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Pérez-Reverte: La sustitución del historiador por los políticos hace estragos

Los autores reivindican su derecho a seguir creando cuando se jubilen

EFE

Madrid —

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El escritor Arturo Pérez-Reverte considera “gravísimo” que, en España, los políticos hayan sustituido a los historiadores al hablar de la Guerra Civil, dado que los primeros suelen ser “incultos y desconocedores de todo” y lo que hacen es “convertir en mecanismos de poder cualquier argumento”.

“Esa sustitución del historiador por los políticos está haciendo estragos muy graves”, ha asegurado hoy Pérez-Reverte al presentar ante la prensa su libro “La Guerra Civil contada a los jóvenes”, junto con el pintor Fernando Vicente, autor de las ilustraciones de esta obra que Alfaguara ha puesto ya a la venta.

En el Museo de la Ilustración de ABC, donde se exponen los dibujos originales de Vicente, Pérez-Reverte ha contado que este libro nació para contrarrestar “el escamoteo de la Historia a los jóvenes” y “el afán hiperprotector” que hay hacia ellos, que “los está dejando sin memoria”. Y sin memoria, “pueden ser manipulados”.

“Los jóvenes ignoran la Guerra Civil o tienen clichés partidistas” sobre ella, afirmaba el novelista y académico, que no ha pretendido con su obra “sustituir a los libros de historia, sino servir de introducción” a ellos.

A los adolescentes, añadió, no se les dan argumentos para que entiendan bien la Historia, sino que se les cuenta “esa especie de papilla que no sabe a nada, desnatada, que a todo el mundo debe contentar y que tanto el mediocre como el inteligente deben poder digerir igual”.

“Al darles esa cosa tan neutra, les estás quitando el estímulo. No hay sal, no hay pimienta, no hay acicate para que sigan estudiando”, subrayaba Pérez-Reverte cuya obra está traducida a más de cuarenta idiomas.

Fernando Vicente (Madrid, 1963) ha contado que sus hijos, de doce y quince años, no sabían “nada” de la Guerra Civil, pero cuando les leía “cada noche” los textos que iba escribiendo Pérez-Reverte “se entusiasmaban” y querían saber más sobre aquella tragedia.

En su libro, Pérez-Reverte ha tratado de contar la Guerra Civil de forma “escueta y objetiva, sin opiniones”. Y para ello ha buscado en historiadores españoles y extranjeros los elementos coincidentes.

“No hubo un bando bueno y otro malo. Todos los españoles fueron a la vez víctimas y verdugos”, ha dicho el escritor, quien en su libro parte de “un hecho objetivo innegable: hubo una República legítima y un golpe de Estado ilegítimo contra ella, y eso dio lugar a una guerra civil”.

Una vez asumido eso, “en ambos bandos hubo delaciones, violencia, atrocidades, asesinatos, aunque en el nacional hubo más porque la represión se prolongó en la posguerra”, ha añadido.

En sus ilustraciones, inspiradas en los carteles de la época, Vicente ha reflejado las atrocidades de la guerra en uno y otro bando, entre ellas el bombardeo de Guernica o los asesinatos de Paracuellos del Jarama.

También evoca episodios como la detención de Lorca y el enfrentamiento de Unamuno con el general Millán Astray, quien en un acto público gritó: “¡Viva la muerte, mueran los intelectuales!” Y respondió Unamuno: “Venceréis pero no convenceréis”.

Vicente se ha documentado a fondo para las ilustraciones, que muestran una guerra civil “en grises y sepia, y, de vez en cuando, en colores más vivos”.

Cuarenta años después de la muerte de Franco, su figura está “bastante asumida. Hasta los que hoy son de derechas asumen que Franco fue un dictador, que la posguerra fue muy cruel y que hasta el final fue represivo”, ha afirmado Pérez-Reverte.

En este libro, el escritor se ha limitado a mostrar a Franco como lo que era: “la cabeza de una máquina militar, con una dirección militar única”. Frente a ella, ha dicho el novelista, el bando republicano “fue una continua sublevación, discusión entre anarquistas, comunistas... No había una dirección militar única, y ese descontrol republicano debilitó a la República”.

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