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Óscar Domínguez, premio Aefona: “Las pequeñas acciones son poderosas”

Óscar Domínguez, premio Aefona: "Las pequeñas acciones son poderosas"

EFE

Madrid —

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Óscar Domínguez, ganador del premio de la Asociación de Fotógrafos de la Naturaleza (AEFONA) en la categoría de fotógrafo de conservación, cree que sus imágenes pueden concienciar a la población sobre las especies en peligro, como las del sisón común, con las que se hizo con el galardón.

Domínguez ha asegurado en una entrevista con la Agencia EFE que con el proyecto del sisón -que ha sido publicado en la revista británica especializada en naturaleza BBC Wildlife Magazine-, pretende llamar la atención sobre una especie antes abundante en los campos españoles, pero que hoy gracias a los cultivos de regadío está desapareciendo.

Según Domínguez, en los últimos veinte años, la población de sisón ha bajado un 50 % por la transformación de los cultivos de barbecho. “El agricultor sabe que si riega puede tener cuatro o cinco cultivos al año, es decir, más ganancia” y esto ha perjudicado a la población de esta ave, sobre todo en Cataluña.

El Sisón (Tetrax tetrax) y su hábitat, como se llama el proyecto fotográfico, fue presentado en el último congreso de Aefona en Antequera (Málaga) y ha ganado el premio a la conservación de especies dotado con 1.500 euros.

El fotógrafo conservacionista ha dicho que el declive de la población global del sisón, “un ave icónica, con un baile nupcial muy característico”, le ha llevado a ser clasificado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) cerca de la extinción.

Domínguez empezó a hacer sus primeras fotografías a los 17 años y a los 20 realizó cursillos de perfeccionamiento, pero se dedicó también a la escalada, momentos en los que aprovechó para hacer imágenes sobre todo de los Pirineos.

Pero antes de dedicarse por completo a la fotografía, Domínguez trabajó en una tienda de material deportivo con gente a su cargo y mucha presión al ser el responsable de compras, lo que fue compatibilizando con publicaciones en National Geographic, Mundo de los Pirineos y Descubriendo Cataluña.

Decidió dejarlo todo para lo que ahorró durante dos años, y aunque conocía el mundo de la fotografía de la naturaleza tras ser alumno del catalán Oriol Alamany, uno de los fotógrafos más conocidos en este campo en España, “fue duro, porque no fue llegar y besar el santo”, ha asegurado.

Al fotografiar los Pirineos “aprendí a construir un reportaje”, porque no es lo mismo salir y hacer fotos como se hace hoy con la facilidad de la tecnología, que tener que “hacerlas llueve, truene o relampaguee”.

Por ello decidió buscar temas poco tratados y eligió Asia, donde había viajado con anterioridad a Tailandia, Vietnam, India, Nepal.

Actualmente está centrado en analizar cómo se ha recuperado la población de buitres en Nepal e India, donde murieron “más de 50 millones de ejemplares por la administración del fármaco diclofenaco (Voltarén para los humanos) al ganado vacuno -sagrado para los induistas y budistas- para combatir la artritis”.

Tras la muerte de las cabezas de ganado, los buitres que se alimentaron con ellos, resultaron contaminados con ese químico y con graves daños renales que les condujeron a la casi desaparición de ciertas especies.

“Algunas de las seis o siete especies de buitres se han quedado al límite de la extinción” y hay tres que se encuentran en la línea de la clasificación anterior a la desaparición, ha manifestado Domínguez con gran pesar.

“Hace diez años prohibieron la utilización del fármaco, y mi intención es ver qué se está haciendo para la recuperación de la población de buitres”.

Sus viajes le llevaron también hace muchos años a Perú y Bolivia, pero “entonces no tenía esta visión conservacionista y hay muchos proyectos en los que se puede trabajar en América Latina”.

Domínguez ha recorrido mucho mundo, y también Europa, donde pudo fotografiar el intento fallido de reintroducción de una especie de halcón en Bulgaria, cuyas fotografías le han solicitado hace poco.

También ha pasado por Alemania, Noruega, y en los últimos años ha realizado seis proyectos de profundidad en lugares tan distantes como Tailandia o Ladack (India).

Defiende el trabajo y facilitar recursos a las poblaciones autóctonas porque “no se puede llegar de fuera y decirle al que lleva toda su vida viviendo al lado de un animal, en un territorio en el que han vivido sus antepasados, cómo tienen que protegerlo”.

Son los mejores defensores de esos territorios “si se les toma en cuenta”, ha sostenido.

Cree que su trabajo puede ayudar a concienciar sobre las especies en peligro, “lo ideal es llegar al máximo número de gente y la difusión es importante”, por lo que a los lugares que va imparte algún curso de fotografía o regala un par de fotos para que las poblaciones saquen fondos para su desarrollo.

“Las pequeñas acciones son poderosas”, ha concluido.

Por Lourdes Uquillas

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