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Nuria Labari ficciona sobre el 11-M en “Cosas que brillan cuando están rotas”

Nuria Labari ficciona sobre el 11-M en "Cosas que brillan cuando están rotas"

EFE

Madrid —

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Hasta el momento el 11-M no ha tenido mucha presencia en la novela española, a diferencia de los atentados del 11-S en Nueva York, que han sido novelados, entre otros, por Don Lelillo o Ian McEwan. Ahora, Nuria Labari, doce años después de lo ocurrido en Madrid, publica “Cosas que brillan cuando están rotas”.

“Todo ha estallado a nuestro alrededor, no solo los trenes. Todo ha saltado por los aires. Se ha roto el sentido de los acontecimientos y también el nuestras vidas, si es que alguna vez lo tuvieron”, escribe en el libro la periodista y escritora Nuria Labari (Santander, 1979), a quien le tocó cubrir los atentados del aquel fatídico día para El Mundo digital.

Pero “Cosas que brillan cuando están rotas”, publicada por Círculo de Tiza, ante todo es un canto a la ficción como la mejor vía o camino para mostrar y reflexionar sobre el dolor; sobre lo necesario que es el amor y la empatía en momentos de sufrimiento y sobre el extrañamiento ante el mal absoluto.

Así lo pone de manifiesto a Efe Nuria Labari: “Esta es un novela que lleva mucho tiempo germinando. Y no he podido escribirla hasta ahora. Ha tenido que pasar todo este tiempo, porque quería que fuera una ficción, no quería escribir con los datos desde la urgencia. Quería comprender qué pasa con el horror, la fragilidad y la perdida y para ello no conozco otra cosa mejor que la ficción”.

“Es mentira: la realidad no supera la ficción. Necesitamos la ficción para superar la realidad”, escribe la autora en la primera página del libro. Toda una declaración de intenciones.

La novela se desarrolla a tres voces y tres planos y habla también sobre el dolor y el horror de lo cotidiano a través de una pareja en crisis y de su hija, una adolescente sin empatía.

La protagonista es una joven periodista que se despierta una mañana - en la que su marido y su hija se ha ido de viaje para poner tierra por medio en un momento de crisis-, con una llamada de móvil minutos después de que las bombas estallaran.

A partir de ahí la periodista, Eva, se pasará dos semanas en la calle, en los hospitales, en la morgue; cotejando cifras de muertos, recuperando memorias de vidas, cogiendo manos, o entrevistando a familiares.

Una vida paralela a la que Labari pudo experimentar. “Me tocó cubrir los atentados de una manera accidental -explica la autora- porque yo hacía crónica de libros para la red; pero terminé viviendo en la calle y me dejó rota. Fue como ser reportera de guerra, porque aquello era el escenario de una guerra. Llegué Santa Eugenia cuando explotaron las bombas. Sentí que el mundo estaba en guerra”, recalca.

Una narración, un documento del horror, que ahora visto con el paso del tiempo a la escritora le parece que no todo se contó bien, como algunas historias de los muertos, algunos casos, algunos tratamientos con fotos o con las cifras de fallecidos. “Hoy todavía dependiendo de donde busques lo ocurrido; unos dan la cifra de 190 o 192 muertos”, apunta.

La autora del libro de relatos “Los borrachos de mi vida”, VII premio de Narrativa de Caja de Madrid, y actual directora de estrategia en Megamedia, deja de lado esta labor de documentación para su novela, y se centra en el lo más invisible de ese relato, en la fragilidad del ser humano al que retrata sin costuras, desnudo con la verdad íntima de cada uno, como el grito exhalado de un cuadro de Bacon.

“Estamos programados y educados para el éxito, no para recibir el dolor, el miedo, el fracaso. No tenemos formación para el desconsuelo solo está en la creación, en el arte, o en la literatura, en mi caso, donde yo he encontrado el hueco para vivir esa vida individual de los protagonistas”, concluye.

Con una escritura limpia, veloz y punzante, que se mete en el alma del lector desde el principio, la novela de Labari deja un poso para la reflexión sobre el dolor y un espacio para comprender y socorrer al individuo frágil y contingente en medio de la sociedad de hoy.

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