Nachtwey lo vio y así sucedió

La frase escrita por Francisco de Goya en uno de los cuadros de su serie “Los desastres de la guerra” -“Yo lo vi, así sucedió”- ha servido hoy como hilo conductor del encuentro del fotoperiodista estadounidense James Nachtwey con sus colegas españoles.

Les ha reclamado “compromiso, pasión, disciplina y talento” con una profesión en crisis. “La fotografía era lo de menos, lo importante era lo que podía conseguir la fotografía”, ha señalado Nachtwey al rememorar su trabajo durante décadas en guerras y catástrofes humanitarias a lo largo de todo el mundo.

A su juicio, ha sido la pasión -se inició fotografiando en la década de los años ochenta el conflicto de Irlanda del Norte- la que ha movido su trayectoria y le ha llevado a perseguir “de forma radical y extrema” una forma de vida alejada de lo convencional. “No he hecho ninguna otra cosa, me dediqué a esto sin pausa, sin tregua. Cuando empecé, no pude parar”, ha subrayado.

Nachtwey ha trasladado sus reflexiones sobre la trayectoria que le ha llevado a obtener el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2016 en un debate con más de 40 fotoperiodistas españoles, entre los que se encontraban Gervasio Sánchez, Cristina García Rodero, el premio pulitzer Manu Brabo o Manuel Pérez Barriopedro.

Además, ha mostrado a sus compañeros una muestra de sus fotografías a través de dos series, una captada en Kabul en 1996 durante el asedio de los talibanes y otra en Nueva York el 11-S, dos episodios que la historia acabó vinculando, pese a que, ha admitido, a veces un fotógrafo no conoce el significado de las imágenes que capta “porque la historia está ocurriendo en ese momento”.

A partir del 11S, ha afirmado, EE.UU. pasó de sentirse inmune “a empezar a formar parte del mundo” al sufrir las consecuencias de conflictos arrastrados durante años en el mundo islámico que él había documentado y en los que había escuchado “a gente que había sufrido mucho, pedía ayuda y a la que el mundo no escuchó”.

Nachtwey ha lamentado que en las últimas décadas el cambio del modelo de negocio y la revolución tecnológica hayan empeorado las condiciones de trabajo en el fotoperiodismo y que no sea factible tener, como él tuvo durante décadas, el respaldo de una revista con los medios que le ofrecía Time.

No obstante, y pese a considerar que la situación actual de los “freelances” “no es sostenible”, se ha mostrado optimista sobre el futuro de la profesión tras recordar que empezó fregando platos para sufragarse sus primeros viajes y emplazar a quienes se inician ahora a adaptarse al modelo existente y buscar su propio camino.

A sus colegas mas jóvenes les ha recomendado ir donde les lleve el corazón “utilizando la cabeza”, un consejo de alguien que vive “en las trincheras como vosotros”, que nunca ha sido un hombre de negocios y que acumula decenas de facturas sin enviar a sus clientes y para el que el dinero “nunca ha sido una motivación”.

“Tenemos que seguir informando y presionando para influir en la opinión pública. Hay que seguir con la lucha siempre, ese es nuestro trabajo. Si la sociedad occidental ha tenido conciencia de lo que ocurría en el mundo, es porque los periodistas les han abierto los ojos”, ha advertido Nachtwey a sus colegas.

Defensor de “una vocación más que una profesión” y con la “rarísima” sensación de estar al lado contrario de sus colegas, el fotoperiodista se siente satisfecho de dedicarse “sin pausa, sin tregua” a un oficio “que nunca ha sido fácil” y que encontrará su camino porque el mundo “necesita” a quienes, como él, ven lo que sucede y lo muestran.