Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Paciencia y buen humor para comprar el décimo de Doña Manolita

Paciencia y buen humor para comprar el décimo de Doña Manolita

EFE

Madrid —

0

Gente, mucha gente hay en las calles más céntricas de Madrid estos días y más que está por llegar, una situación calcada a la que se vive a las puertas de la administración de lotería más emblemática del foro, Doña Manolita, donde, sin embargo, ya se han visto colas de hasta dos horas.

Al bajar la calle del Carmen, por la derecha, una legión de pacientes amantes -o penitentes- de la suerte aguardan a que les llegue el turno de entrar a la administración para pedir ese boleto que, en los días previos al sorteo suele ser el premiado -o eso dicen-, y al que serán los bombos del día 22 de diciembre los que pondrán en su sitio.

“Nosotras llevamos poco, cinco minutos”, confirman Visitación, Pilar, María Asun y Rosa, que no es que hayan tenido más suerte que el resto de los fieles a Doña Manolita, sino que acababan de llegar a la fila, que ya doblaba la esquina de Preciados con la calle de la Salud.

Estas mujeres hoy se han vuelto a lamentar por su mala memoria ya que, según comentan entre risas, “todos los años les pasa igual” y tienen que esperar un ratito en la cola.

“Siempre decimos que el año que viene no nos vuelve a pasar esto, que venimos dos meses antes, elegimos el número que queramos y no aguantamos la cola, pero aquí estamos, todos los años caemos en lo mismo”, lamenta Pilar, quien es la segunda vez que acude a por lotería en las últimas semanas.

“El otro día estuvimos hora y media mi hermana y yo”, confirma esta mujer, que también asegura que ya por entonces había números que se habían agotado.

Agotados no, porque aún quedan los días más duros, pero con unos meses de trabajo en las espaldas están, manteniendo el orden, los operarios encargados de organizar la fila para que ésta no moleste a los viandantes ni a los compradores.

Y es que la cola se divide, aparece y desaparece, en función de los comercios, para dejar paso a quien quiera acceder al interior de las tiendas.

Uno de ellos explica a Efe que en el día con mayor tiempo de espera se han alcanzado las dos horas en la fila esperando para poder comprar un boleto, un tiempo que se superará, como bien saben estos operarios, conforme el sorteo se acerque.

Como ya es tradición, especialmente complicado es el Puente de la Constitución, cuando madrileños que dejan las compras de azar para el último momento y turistas confluyen en la calle del Carmen en busca de un salvoconducto hacia la felicidad o, al menos, para el fin de los agobios económicos.

“Vengo a por el número que me den”, confiesa Carmen, una veterana mujer que se encuentra a mitad de camino entre los últimos de la fila y el mostrador de la administración, desde donde recuerda que una vez le consignaron un billete agraciado con “35.000 pesetas” aunque, como matiza, “eso fue hace un montón de tiempo”.

Más adelante aún, a punto de entrar en esta sucursal de la esperanza, Elías, también bastante veterano, admite que “si no tuviera ilusión”, no estaría ahí guardando su turno.

“Aquí si no juegas, no te va a tocar”, espeta el comprador, quien también señala que “este año” no quería venir, pero como no le ha gustado “el número del bar donde había comido con unos amigos”, no ha tenido más remedio que acercarse.

Elías dice que la cola avanza rápido, al menos para lo que él esperaba, aunque otra opinión tiene Alberto, un joven estudiante que, desde el otro lado de la calle, no entiende mucho cómo hay gente que año tras año no falta a su cita con Doña Manolita y, por ende, con sus largas esperas.

“Que cada cual haga lo que quiera, pero yo no esperaría tanto tiempo por un décimo”, advierte el universitario quien, eso sí, admite que no volverá a casa por Navidad sin un décimo de lotería madrileño, aunque lo compre en otra administración, claro.

Enrique Delgado Sanz

Etiquetas
stats