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“Palmeras en la nieve”, cine épico español con aroma al cacao de las colonias

Casas: Berta Vázquez merecía ser nominada a los Goya como actriz revelación

EFE

Madrid —

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Con la Navidad, llegará a las salas la superproducción española más grande de los últimos años, la adaptación al cine del “bestseller” “Palmeras en la nieve”, que su propia escritora, Luz Gabás, ha supervisado, “cine épico español” que huele al cacao de las colonias.

Así lo ha explicado en una entrevista con Efe el director de la cinta, Fernando González-Molina, quien sólo temía, al hacerse cargo del proyecto, que se pudieran perder “las sensaciones” que él tuvo al leer la novela.

“Es épica, evocadora, intensa, profundamente ambiciosa, muy emocional, intimista y con una historia poderosísima que se cuenta a través de una saga familiar; me preocupaba -dice- cómo contar esta historia gigante”.

Pero el director de las taquilleras “Tres metros sobre el cielo” y “Tengo ganas de ti”, ambas protagonizadas por Mario Casas, dispuso del mayor presupuesto de ninguna otra producción española en los últimos años.

Así, se construyeron escenarios que recreaban los espectaculares parajes naturales de Guinea Ecuatorial y se contó con un equipo de más de 70 actores, unos 250 técnicos y alrededor de 2.200 extras.

“La película no sería lo que es sin lo que ha costado. Es puro experimento visual. El espectáculo y los paisajes son fundamentales. En este caso, no bastaban los actores, por buenos que fueran”, explica el director.

Rodada entre Gran Canaria, Huesca y Colombia, por las complicaciones de intentar hacerlo en Guinea, que además “ya no tiene nada que ver con la Guinea que nosotros queríamos contar” -añade González-Molina-, el rodaje duró casi cinco meses, un tiempo, asegura Mario Casas, que le cambió la vida.

“Los actores a veces nos removemos por dentro, nos afecta, porque hay cosas que están ahí, pero no las muestras hasta que lo necesita un personaje”, comenta a Efe.

Y explica, a título personal, que hubo “otro aliciente”: “Vivimos en Canarias, en Colombia, en medio de selvas vírgenes. Compartimos cosas con nativos que hacía tiempo que no veían gente, y eso te enriquece. Y no solo eso, nos hemos sumergido en sitios exóticos, pasionales”.

A su lado, asiente su actual pareja, la actriz Berta Vázquez, que hace un espléndido trabajo como Bisila, la mujer de la que se enamora Killian (Casas) y que simboliza la difícil vida de las mujeres africanas.

De la época en la que transcurre la película a ahora, considera la joven Rizos de la serie “Vis a Vis” que lo que más ha cambiado es la libertad de la mujer, “que ha sido luchada y peleada durante muchos años: las mujeres de África tenían muchas más piedras en el camino para ser felices”.

Para ella, un trabajo como el suyo, que recorre toda una vida, fue fundamentalmente “intuición”; para Casas, lo más difícil fue “volver a los 19 años” desde sus casi 30: “Es más fácil tirar adelante que ir para atrás”, se ríe, aunque reconoce que lo preparó mucho y fue “un gusto y un reto”.

La película ha conseguido cinco nominaciones a los Goya 2016 y, además de los dos actores citados, tiene un reparto “de lujo”, desde los veteranos Petra Martínez, Celso Bugallo y Emilio Gutiérrez Caba, a las jóvenes y brillantes Adriana Ugarte, Laia Costa y Macarena García, pasando por los menos conocidos Alain Hernández, Luis Callejo o el guineano Emilio Buale.

El director confiesa que se quedó con ganas de dar más papel a Adriana Ugarte, quien quiso “olvidar” lo que sabía de Fernando Poo (actualmente, Bioko) para dejar a su personaje, Clarence, descubrir al mismo tiempo que ella la historia de la familia oriunda de Pasolobino, en Huesca, el polo opuesto de África.

Y la autora, Luz Gabás, solo siente “satisfacción”: “Dediqué cinco años a la novela y ver que se ha convertido en una película tan completa y tan grandiosa es un broche de oro”.

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