Phil Grabsky, el reto de contar el arte a través del cine

El cineasta documentalista británico Phil Grabsky, que ha presentado en el BCN Film Fest dos de sus creaciones, “Michelangelo” e “Impresionismo americano”, ha dicho que nunca se ha planteado contar los temas desde la ficción, aunque en sus filmes va “más allá de una conferencia ilustrada”.

Grabsky es también el creador de “Exhibition On Screen”, una de las secciones del festival que pretende ser el mayor museo cinematográfico de arte de la mano de grandes museos y exposiciones internacionales.

Autor de varios documentales sobre Beethoven, Mozart y Chopin, el documentalista británico ha señalado en una entrevista con Efe que el filme “El jardín del artista. Impresionismo americano” es “un proyecto de riesgo, porque no se trata de grandes nombres del arte como Monet, Matisse, Van Gogh o Manet, sino de artistas desconocidos por el gran público”.

En “El jardín del artista. Impresionismo americano” Grabsky cuenta cómo “un grupo de jóvenes artistas americanos se subieron al tren del impresionismo de Monet, Degas y Renoir, un movimiento denostado en Europa”.

En declaraciones a Efe, Grabsky ha explicado que “con el proyecto Exhibition On Screen pretende que el público se vaya de la sala de cine sabiendo algo más de un artista o de un movimiento artístico”.

Recuerda el cineasta que cuando en 2009 plantearon esta idea en el Reino Unido a salas de exhibición y cadenas independientes, les dijeron que “sería difícil que la gente fuera al cine para ver una exposición, y hoy llevamos nuestros largometrajes a 54 países, lo cual demuestra que hay un público que responde”.

Y añade: “hoy en día ir al cine para ver una ópera, un ballet o tener contacto con el mundo del arte ya se ha convertido en una nueva tendencia, porque, al final, el cine está para contar una historia”.

Durante 2016, Grabsky ha presentado documentales sobre Monet, Leonardo y otros proyectos como El Bosco, o los impresionistas americanos y para el próximo año ya están preparando películas sobre Cézanne, Canaletto y Hockney.

Lejos de ofrecer una visita guiada a una exposición, en “El jardín del artista. Impresionismo americano” Grabsky quería “contar una historia con múltiples capas, partiendo de la idea inicial: ver a esos impresionistas de EEUU y cómo surgieron”.

Seguidamente, la cámara profundizó en lo que había detrás de los cuadros, y fue así como el documental acabó siendo “un retrato de cómo era la sociedad y cómo vivían ellos y ellas, porque también había mujeres entre los artistas”.

Las mujeres, añade Grabsky, tuvieron “un protagonismo creciente en aquella sociedad norteamericana de finales del siglo XIX y principios del XX, había jardineras, paisajistas, pintoras y, de hecho, las mujeres pudieron votar en EEUU antes que en muchos países europeos”.

Deliberadamente, precisa, la práctica totalidad de los expertos que hablan en el documental son mujeres.

La actitud del documentalista no es arrogante respecto al público, no le dicen al espectador “ahí tenéis esa maravilla”, sino que hay un valor añadido: “Debemos explicar algo más, qué pasó, en qué se inspiró el artista, qué pasaba alrededor en la sociedad, podemos aprender muchas cosas adicionales”.

Grabsky es también el productor de “Michelangelo”, que tiene hoy su estreno mundial en el BCN Film Fest, una película que abarca los 89 años de vida del artista italiano y transporta al espectador en un viaje fílmico por las distintas etapas de su obra.

“En el caso de Michelangelo no había pensado nunca que era el mejor artista de la humanidad, pero encontré la certeza durante el rodaje del filme”, señala Grabsky, quien revela que “la increíble escultura de David partió de un trozo de mármol abandonado por otros artistas”.

Miguel Ángel hizo a David desnudo porque “los artistas precedentes no le habían dejado suficiente mármol para hacer los ropajes”.

El reto de mostrar en una película pinturas que, por definición, son estáticas, se puede superar, según Grabsky, con la tecnología actual: “La potencia informática me permite hacer el tipo de edición que quiero, algo impensable hace tan solo diez años, y además la digitalización permite que con siete satélites puedas hacer retransmisiones en todo el mundo, pero, eso sí, la tecnología siempre al servicio de la historia”.