María Arnal i Marcel Bagés cantan contra “la humillación del silencio”

El casi unánime reconocimiento por parte de la crítica de “45 cerebros y 1 corazón”, título que alude al hallazgo de una fosa común en un pueblo de Burgos, ha convertido a María Arnal i Marcel Bagés, los jóvenes autores de este disco, en paladines de la recuperación de un pasado no solo musical.

“Es nuestra humilde aportación a un tema del que no se habla, una humillación en forma de silencio”, proclama el cincuenta por ciento femenino del dúo, antes de reclamar su derecho a bucear en “algo que nos pertenece, porque es nuestro presente y porque los privilegios políticos y formas de impunidad que siguen en nuestra cotidianeidad se consolidaron en esos momentos”.

Así lo indica en una charla con Efe ante su participación mañana en la ya tradicional Fiesta Demoscópica que celebrará en la sala Joy Eslava de Madrid la revista MondoSonoro, pocos días después de asistir también como finalistas a la fiesta del Premio Ruido al mejor disco nacional de 2017 que concede la prensa musical.

“Y eso que no es fácil hacer titulares simples con nosotros”, reconoce Arnal ante “un proyecto complejo” en su forma y en su fondo, el cual comenzó a tomar forma hace tres años, cuando conoció al guitarrista Marcel Bagés y emprendió esta asociación artística sin ninguna experiencia sobre el escenario.

En su punto de mira estaba el Archivo de Alan Lomax, etnomusicólogo estadounidense que a principios de los años 50 dedicó varios meses a viajar por los pueblos de España y a registrar la tradición musical oral del país, entre fandangos, flamenco y canciones de amor.

“Consideramos que la manera de hacer algo útil con aquello era añadir letras mías que la gente escuchaba como si fuesen las tradicionales. Abrimos así un imaginario con canciones propias que no pueden entenderse sin lo que hemos recibido”, explica Arnal, que sintió “un flechazo” por aquellas piezas “completamente desconocidas” con las que aprendió a cantar.

De su puesta en común nacieron los EPs “Remescles, Acoples i Melismes” (2015) y “Verbena” (2016). Deberían haber completado “la trilogía” con un tercer disco de duración media, pero el éxito de su predecesor les convenció de que era el momento de lanzarse a un proyecto de mayor calado.

Recuperaron canciones de sus primeras grabaciones con “las transformaciones sufridas” en los directos, al igual que algunas versiones incorporadas al repertorio y una serie de canciones nuevas, a modo de “culminación de un proceso de experimentación y de conocimiento entre ambos”.

Así surgió “45 cerebros y 1 corazón” (Fina Estampa), cuyo título coincide con el de una de las canciones y se refiere al hallazgo de una fosa común de la Guerra Civil con 104 cadáveres, algunos momificados, realizado por un grupo de arqueólogos en el monte de La Pedraja (Burgos).

“Lo que más nos toca de este tema es el silencio en todas sus vertientes... Y el miedo. El abuelo de Marcel estuvo en la guerra y lo que más le repetía es que nunca dijera su opinión en público. Mi bisabuelo estuvo en prisión durante un año y mi abuela pasó ese tiempo en un campo de refugiados. Todo el mundo vivió esto, ¿por qué no sabemos nada de ello?”, inquiere.

Canciones de diversos géneros y temáticas, en castellano y en catalán, se dan la mano en un álbum que abraza “las identidades múltiples” y en el que destaca especialmente el sencillo “Tú que vienes a rondarme”, un éxito viral casi sin proponérselo.

Mañana serán parte de un cartel en el que también figuran bandas como La Plata, Jump To The Moon y North State, antes de encarar la segunda parte de una gira que se prolongará hasta octubre mientras trabajan “de puertas adentro” en su segundo disco de larga duración.