Sebastián Lelio cierra con “Disobedience” una trilogía sobre mujeres que caen y se levantan

Sebastián Lelio se dio a conocer con “Gloria” en 2013 y por “Una mujer fantástica” se llevó este año un Óscar. Con “Disobedience”, un filme protagonizado por Rachel Weisz y Rachel McAdams, cierra una trilogía sobre “personajes femeninos que caen y se levantan”.

Así lo señala en una entrevista telefónica con Efe el realizador chileno sobre una película que llega a las salas cuando aún no se han apagado los ecos del éxito internacional de “Una mujer fantástica”, que ganó un Óscar, un Goya y cinco Premio Platinos, entre otros muchos galardones.

Un filme recién estrenado en Chile y que llegará en junio al resto de Latinoamérica, que está protagonizado por una mujer muy fuerte, como también lo era Gloria y como los son Ronit y Esti, las dos mujeres sobre cuya relación Lelio ha realizado una elegante y sutil película.

Tres filmes en dos años que forman una trilogía no calculada, aunque reconoce que todas las protagonistas son “mujeres fuertes que están en los bordes de la sociedad y con estas películas se sitúan en el centro, unos personajes femeninos que caen y se levantan”.

No buscaba analizar en concreto a la mujer, dice Lelio, que asegura creer en la libertad de creación y que está dispuesto a partir de ahora a experimentar otros temas y territorios.

Pero se siente halagado por “la sensación pasajera de que se entiendan” sus películas “como un cuerpo de trabajo con resonancias entre sí”.

Un realizador al que le llegó el encargo de “Disobedienice” directamente de Rachel Weisz, que leyó la novela autobiográfica de Naomi Alderman en la que se basa y compró los derechos para su adaptación al cine.

Tras ver “Gloria”, la actriz británica le ofreció hacerla en un momento en el que estaba recibiendo muchos guiones para rodar en inglés pero ninguna historia le motivaba lo suficiente.

“Hasta que escuché la historia de este triángulo amoroso tan único y en un entorno de asfixia y verdades ancestrales y absolutas en el que se desarrolla que componía una historia muy potente y que era además un desafío”, recuerda Lelio.

A eso se unió la posibilidad de combinar “la majestuosidad y belleza atemporal de Weisz contrapuesta con la presencia tan cálida, genuina y luminosa de McAdams”.

Las dos actrices dan vida a dos mujeres tan diferentes como parecidas. Ambas están en contra de las restricciones impuestas por la estricta y cerrada comunidad judía ultra ortodoxa de Londres en la que nacieron.

Pero mientras que Ronit la abandonó, Esti se quedó y se casó con el mejor amigo de ambas, Dovid (Alessando Nivola). Y tras muchos años sin verse, se vuelven a encontrar cuando el padre de la primera muere.

Una historia de amor a tres bandas, un “conflicto entre el deber y el deseo, entre la libertad individual y los intereses de la sociedad, entre el cuerpo y el espíritu” que Lelio ha rodado con una gran belleza y con una contención reflejo del mundo en el que se desarrolla la historia.

Quiso que los dos personajes femeninos se fueran revelando “poco a poco en la pantalla” y situó frente a ellas a una figura masculina, la de Nivola, que mezcla fuerza, celos, espiritualidad y sensibilidad.

La obra de Alderman está muy bien escrita pero es muy literaria, con “páginas y páginas de sentimientos”, por lo que fue difícil “encontrar su traducción cinematográfica”, lo que fue al mismo tiempo un “desafío excitante, el quitar el velo de lo que la novela no alcanzó a tocar”.

Y era además muy interesante “contar esa historia en un mundo desconocido, donde hay una tradición ancestral y un código moral que es como entrar en otro planeta”, explicó Lelio, que investigó sobre esas comunidades religiosas herméticas, secretas y cerradas en sí mismas pero con el objetivo de adentrarse en la dinámica de los seres humanos.

Una historia que se beneficia del gran trabajo de los actores. Una Weisz “intuitiva, volcánica y valiente, dispuesta a arriesgarlo todo”, una McAdmas con un trabajo “más intelectual y estructurado” y un Nivola que no interpretó a un rabino, sino que “se transformó en él”.

Es el primer trabajo en inglés de Lelio -ahora ya ha hecho también la nueva versión de “Gloria”, con Julianne Moore- y el resumen es que “había muchos más camiones fuera del set, pero al final del día, la caja del cine es la misma”.

“Más allá del idioma, de las referencias culturales, de que no conocía a nadie en ese equipo, me sentí como en mi casa a la hora de filmar. Conozco esa dinámica, lo que pasa entre el actor y la cámara, es hermoso comprobarlo”.

Alicia García de Francisco