad: no conozco a nadie que haya matado a su marido incendiando la casa. Yo las animaría a denunciar, a divorciarse, pero no a acabar con ellos”.

Considera que la violencia de género es una realidad que está en nuestro alrededor y que no podemos ignorar, y “su combate debe iniciarse en la educación familiar y en el colegio con el respeto, y acabando también con la publicidad que otorga papeles estereotipados tanto al hombre como a la mujer”.

Tras la historia del maltrato, las musas llevaron a su imaginación al inspector, al que veía como alguien alto y guapo, pero tampoco se inspira en nadie real, pues cuando contactó con la policía para asesorarse siempre trató con mujeres policías.

Preguntado por Vázquez, “un guiño inconsciente al padre de Carvalho”, Rodríguez Lezaun se lo imagina “resolutivo, firme, sin llegar a la rigidez, con convicciones, un policía que intenta mantener el orden, pero no sabe lo que tiene en casa”.

Situar al inspector Vázquez frente a dos tramas, la investigación policial de Roncesvalles y la de su propia mujer permitía a Rodríguez Lezaun enfrentar al protagonista a un dilema: “'¿Qué eres primero, marido o policía?', una pregunta que quiero que el lector también se haga”.

Frente a otros escritores del género como Henning Mankell o Michael Connelly, cuyos protagonistas evolucionan a partir de un pasaje oscuro de su pasado, en “Sin retorno” tanto Irene como Vázquez “llegan blancos al lector, sin una infancia terrible, pero con un hecho dramático que los une. Justo están empezando a llenar sus mochilas”.

Susana Rodríguez ya tiene escrita la segunda y está escribiendo la tercera novela; y lo único que puede revelar es que “continúan Vázquez e Irene, aunque la trama es más social, aparecen los desahucios, los movimientos sociales del 15M, la crisis, el papel de los bancos y cómo se le complica a Irene la vida en su huida hacia adelante”.