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Reunidos en un volumen los aforismos que Bergamín nunca publicó en libro

Reunidos en un volumen los aforismos que Bergamín nunca publicó en libro

EFE

Sevilla —

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Con un título del propio José Bergamín, “El duende malpensante”, han sido reunidos en un libro los aforismos que el poeta de la Generación del 27 dejó desperdigados por revistas y periódicos y nunca recogió en los libros que consagró a este género breve, que tanto cultivó a lo largo de su vida.

Estos aforismos van de algunos escritos en 1924 hasta otros del último periodo de su vida, los tres años que vivió en el País Vasco, de 1981 a 1983, año de su muerte, según ha explicado a Efe el compilador de estas obras, el catedrático de Literatura valenciano Gonzalo Penalva Candela, para la editorial granadina Cuadernos del Vigía.

Autor de la biografía de Bergamín titulada “Tras las huellas de un fantasma” y de una tesis doctoral sobre el escritor, “José Bergamín. Vida y obra”, Penalva ha asegurado que algunos de estos aforismos, los escritos en los años veinte y publicados en revistas como “mediodía” y “Carmen”, eran ya “inencontrables” y que con esta recopilación se ha tratado de acercarlos al público.

Un público, considera el profesor en la introducción a “El duende mal pensante”, que cada vez es más aficionado al aforismo, tal vez por la influencia de internet y la brevedad de expresión escrita a la que obligan las redes sociales.

“Aforismo y biografía van íntimamente unidos”, ha señalado Penalva, para justificar la ordenación de estos aforismos en cuatro bloques, el primero de los cuales se dedica a los escritos por Bergamín en los años veinte y treinta, cuando publica dos libros de aforismos, “El cohete y la estrella”, de 1923, y “La cabeza a pájaros”, de 1934, que posteriormente reunió en un solo título, “El caballito del diablo”.

Bergamín no dejó testimonio del criterio con el que reunió en libro unos aforismos y mantuvo otros fuera de esas páginas, si bien Penalva tiene la intuición de que fue porque los consideró menos significativos o pudieran gustarle menos.

El profesor ha destacado que, al contrario de lo que sucedería decenios más tarde, durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, la política está por completo ausente de los aforismos escritos por Bergamín.

Penalva ha considerado que, en ese periodo, los aforismos del poeta fueron “una explosión de lo muchísimo que había leído en su juventud”, una especie de liberación de la “tensión interior que le habían creado aquellas lecturas”, como si sintiera la “necesidad de echar fuera todo aquello que había acumulado dentro”.

El segundo bloque, bajo el epígrafe de “El duende y la palabra. Peregrino español en América”, agrupa los aforismos escritos en el exilio, y el tercer bloque, “Burladera de pensamientos. Peregrino en su patria”, los publicados en la revista “Sábado gráfico”, a su regreso en 1958 a España, de donde fue expulsado de nuevo en 1963.

En ese periodo en España, adonde volvió definitivamente en 1970 después de que André Malraux lo acogiera en París, publicó sobre todo en la prensa de Venezuela y de México.

Por último, la cuarta parte está dedicada a los años en que vivió, escribió y publicó en el País Vasco, en “Egin” y “Punto y hora”, que se distinguieron, según su biógrafo, por su “radicalización” política.

Toda esa evolución demuestra, ha añadido Penalva, que Bergamín fue considerando que el aforismo no se definía por su longitud, que no tenía que ser necesariamente corto, que carecía de medida o, como él mismo expresó, se trata de un género “inconmensurable”.

Otra conclusión de Penalva es que Bergamín comenzó su vida literaria utilizando el aforismo como género fundamental y lo siguió desarrollando a lo largo de los años, quizás porque, como apuntó Salinas: “El ingenio de Bergamín es solamente el arma punzante, acerada, con que un espíritu atormentado y angustiado quiere abrirse paso entre las tinieblas de cada día. Ingenio de saeta”.

Por Alfredo Valenzuela

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